Juego de tronos. Dos batallas épicas. Tyrion en Desembarco del Rey y Jon Nieve en El Muro. Episodios aristotélicos. Sin embargo, el drama es más intenso en Desembarco. La clave está en Tyrion.
ABAJO, UN PUÑADO DE DESTRIPES
En su momento comenté que la fuerza dramática del episodio del asalto a Desembarco del Rey (episodio 2×09) estaba en el seguimiento de las reglas de la dramaturgia aristotélica *: unidad de acción, de tiempo y lugar. Cometí un error. En la ecuación no contemplé las emociones, las sensaciones que despiertan los personajes. Y en esto, Tyrion Lannister gana a Jon Nieve. Tyrion es el campeón del carisma, la sal de la fórmula (de la misma manera que la tortilla de patatas depende de las manos de quien la hace). **
Las tres reglas aristotélicas
I. La unidad de acción establece que las obras no deben incluir más de una acción.
El episodio 2×09 (Blackwater) está centrado en el ataque de Stannis Baratheon a Desembarco del Rey.
El episodio 4×09 (The Watchers on the Wall) está centrado en el ataque al muro por parte de los salvajes y los gigantes.
Las tramas de otros personajes de Juego de Tronos desaparecen durante los asaltos. R. R. Martin sabe que una emoción no debe ser interrumpida. La intromisión de las tramas de otros personajes romperían la tensión dramática. (Véase cómo en las peores telenovelas las escenas dramáticas están entremezcladas de manera que la emoción se diluye… Un personaje pregunta: ¿Eres mi padre? Y diez minutos después, el hombre responde…)
II. La unidad de tiempo obliga a la obras a desarrollarse dentro del término de 24 horas.
Realmente, ambas batallas transcurren en el espacio de pocas horas, menos de 24, durante la noche.*** La oscuridad ayuda a crear incertidumbre, sentimiento de claustrofobia.
III. La unidad de lugar establece que las obras deben transcurrir en un mismo sitio.
El episodio de Desembarco transcurre entre la fortaleza, la torre de las mujeres y la playa.
El episodio de El muro se desarrolla entre el castillo, El Muro y el espacio entre el bosque y las puertas exteriores de El Muro.
Como se ve, ambos episodios están cortados por las teorías posaristotélicas. Y también en ambos, el desarrollo dramático y los giros de guion son similares. Entre los momentos más destacados:
- Tanto en Desembarco como en el Muro hay incertidumbre por el resultado. Desembarco está protegido por ciudadanos armados (los soldados están en las grandes batallas) y el Muro está defendido por delincuentes con apenas instrucción militar.
- El rey Joffrey se esconde en la torre de las mujeres. Uno de los superiores de Nieve se encierra en una habitación con la única mujer en El Muro.
- Tyrion y Nieve comandan el ataque en ausencia de figuras autorizadas y experimentadas para ello.
- Tyrion es salvado in extremis de una muerte segura igual que Nieve. A Tyrion le salva el escudero, a Nieve un niño arquero. Tanto el escudero con el niño permanecían ajenos al combate.
Los vigilantes de El Muro (los cuervos) se encuentran en mayor desventaja que los guardias de Desembarco del Rey. 10.000 salvajes contra apenas un centenar de vigilantes. Sin embargo, como se apunta más arriba, la emoción es mayor en Desembarco. ¿Influye que R. R. Martin escribiera el guion de Desembarco y no el de El Muro? Es poco probable. La escritura de guiones en Juego de Tronos tiene una calidad uniforme (que en mucho está sometida a la saga literaria).
Tyrion, el héroe clásico
Tyrion es la clave para hacer que el ataque de Stanis a Desembarco sea visto con especial intensidad. En este episodio se ha quitado importancia a las luchas y se ha dado espacio al dramatismo.
Tyrion carece de instrucción militar. Es un hombre odiado por su padre, su hermana y su sobrino (Joffrey). Ellos esperan que Tyrion muera en la batalla. Además, nuestro héroe favorito cuenta con el rechazo de los ciudadanos, tanto por ser un Lannister como por ser un «engendro de la naturaleza».
Por otro lado, la personalidad y la inteligencia de Tyrion ha conquistado a los espectadores. Tyrion representa en su estatura al héroe clásico: el individuo que partiendo de una posición desfavorable alcanza sus objetivos a través de una serie de arduas pruebas. Uno teme por la suerte de Tyrion. De alguna manera, todos hemos sido o nos consideramos como Tyrion: una persona con méritos, con capacidades, cuyos méritos no son reconocidos. Una persona que está dispuesta al sacrificio por unas gentes que lo odian.
Jon Nieve, héroe autosuficiente
Jon Nieve es un bastardo. Sin embargo, sus hermanos por parte de padre lo aman. Nunca fue tratado como un extraño por los Stark. Solo la esposa de Eddard Stark puso malos ojos a Jon. Y aunque llora la muerte de su padre, de sus hermanos y la suerte incierta de sus hermanas, ese dolor apenas se expone. En este aspecto, Nieve tiene la misma apertura emocional que Eduardo Manostijeras, pero con una diferencia notable: el personaje de Tim Burton es una criatura ingenua y desvalida.
Nieve tiene instrucción militar (es un Stark de los pies a la cabeza), cuenta con el favor de un grupo de vigilantes —aunque no tanto de algunos de los jefes— y cuenta con el mérito de haber sobrevivido a una convivencia con los salvajes. En Nieve confiamos. No tememos por su vida. Por eso, llegado el momento, hará lo que tiene que hacer: saca a relucir lo que sabe y sus capacidades para comandar la Guardia de la Noche. La autosuficiencia de Nieve es un lastre para el dramatismo del episodio del asalto. Es difícil identificarse con un héroe creado para ser un héroe.
Tyrion, el héroe a su pesar
Sin embargo, Tyrion no es un líder natural. Se convierte en líder en Desembarco, al menos por una noche, haciendo de tripas corazón, arengando a las masas con un discurso inteligente y entrando en batalla con la certeza de que morirá en la playa. Tyrion es el líder que surge del miedo.
Tyrion es una suerte de Hamlet que toma armas contra océanos de calamidades y haciéndoles frente trata de acabar con ellas.
La conclusión que uno extrae es que escoja un autor seguir o desdeñar las reglas del drama, no debe despreciar las emociones, que son las que atrapan al público.
Notas:
* Los dramaturgos del siglo XVI establecieron tres «unidades dramáticas» para desarrollar una obra de teatro: acción, tiempo y lugar (reinterpretando la Poética de Aristóles).
** Los episodios mencionados ayudan a arrojar luz a un debate antiguo en la narrativa cinematográfica y de series: ¿Trama o personaje? Las tramas son similares en ambos episodios. Pero Tyrion es un personaje más atractivo para el espectador.
*** La serie 24 es aristotélica en cuanto al tiempo. Aquí radica parte de su atractivo. Y en Jack Bauer, por supuesto.