Miguel Maestro no da pistas sobre la localización exacta del lugar al que se refiere en este texto: «Pasamos por la frutería que aún luce su cartel con azulejos pintados, encargado en su día a un artista de Manises, el cual anuncia el nombre de la fundadora de la tienda. Junto a esta, justo en la esquina, asoma el letrero de un bar con grandes cristaleras donde ofertan con letra manuscrita sus novedades y platos estrella, los cuales llevan más de 10 años sin renovar, ya clásicos del almuerzo del barrio…»
La descripción prosigue unas cuantas líneas más. En ellas, el tipógrafo y diseñador valenciano hace mención a un taller con unos brillantes azulejos de Pirelli en relieve. Y a una mercería que ya ha echado el cierre, aunque mantiene un elegante corpóreo en volumen, «lustrosas letras que ya no pueden competir con las ofertas de las grandes superficies».
A pesar de que intuimos que está en Valencia, Maestro no da las coordenadas del lugar porque puede incluso que no exista como tal. Aunque la mayoría de las ciudades cuenten o, al menos, contasen hace unas décadas, con numerosas de esquinas como la descrita, ocupadas por comercios de los de toda la vida con sus característicos rótulos.
Un patrimonio comercial que contribuye a configurar la identidad cultural e histórica de la ciudad. «Las tipografías, los colores y las formas que componen los rótulos no solo sirven para destacar un comercio o señalar una oferta. También sirven para expresar el carácter de nuestra ciudad», afirma Maestro.
[pullquote]«Las tipografías, los colores y las formas que componen los rótulos no solo sirven para destacar un comercio o señalar una oferta. También sirven para expresar el carácter de nuestra ciudad»[/pullquote]
De ahí la importancia de su conservación y de iniciativas como TiposQueImportan, que lidera el propio diseñador valenciano y que se enmarca dentro del programa València Capital Mundial del Diseño 2022.
«TiposQueImportan es una plataforma que pretende contribuir a la conservación y a la difusión de la cultura local a través de la recuperación del rótulo comercial de Valencia», explica el promotor del proyecto. «Piezas de arte que forman parte del patrimonio gráfico valenciano» y que, como tales, no deberían perderse.
Globalización y gentrificación son dos de los fenómenos que amenazan el presente y el futuro de estos rótulos. Ambos han propiciado que las grandes cadenas comerciales copen los centros de las ciudades, convirtiendo en residual la presencia de los pequeños negocios. Y con ellos los letreros de sus fachadas, esos que durante tantos años contribuyeron a que esa calle, esa esquina, fuese única en el mundo.
TiposQueImportan se resiste a verlos desaparecer. Para evitarlo, recurren a acciones de documentación, catalogación y divulgación de las propias piezas. La web TiposQueImportan.com es una pata elemental en este proyecto. Es el principal canal de comunicación, así como el contenedor del mayor archivo de rotulación comercial de Valencia y de información referente a las personas que han favorecido a la construcción, conservación y catalogación de todo este patrimonio cultural de la ciudad.
Una labor, la del reconocimiento de todos estos profesionales, en la que incide el documental en el que Maestro y el resto del equipo están trabajando. En él, además de diseñadores e historiadores, aparecen muchas de las personas que, pincel en mano, contribuyeron a dar color a los establecimientos valencianos a partir de los 60, sobre todo.
Teaser TiposQueImportan from TiposQueImportan.com on Vimeo.
Cuidar el patrimonio comercial, una labor ciudadana
Otra de las labores fundamentales de la web es la de dar la posibilidad a los ciudadanos de Valencia de contribuir a salvaguardar este legado. «Hemos habilitado un apartado para que cualquier interesado pueda subir esa foto de la frutería donde su madre compraba todos los días. O de la zapatería donde adquirió sus primeras esparteñas que aún conserva su rótulo a pesar del lastre de los años. Desde carteles de comercios locales, vallas publicitarias, tranvías rotulados, cristales pintados, medianeras o cualquier soporte urbano que promocione ese comercio local de su barrio».
Porque, poco a poco, dice Maestro, hay más conciencia ciudadana al respecto: «El viandante va tomando conciencia de lo que supone la gráfica comercial y de todo lo que aporta a nuestras ciudades, y se va librando de esa presbicia para mirar la urbe con otros ojos. Los medios también tienen mucho que ver en este cambio de conciencia colectiva».
Por suerte, también las autoridades locales son cada vez más conscientes de la necesidad de defender este patrimonio: «Se están activando mecanismos que ayudan a preservar lo que queda, aunque sean solo las sombras de lo que un día fue Valencia. Como todos bien sabemos, los procesos burocráticos son lentos, y desde TiposQueImportan trabajamos desde hace tiempo en pro de estos elementos patrimoniales que tanto nos apasionan. No perdemos la esperanza».
Todo sea por conservar la identidad gráfica de Valencia, a la que el diseñador cataloga de «especial, única e intransferible, como todo lo que se hace con pasión, vocación por el oficio y desde la visión genuina de los artesanos rotulistas».
Y aunque la de Valencia posee algunas características comunes a las de otras partes de la península («las esmeradas elaboraciones a mano, los vidrios pintados con pan de oro, los rótulos de PVC…»), si algo caracteriza a la rotulación valenciana es su rica tradición azulejera: «Somos una tierra que lleva la cerámica en el ADN, y ello se hace patente en muchos de los rótulos de nuestras calles, lo cual es una bella particularidad. Buenos ejemplos son el rótulo de la Unión Musical Española —ubicado en la calle La Paz— y el de la paquetería Antonio Carbonell —en el número 58 de la Gran Via de Ferran el Catòlic—. El pueblo de Manises, foco del arte de la alfarería en la Comunitat Valenciana, tuvo mucha influencia en el uso de la cerámica en la ciudad».
