Antes de arrancar el festival, les hemos preguntado sobre creatividad y esto es lo que nos han contado:
¡Que tu creatividad no eche tripa!
«La creatividad tiene que estar ahí, y después, se puede entrenar. Nosotros nos consideramos personas creativas, sentimos que llevamos dentro de un impulso innato de crear, una necesidad de querer generar cosas constantemente. Mucha gente tiene esa predisposición en mayor o menor grado, pero, además, hay que ejercitarla, ponerla en práctica constantemente».
Un poquito de duda, por favor
«El mayor enemigo de la creatividad es el ego. Y las inseguridades. Las dudas pueden ser un buen aliado. Es una buena señal para ver cómo tu trabajo envejece rápido. Eso te obliga a esforzarte más, a mejorar, a aprender, a sorprender».
Un plus
«La originalidad es un plus. La creatividad sirve para aportar una solución a un problema. Se puede ser creativo tirando de oficio, de experiencia. Si encima lo hacemos de forma novedosa y única, puede que estemos creando algo que será recordado»
¡Despierta!
«La creatividad te puede pillar trabajando o no. Lo importante es que te pille despierto».
¿Really, Pablo?
«La famosa frase de «Los grandes artistas copian, los genios roban» muestra ese cinismo típico de Picasso, con el que simplemente busca generar polémica. ¿Alguien se la toma en serio realmente?».
Rutina, la justa
«En nuestro caso, consideramos que las rutinas solo son necesarias para la organización del día a día en el estudio, para la logística, para el papeleo… en fin, para tener un horario más o menos normal y poder conciliar bien con nuestras familias, etc. Una cierta organización va bien para ser persona, pero, al menos en nuestro caso, la rutina no ayuda a la creación necesariamente».
El rincón de pensar… bien
«La cuestión de si el teletrabajo ayuda o no a una profesional que se dedica a la creatividad es algo muy personal. En nuestro caso, nuestro estudio es clave: una versión hipervitaminada de la habitación que compartíamos de pequeños, un espacio funcional y lleno de cosas que nos inspiran y nos hacen sentir bien».
Amor-odIA
«Nuestra relación con la IA es de amor-odio. Nos encanta como herramienta que puede facilitarnos la vida, pero, al mismo tiempo, nos da miedo que la gente no siempre perciba la diferencia entre nuestro trabajo y el generado por una IA. De momento, vemos a la IA como un asistente, una herramienta más, no un sustituto».
Una maestra llamada frustración
«Se aprende de todo, tanto de los fracasos como de los éxitos. Para nosotros, la euforia del éxito se desvanece pronto. Después de un pequeño triunfo, es cuestión de tiempo que acabemos por pensar que podríamos haberlo hecho aún mejor».
«Por eso, más que del éxito o el fracaso, que son los dos extremos, aprendemos de la frustración, que casi siempre está revoloteando por ahí. De hecho, si tuviéramos que acuñar nuestra propia frase rimbombante al estilo de esa de Picasso, sería: «La frustración es la prioridad número uno»».
Puedes conseguir tus entradas para OFFF BARCELONA aquí.