El mestizaje y la fusión siempre han sido el motor de las artes. Es así como debemos entender la obra de Sylvain Granjon. Como un encuentro del mundo del circo, al que perteneció durante años, con el de la fotografía analógica y el collage. Un maridaje que obliga a la premisa de «¡Más difícil todavía!» y que ha dado como resultado un reto que se podría presentar bajo la carpa como «¡lo nunca visto!»: fotografiar el idioma, fotos de expresiones.
Tomamos un café con Granjon para que nos muestre el camino que ha recorrido hasta llegar a esta idea. Serio y muy educado, cuesta creer que ha trabajado veinte años en el circo. Solo la sonrisa le delata. Recorrió el mundo con un número de comedia, malabares y burlesque.
Él siempre viajó con su cámara analógica a todas partes y, cuando decidió dejar el mundo de la actuación, se recicló de forma natural en fotógrafo. Aunque no tuvo que olvidar lo aprendido actuando. Su estilo circense sigue presente en su obra, sólo que ahora cada escenario, cada pista, está dentro de un marco y colgada de la pared.
https://vimeo.com/161509977
«El mundo de la fotografía es igual que el del circo», explica. «Viajo de exposición en exposición, conozco gente, estoy de tour… La única diferencia es que antes empezaba de nuevo en cada espectáculo y ahora, desde el momento en que el público ve las fotos, dejan de pertenecerme. El show pasa a ser lo que ellos interpreten».
En este trabajo entendió la fotografía como un clown que interpreta la realidad que le rodea, desde un punto de vista rematadamente ingenuo: «El clown es naíf, y cuando escucha una expresión como ‘caminar pisando huevos’, entiende que alguien está pisando huevos realmente». Ese ha sido su objetivo. Tratar de componer con fotografías las expresiones y frases hechas más populares de la lengua francesa, como ‘vivir al límite’ o ‘quedarse atado a la cama’, que en español sería que ‘se te peguen las sábanas’.
El francés es una lengua muy rica en este tipo de expresiones, advierte Granjon, que realiza todas las fotografías con una cámara analógica para «participar en el proceso desde el principio hasta el final». Él es el protagonista de cada composición y cada serie es una edición limitada única, porque cada vez colorea las fotos de forma distinta. Un trabajo realizado siempre en su propia casa, a veces utilizando los juguetes de sus hijos.
‘Dormir sur ses deux oreilles’: Dormir sobre dos orejas. Es el equivalente al español «dormir a pierna suelta».
‘Etre au bout du rouleau’: Estar «al borde del rollo». En español es «estar en las últimas», estar «al límite», «estar acabado» o «estar a dos velas».
‘Marcher sur des oeufs’: Andar sobre los huevos. En español: Andar pisando huevos.
‘Péter le feu’: Tirar pedos de fuego. Significa estar excitado, en plena forma o en tu salsa.
Sylvain dice que disfruta trabajando en analógico, recortando con unas tijeras y pegando las fotografías en collage porque le gusta acometer con sus propias manos todos los pasos de la creación.
Una vez elegida la expresión que va a ‘fotografiar’, dibuja un boceto en un papel, se maquilla en el baño de su casa, se disfraza y hace los posados. Revela en papeles de 10 centímetros como mucho, recorta al personaje y va formando la composición. «Y si para recrear la imagen que quiero no me vale sólo con los juguetes de mis hijos, el mejor recurso que tengo son los bazares de chinos, donde encuentro absolutamente todo lo que busco, desde flores de plástico a cualquier tipo de accesorio», añade.
Y de su casa, a los colegios franceses. En este país, el ministerio de Educación destina un presupuesto a cada centro para que pueda invitar a un artista a desarrollar talleres con los alumnos. A Granjon lo han llamado de un colegio internacional para hacer workshops con alumnos brasileños y estadounidenses. El circo tradicional es un espectáculo cada vez menos popular, pero sus artes aún sirven para llegar a los niños por otros medios y, de paso, aprender idiomas y cultivar la lengua.
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