Hubo un tiempo en que la llegada del verano significaba tres meses sin volver a pisar las aulas ni… ¿abrir un libro de texto? No. Eso no. De ello se encargaba Vacaciones Santillana. Evitar a toda costa que el largo parón estival eliminase de nuestra memoria lo aprendido durante el curso anterior era su misión. El verano no era tan buen momento para aprender cosas nuevas como para no olvidar las ya sabidas. Nada nuevo bajo el sol. Aunque de un tiempo a esta parte, la cosa está cambiando. A julio y agosto se les ha comenzado a sacar mayor provecho y son los meses elegidos por muchos padres para que sus hijos mejoren su inglés, practiquen nuevos deportes o se aprendan sobre el emprendimiento.
Entre la oferta de campamentos de verano existe una gran variedad temática y en esta no falta la dirigida a fomentar la cultura emprendedora, ahora tan en boga (a veces hasta la extenuación).
EmprendeKids es uno de estos proyectos educativos que aprovechan las vacaciones estivales para tratar de infundir la iniciativa emprendedora en niños de entre 10 y 16 años. En su carta de presentación aseguran que a emprender se aprende, y a enseñar a emprender es a lo que aspiran los talleres de su campamento de verano, impartidos por emprendedores y profesores ‘innovadores’.
Madrid y Cantabria son, de momento, las sedes de estos campamentos. En esta última comunidad fue donde Rosa Poo, fundadora de EmprendeKids, puso en marcha en 2010 el Campus Iniciador Kids con un objetivo y un método muy similar al de su nuevo proyecto: “Trato de rodearme de grandes profesionales del mundo de la empresa, el emprendimiento y la educación para tener una visión lo más acertada posible sobre cuáles van a ser las necesidades formativas para un futuro profesional más real”.
Poo asegura que EmprendeKids pretende colaborar con la comunidad educativa (“profesores, padres, instituciones, emprendedores y empresas”) aunque no muestra reparos al señalar cómo la educación actual coarta la creatividad infantil: “A los niños se les enseña a seguir las reglas y ello inhibe su creatividad. Los niños, por naturaleza, son creativos, exploradores, inventores… Se trata de que desplieguen sus capacidades y observen su entorno de una manera disruptiva, desde diferentes puntos de vista. ¿Por qué una silla tiene que tener cuatro patas y no una o dos o tres? La innovación no es fruto de la casualidad”.
Aún así asegura que su intención con EmprendeKids no es enfrentarse al actual sistema educativo sino ampliar el escenario de aprendizaje mediante talleres en los que se “aprende haciendo” y que beben del design thinking: “Se trata de dinámicas muy participativas, donde el niño es protagonista, interactúa con otros niños y su profesor-emprendedor. Es un modelo que aprovecha el saber hacer y los conocimientos de cada profesor, hay una confianza absoluta en aquello que van a transmitir y cómo lo van a hacer”.
Proyectos de verano que ‘prometen’
De nuevo Madrid , junto a Navarra y La Rioja, se convertirá este verano en sede de otro campamento práctico para emprendedores. En este caso, Campus Promete 2013. A través de él, la Fundación Promete propone «un reto excitante» para chicos y chicas de entre 10 y 18 años, consistente en realizar un proyecto personal de libre elección en cualquier área del conocimiento; desde su ideación y planificación hasta su producción, documentación y publicación. Lo tendrán que realizar durante una o dos semanas y lo podrán hacer tanto presencial como digitalmente.
Durante este tiempo, el niño cuenta con el asesoramiento y apoyo de un coach o tutor así como con los de profesores especializados en el área afín a su proyecto. Según aseguran los organizadores, durante todo el proceso dispondrá de «propuestas didácticas innovadoras, recursos y expertos para realizar su proyecto y lograr sus objetivos».
Una de las fases fundamentales del proyecto es la publicación y socialización del mismo, que se realiza en dos contextos: por un lado, presencial, que se realiza, al menos, una vez durante el Campus, mediante un show que se celebra cada noche y en el que se dan cabida a actuaciones musicales, obras de teatro, presentaciones científicas, exposiciones de obras de arte, etc. Por otro lado, la socialización también se llevará a cabo de forma digital. A través de la comunidad online privada, el alumno podrá documentarse y compartir los proyectos y comentarios con padres, profesores, tutores y monitores.