Los tatuadores que embellecen las cicatrices del cáncer de mama

El cáncer de mama es desde 2006 la primera causa de mortalidad por neoplasia en las mujeres mayores de 25 según datos de la OMS. Provoca cerca de medio millón de muertes cada año, el 70% de ellas en países en desarrollo. Las cifras comparadas de las últimas dos décadas indican que en ese tiempo ha habido un incremento de las defunciones de un 49,5% a causa de esta enfermedad. Lo que pretende hacer a base de tatuajes un proyecto altruista llamado Heart INK México es ayudar a las supervivientes de este mal a reivindicar sus cicatrices de lucha.
«Trabajando en una agencia de publicidad fuimos a una organización de cáncer de mama que arrojó cifras impactantes de la tasa de mortalidad del cáncer en México», explica la motivación del proyecto Yamily Villagómez, la creadora de la plataforma junto a su compañero de carrera Juan José Becerra. Basándose en una idea de P.INK en Estados Unidos, que desarrolló un trabajo con una superviviente de esta enfermedad, han decidido crear este proyecto sin ánimo de lucro, financiado mediante crowdfunding. Quieren que sea «una campaña motivacional para mujeres sobrevivientes», indica la ideóloga. «Serán intervenidas estéticamente por un tatuaje para cubrir la cicatriz que dejó la mastectomía, o por el hecho simbólico que realiza el tatuaje», cuenta a Yorokobu.
En enero empezaron con el trabajo. Yamily y Juan José inicaron su investigación acerca de la enfermedad y emprendieron una serie de visitas a organizaciones y fundaciones que trabajan con este tipo de cáncer. Para marzo ya estaba creada su fan page en Facebook (que actualmente ya cuenta con 5.000 seguidores) y fueron 150 tatuadores los que se postulaban como voluntarios para llevar a cabo el trabajo. «Seleccionamos a 35 de todo el país con base a su trabajo, años tataundo y técnica», explican. A la misma llamada acudieron 25 mujeres que querían poner su torso en las manos de esos concienciados pintores de pieles.
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Este pasado abril los profesionales empezaron a tatuar los nueve primeros cuerpos. En cada trabajo se realizó una sesión fotográfica que se hará pública el próximo 13 de junio (Heart INK México ha cedido a Yorokobu algunas imágenes del making of). La segunda ronda se hará entre junio y octubre para completar la colección.
Villagómez explica que la intención es que «exista una nueva alternativa al cáncer de mama para las mujeres que no optaron por la reconstrucción de sus senos». Para dar prueba de ello, indica que no las convencieron, «ellas eligen el tatuaje, la técnica, el tamaño y el lugar en específico donde se realizarán», afirma. «Algunas seleccionaron el tatuaje para cubrir la cicatriz y otras como empoderamiento simbólico».
Cuentan estos emprendedores solidarios que «el primer día todo el equipo se pone de acuerdo con la guerrera» para verse y desayunar mientras hablan del proyecto. «Después nos vamos a realizar el tatuaje que previamente hemos enviado al tatuador para que cuando lleguemos ya se tenga el boceto y se realice lo más fácil posible».
Adelantan que el objetivo final es crear la fundación Heart INK México. «Todo fue documentado, así que cuando se den a conocer las fotografías existirá un video de cada mujer explicando como fue su antes y su después del tatuaje».
Dice Villagómez que tres mujeres de las nueve primeras ya estaban tatuadas, «así que ya sabían lo que es tener un tatuaje y el ‘dolor’ que implica». Las demás «guerreras» no tenían tatuajes «y con el resultado final quedaron impactadas».
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* Fotos de Hernán Arce Hochstrasser

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