Cada año, miles de estudiantes en todo el mundo se convierten en improvisados conejillos de indias para los experimentos de sus profesores. En el caso de Estados Unidos, una persona cursando su licenciatura tiene 4.000 veces más posibilidades de formar parte de uno de esos estudios que alguien que no está en la universidad. ¿El problema? Este grupo de personas suele caer dentro de categorías bastante previsibles de comportamiento y estatus social a pesar de que esta información se suele extrapolar para sacar conclusiones sobre la humanidad en su conjunto (aunque la labor de un investigador tenga que tener esto en cuenta a la hora de presentar sus conclusiones).
Lo revela The Economist en un artículo basado en un estudio de Joseph Henrich, de la Universidad de la British Coumbia. En 2010, el científico empezó a utilizar la palabra WEIRD para describir la típica persona que suele formar parte de este tipo de experimentos. Western, Educated, Industrialised, Rich and Democratic. Traducido: Occidental, Educado, Industrializado, Rico y Demócrata.
Pero algo está cambiando. Gracias al crowdsourcing este handicap podría pasar a convertirse en cosa del pasado. Para llegar a esta conclusión el semanario británico utiliza el ejemplo de Mechanical Turk, una plataforma con más de 500.000 miembros, propiedad de Amazon, que se emplea para hacer trabajos en masa pero que también se está aprovechando para hacer estudios científicos. A diferencia de una universidad cualquiera, sus miembros representan una demografía más variada. Un tercio de los usuarios son de India, el 40% son estadounidenses y el resto se reparten por 100 países. Sigue habiendo un sesgo ya que su público es más joven y abierto de mente de lo habitual, aunque menos que antes.
En el caso de David Rand, profesor de psicología en la Universidad de Harvard, utiliza Mechanical Turk para replantearse toda una serie de experimentos que se hicieron originalmente sobre estudiantes. Entre ellos uno sobre ética llamado el «Dilema del Tranvía«, que plantea el siguiente problema:
Wikipedia: «Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar un botón que encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta. ¿Debería pulsarse el botón?».
Aunque el profesor no ha revelado todavía los resultados, si adelantó que «aquellos con creencias religiosas actuaron de una forma distinta y que este tipo de personas está muy presente en Mechanical Turk a diferencia de los estudiantes de Harvard».
Las ventajas no solo se quedan en la calidad de los resultados. Trabajar con este tipo de plataformas reduce considerablemente su coste y la velocidad en la que se pueden realizar, señala The Economist. «Lo que antes tardabas meses en realizar ahora lo haces en días».
Ya existen más de 3.000 experimentos publicados que aprovecharon el crowdsourcing. A su vez se contribuye a la creciente descentralización de la ciencia. «La nueva metodología podría acabar democratizando la práctica de la psicología permitiendo a aquellos que no tienen laboratorio o universidad realizar estudios».
«Sería una exageración decir que el crowdsourcing ha convertido el mundo en un laboratorio pero ha hecho que sea mucho menos WEIRD», concluye el artículo.
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Más info: The roar of the crowd
Foto: Opensourceway bajo licencia CC
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