A finales de los 80 se habían acabado los cines de barrio, pero los videoclubs estaban en su máximo apogeo. Los cinéfilos estaban hartos de rebobinar los grandes blockbusters de Hollywood, así que el mundo se llenó de productores más o menos espabilados dispuestos a llenar las estanterías de novedades a cualquier precio.
Uno de ellos era el productor de serie B Joe d’Amato, que encargó a la pareja artística y sentimental formada por el director Claudio Fragasso y la guionista Rossella Drudi una película de terror «pero sin sangre». Se titularía Troll 2 y pronto se convertiría, oficiosamente, en la Mejor Peor Película de la Historia.
Todo lo que rodeó la creación de Troll 2 fue delirante. En primer lugar, no tenía nada que ver con Troll, la original de John Carl Buechler, de la que sólo aprovecharon el nombre con fines publicitarios. Además, tampoco salía ningún trol, ya que los protagonistas eran duendes. Como no podía aparecer sangre, los humanos se tenían que convertir en plantas para que así los pudieran devorar los malvados protagonistas, convirtiéndose en los delirantes ‘carnívoros vegetarianos’ que hoy conocemos.
Según Rossella «la idea surgió como una crítica a mis amigas y amigos que se hacían vegetarianos». El choque cultural no sería sólo una cuestión de dieta. A D’Amato no se le ocurrió nada mejor que rodar la película en Utah, con actores (por decir algo) locales. Rossella y el hedonista equipo italiano lo pasaron fatal. «Eran mormones: allí no había sexo, no había vicios, no había drogas, no había nada».
Sus palabras son inexactas: uno de los actores, Don Packard, acudió fumado al rodaje. «¡Nosotros no teníamos ni idea! ¡Ni de que consumía marihuana ni de que aquel día le habían dado libre en el psiquiátrico!», cuenta hoy Fragasso, bautizado como Drake Floyd para americanizarse en los créditos del film.
De hecho, era harto complicado si tenemos en cuenta el rudimentario inglés que utilizaba para comunicarse con el elenco y que originó no pocas mofas en el rodaje. «No es verdad», continúa Fragasso. «Los actores eran unos ‘perros’, unos aficionados. Por eso no dejábamos que tocaran el guion». Diálogos como el de la homosexualidad o la escena de la familia en la mesa son ya clásicos de lo que no debe hacerse ante una cámara.
De los efectos especiales, mejor no hablamos: hasta en el barrio con la gente menos imaginativa de Kentucky se trabajan más los disfraces y caretas que en Troll 2.
La película fue un desastre en su estreno, tal y como era de esperar, y truncó la fantástica carrera de Fragasso y Drudi como pergeñadores de clásicos de serie B, que cuenta entre sus hitos con Monster Dog, interpretada por un Alice Cooper licántropo al que acompaña ¡Victoria Vera!
La pareja se dedicó a hacer películas de skinheads y violencia social, hasta que, en 2005, Troll 2 volvió a llamar a su puerta. «A partir de 2005, gracias a internet, el público volvió a descubrir Troll 2». De repente, los estadounidenses empezaron a hacer nuevos pases del film, haciendo guerras de palomitas y repitiendo las líneas de diálogo más delirantes, en festiva celebración de su cutrez innata.
Viendo negocio, dos de los actores del filme se dirigieron a Fragasso para solicitar su ayuda en una convención y un documental, a la sazón titulado Best Worst Movie (La mejor peor película). A Fragasso, al principio, no le hizo mucha gracia que se tomaran su criatura a broma y en las entrevistas de la película está de un humor de perros.
Hoy, mucho más relajado por la cantidad de viajes y convenciones que los frikis le han financiado, lo lleva de mejor grado. «No es que estuviera enfadado, es que no me gusta que se cuenten mentiras sobre la película, como eso de que Rossella y yo no hablábamos inglés».
También da una explicación a por qué, con la cantidad de películas malas que hay, la suya es objeto de culto. «Ha costado, pero por fin se ha entendido el mensaje de Troll 2: que si tú le haces algo al planeta, el planeta te lo devuelve. Además, hoy los espectadores ya saben que es una comedia, que es algo que no se vio claro en su estreno». Tal vez porque no lo era, tal vez porque lo cómico fue un efecto involuntario.
Sea como sea, dice Rossella que ya tiene escrita la segunda parte: Troll 2-Parte 2: La venganza de la hamburguesa. Que se anden con ojo porque ese karma al que tentaron riéndose de los vegetarianos se les ha vuelto en contra: «Nuestra hija nos ha salido vegetariana». No nos atrevemos a preguntar si también caníbal.
Claudio Fragasso es una de las estrellas (a su manera) que están en Cutrecon, el festival de cine cutre (y extraordinariamente divertido) que se celebra estos días en Madrid. Toda la información, aquí.
El que ha escrito este articulo no ha visto «¡Ja me maaten…!»
[…] ‘Troll 2’: la venganza del moco […]
La peor?
Estos no han visto plan 9 from outer space.
Los platillos volantes son platos de plastico con un hilo, los decorados de poliespan y los protas se tropiezan con ellos (moviendolos) y no repitieron las escenas, en escenas sucesivas temporalmente hablando se pasa de la noche al dia varias veces (incluso en escenas que transcurren en un solo dia), hay escenas que se repiten en varias ocasiones durante la pelicula (el mismo metraje varias veces), vela lugosi (una estrella el momemnrto) murio durante el rodaje y le sustituyeron por un tio que no se le parece en nada, asi que le hacen taparse la cara con una capa en todas las escenas.
Me quedan mas chapuzas eh? Esto no es todo.
Por no mencionar que el argumento da verguenza ajena.
Plan 9 hace que troll 2 parezca una superproduccion a la altura de la trilogia del señor de los anillos.
https://youtu.be/vzrzxnPKLtA