Una biblioteca donde los libros son de carne y hueso

14 de abril de 2014
14 de abril de 2014
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Eran médicos los que lograron que las puñaladas que recibió su amigo aquella madrugada de 1993 en Copenhague no resultaran letales. Pero fueron ellos mismos, Dany, Asma, Christoffer, Thomas y Ronni, los que consiguieron que aquel acto no quedara impune. Stop Violence fue su forma de tomarse la justicia por su mano. En su caso, la violencia no fue la vía sino el enemigo a batir.

El primero en reconocerles el mérito de lograr que 30.000 jóvenes daneses se unieran al movimiento que habían comenzado a liderar en la era prerredes sociales fue el director del Roskilde, cuando les propuso que organizaran un evento, dentro del marco del festival de música, que pusiera el foco en el diálogo entre personas distintas.

Uno de los certámenes más populares del norte de Europa, capaz de convocar a gente de todo el planeta, era un lugar apropiado para acercar a personas de todo tipo de pelajes y acabar con sus prejuicios, pensaron. Lo siguiente fue idear la forma de hacerlo. Y The Human Library fue la solución elegida. El nombre de la iniciativa lo decía todo; en esa biblioteca los libros no serían de papel sino de carne y hueso. Y de todo tipo de ‘géneros’: blancos, negros, amarillos, heterosexuales, homosexuales, católicos, musulmanes, judíos, prostitutas, monjas, liberales, anarquistas…

Comenzaron con 75 ejemplares. Pero los temores y la inseguridad propiciaron que las dudas sobre la viabilidad del proyecto conturbaran a los cinco jóvenes… «¿Y si la idea no cuaja?» «¿Y si la gente no quiere ser cuestionada sobre sus ideas preconcebidas acerca de otras nacionalidades, otros grupos raciales, sociales…?».

Los miedos de los creadores de la biblioteca humana fueron desvaneciéndose a medida que comenzaron los intercambios. «Se trataba de un grupo de gente muy dispar reunido en un espacio reducido. Era cuestión de tiempo el que comenzaran a ‘leerse’ los unos a los otros». Al igual que en las bibliotecas convencionales, el título era el primer reclamo para los lectores de la Human Library. Si resultaba lo suficientemente atractivo, despertaba en el otro el interés por ‘seguir leyendo’. Y así fue cómo comenzaron a desarrollarse las conversaciones entre libros y lectores «y la sensación de que algo especial estaba pasando. Allí estaban sentados frente a frente y dialogando el policía con el grafitero, el político con el activista, el hincha de fútbol con la feminista…».

Los creadores de The Human Library Organization (HLO) describen lo que pasó en ese momento como una situación win-win. «Y lo sigue siendo». Más, si cabe, si se tiene en cuenta la propagación del movimiento, del cual el resto de fundadores señalan como principal responsables a su directora, Ronny Abgergel. De ella, dicen, que fue la primera en percatarse de su potencial y la que decidió buscar nuevos organizadores entre instituciones públicas y privadas de todo el mundo. Gracias a su labor, HLO logró pronto el favor del Consejo Nórdico y de la Dirección de Juventud del Consejo Europeo, entre otros. «Sin el respaldo de organizaciones de este tipo, la idea nunca hubiera logrado el alcance actual». El alcance que comentan abarca los más de 30 países en los que se ha abierto alguna de estas bibliotecas. «HLO vela que en todas ellas se apliquen los criterios de calidad que deben caracterizarlas», asegura la propia Ronny.

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¿Y qué hay de los libros?

Ese celo con el que los ‘bibliotecarios’ fundadores cuidan el proceso de expansión del proyecto ha sido fundamental para que este siga conservando su razón de ser a lo largo de estos años y en todas y cada una de las delegaciones de HLO. En ese sentido, la selección del fondo bibliográfico es uno de los puntos claves.

Un libro de HLO es una persona normal y corriente que por diversas cuestiones se ha visto sometido por determinados estereotipos en algún momento de su vida. Su experiencia le ha empujado a convertirse en representante público de un determinado colectivo. Su labor es acabar con todos los clichés a él asociados. Por eso, HLO asegura que lo que realmente les caracteriza es su coraje, sus convicciones: «Están dispuestos a hablar sobre sus valores con los demás. Y, al igual que la mayoría de los libros de papel, son muy sabios».

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Es cierto que no todos llegan a convertirse en best seller, pero también lo es que todos, incluso los más minoritarios, cuentan con una calidad avalada por los reclutadores de libros de la organización. Son ellos quienes se encargan de hacer la selección y componer la colección mediante diversas entrevistas y cuestionarios a los libros candidatos.

Otra característica de los ejemplares de estas bibliotecas es que son voluntarios. Los únicos costes asociados pueden tener que ver ‘con su transporte’, a lo sumo. Los libros de HLO no son caros, pero sus responsables advierten de que, al igual que sus homónimos de papel, los libros de su biblioteca deben ser tratados con sumo cuidado…

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Los más leídos

HLO también cuenta con sus listas de libros más demandados. Un vistazo por las de cada una de las sedes de HLO es un acertado indicador de los principales prejuicios de la población local. «Por ejemplo, cuando arrancó el proyecto en Dinamarca, uno de los libros más solicitados fue un joven árabe musulmán. Mientras que en Bulgaria, ya en 2002, fue un exmiembro de la extrema derecha…».

La actualidad también marca el interés por determinados colectivos. Un ejemplo es el de la biblioteca de  Reino Unido donde, tras una avalancha de asesinatos entre miembros de distintas bandas, el libro de un joven con un pasado ligado a una de ellas se convirtió en best seller.

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