Tips de creatividad de La Señorita Blanco

El concepto artes vivas sigue ganando enteros en el entorno cultural. Cada vez es más frecuente el uso de esta expresión para referirse a disciplinas como el teatro, la danza, el mimo, el circo teatral o el clown, entre otras, cuya razón de ser es el contacto directo y en vivo con el público y que tan bien conoce La Señorita Blanco.

El alter ego de Olga Blanco fue designada, desde principio de año, como directora residente de Artes Vivas en los Teatros del Canal de Madrid. Además de programar a otras artistas nacionales e internacionales, desde esta institución Blanco continua su investigación sobre la emoción de lo sublime que la contemplación del paisaje suscita en el espectador, mezcla de belleza y terror, asombro y melancolía.

Con ella hemos charlado de todo lo que rodea a la figura del artista y de los trucos a los que recurre en su labor creativa. Y nos ha contado todo esto.

Creativo vs. artista

«Creo que todas las personas somos creativas de algún modo. Otra cosa es ser artista, que es algo que tiene que ver con la creatividad llevada al lugar del arte. Y luego está el currar sobre la creatividad, insistir en las ideas y darles la vuelta, destrozarlas, volver a armarlas, y así todo el rato. Quizás esa sería la manera de aprender a ser creativo: coger una idea e incidir sobre ella. El tema es que muchas ideas se descartan automáticamente y no entran en la fase de darles forma».

Poderoso caballero…

«Quizá el mayor rival de la creatividad sea el miedo, aunque creo que, en realidad, su mayor enemigo es el dinero. Siempre digo que a mí ideas no me faltan, lo que falta es una cuenta corriente que me las permita, que me permita animarme a darles forma y no abandonarlas porque sé que no las podré llevar a cabo. A mí y a muchas de nosotras. ¿Cómo vas a crear cosas que repercutan de alguna manera si no tienes dinero? No puedes. Entonces, el aliado de la creatividad es el mismo, el dinero. Me refiero a cuando quieres llevar la creatividad hacia el lugar artístico, darle forma, hacerla pública».

La frustrante y quimérica originalidad

«¿Pero qué es la originalidad? ¿Crear algo que no esté inventado? A estas alturas de la historia creo que eso ya no es posible. Intentar encontrar originalidad se convierte en algo muy frustrante, y la frustración, como el dinero y el miedo, también va en contra de lo creativo. Lo creativo es una pulsión que, si se dirige hacia algún lugar, deviene en materia según la visión del que la modela, pero al final casi todos estamos hablando de lo mismo. Desear ser auténtico es hasta pretencioso».

¡Maldita burocracia!

«Creo que es importante desprender la labor artística de cierta aura mística. Ser artista es un oficio. Como he dicho, creo que todas las personas somos creativas de una u otra manera, pero luego hay que trabajar para dar forma a la ideas, para conseguir el dinero que te posibilite llevarlas a cabo, para conseguir también el espacio que te permita hacerlas públicas. Casi siempre, el trabajo consiste más en hacer posible las ideas que en las ideas en sí. A mí seguro que me pilla rellenando documentos, porque ser artista, como digo, tiene poco de mágico la mayoría de las veces.

Igual estoy siendo pesimista, no sé… Pero me hace hasta gracia cuando alguien me dice: «¡Uh, eres artista, ¡que guay! ¿Y qué haces?» Y yo contesto: «Papeleo. Y cuando me queda tiempo, alguna pieza».

¿Los grandes artistas copian, los genios, roban?

«La famosa frase de Picasso tiene que ver con lo que decía antes; aquí están todas las ideas inventadas, luego es la forma que cada uno le da a esa idea. En mi caso, a nivel formal, trabajo con el paisaje, pero el tema de fondo siempre es la muerte, la desaparición, la trascendencia. ¿Cuántos artistas hablan de eso? Te diría que el 90%, porque es algo inherente al ser humano, la pregunta del millón. Pero cada uno le da su forma.

Aunque las formas también se copian, las estéticas, todo. Se copia de otros artistas o de internet. Se copia de la historia. Hay modas. De pronto estamos todas las artistas escénicas utilizando hinchables a modo de escenografía, o chándal para bailar en lugar de mallas, y parece que nos estamos copiando las unas de las otras, pero en realidad es que hay ideas que sobrevuelan las cabezas y se cogen, y cada una se las lleva a su terreno».

Bendita rutina…

«Tengo mis rutinas de vida que tienen o no que ver con el trabajo. Por ejemplo, soy una persona diurna, a partir de las siete de la tarde pienso poco y mal, por eso intento tener un horario de trabajo de mañana. Trato de tenerlo por supervivencia y autocuidado.

Otra cosa que hago, y que tiene que ver conmigo y no con la idea de encontrar lo creativo, es que cuando estoy en épocas de trabajo intenso, limpio y ordeno todo lo que tengo alrededor. Quien me conoce bien y/o trabaja conmigo en los procesos sabe que si estamos en plena intensidad creativa voy a coger la escoba y ponerme a barrer mientras hablo. A lo mejor me he inventado un método innovador que podríamos llamar ‘Ordena tu casa primero y quizás se te ordenen las ideas’.

En realidad, creo que limpio porque a veces las ideas dan vértigo, son incontrolables y, al menos, si limpio, hay algo que puedo controlar y sentir así cierta paz».

¿Y qué pasa con la IA?

«Creo que hay artistas que ya están haciendo cosas fascinantes, pero porque tienen ideas fascinantes y la IA se las pone ahí. Lo que no me gustaría tanto es que la IA llegase a manejarse solita, a saber lo que haría. O que la IA sea manejada por alguien con malas ideas; digo malas en el sentido del mal. Es la desgracia del ser humano, a la que tenemos un superpoder nos da por utilizarlo para hacer cosas terribles. Y así estamos.

Éxito vs Fracaso

«La idea de romantizar los fracasos o el dolor me parece horrible, la verdad. Uno se reconforta diciendo ‘bueno, este fracaso no es tan negativo porque me ha enseñado tal cosa o tal otra’. Pero es una trampa gorda. Además, ¿quién pone la medida? ¿El público? ¿La crítica? ¿La política? ¿ La moda?

Todas sabemos que los factores que llevan a que una pieza sea un éxito o un fracaso muchas de las veces no dependen de lo buena que sea, ni del trabajo que te haya llevado crearla. No creo que sea sano pensar en esos términos tan radicalmente opuestos. Porque ¿qué es el éxito? Cada una tiene su medida. Para mi el éxito es poder pagar el alquiler todos lo meses gracias a mi trabajo».