Si eres padre o madre no hace falta que te lo explique. Si eres tío o tía, tal vez tampoco. Es bastante probable que en algún momento seas una de estas cuatro cosas o, al menos, tengas niños pequeños a tu alrededor. Sabrás entonces que a los niños no les gusta hablar por teléfono. ¿Y si cambiamos el teléfono por un muñeco? De eso va esta app, de hablar a través un muñeco. Y eso, nos tememos, sí funciona.
Funciona o por lo menos funciona mucho mejor que esa técnica de perseguir al niño o a la niña con el teléfono en mano para que hable con sus abuelos, primos o tíos. Toymail es un buzón de mail parlante que nos ayuda a hablar con los niños que tenemos lejos. Estando lejos de sus hijos es como a Gauri Nanda le surgió la idea de crear Toymail, un ejemplo del internet de las cosas que ahora busca hacerse grande con una iniciativa en Kickstarter que ayer dieron por finalizada con éxito.
“Mi último proyecto me ha llevado a diferentes partes del mundo y en esos momentos me daba cuenta que echaba de menos a mis hijos y no era fácil que se pusieran al teléfono. Ese fue el origen de Toymail”. Así lo cuenta su creadora que, para poner en marcha Toymail, se unió con otra amiga, Audry Hill. Ella, con tres hijos pequeños, parece que captó la idea al instante. Juntas intentan poner en marcha este portavoz con forma de simpático muñeco de goma al que le podemos enviar mensajes desde la app en cualquier momento y lugar.
Vera, ¿qué quieres hoy para cenar? Grabaría yo en la app mientras entro en el metro a la salida del trabajo. Seguramente, mi hija de 2 años respondería al muñeco: ”Mamá, pez”. Pero aquí lo importante es eso, que nos responda simplemente apretando el juguete.
Está claro que nadie necesita a un muñeco para hablar con los más pequeños y no vamos a defender el uso de apps para comunicarse mejor con los niños. Ni estamos tan locos ni somos tan cortos de miras. Sin embargo, sí nos parece una forma divertida y espontánea de comunicarse con un niño y sobre todo una práctica idea para aquellos que están lejos. Para tíos, madres en viaje de trabajo, padres que un día llegan tarde o abuelos que viven a 1000 kilómetros pero que cada noche quieren dormir a su nieto con un cuento sobre magos y dragones.