Suele decirse que la comida entra por los ojos más que por el estómago. Así que no es de extrañar el estudio que ha realizado Pyszne.pl revele la paleta de colores que componen las comidas más típicas de cada país del mundo. Porque pocas cosas resultan más fáciles de asociar que el color y el sabor. Y en función de eso, el resultado de este mapa mundi alimenticio es, cuando menos, curioso.
El estudio se ha basado en más de 3 millones de reseñas de restaurantes de 151 países diferentes recogidas entre mayo y junio de 2021. Se identificó, en función de una serie de datos que determinaban las comidas típicas de cada país, el plato más mencionado en los 50 países más poblados del mundo y se tomó como plato típico.
En esta fase, dieron preferencia a las comidas de mediodía y a aquellos cuyo color primario podía distinguirse sin ambigüedad. Después, se utilizó un generador de paleta de colores para distinguir las tonalidades más destacadas de las imágenes de los platos identificados.
El cocido y la escalivada, los platos más reseñados en España, junto a los bocadillos y los churros con azúcar, aportan a su paleta de colores tonos naranjas y marrones. En Austria, por poner otro ejemplo, los tonos son beiges y marrones gracias a los mohnnudeln, unas gruesas albóndigas de patata cubiertas de mantequilla y espolvoreadas con azúcar glas, y los germknödel, unas albóndiga de levadura cocida al vapor, rellenas de mermelada de ciruela y espolvoreadas con semillas de amapola, que aportam un toque negro a la paleta.
Los platos que representan esa gastronomía internacional pueden sorprender. En el caso de Estados Unidos, además de las hamburguesas y los nuggets de pollo, las comidas más reseñadas han sido la pizza rellena al estilo de Chicago y el uramaki de Los Ángeles, un rollo de sushi que lleva el arroz por fuera. Gracias a esos dos platos, la paleta de colores estadounidense añade el rojo, el dorado y el verde.
Nunca los colores abrieron tanto el apetito.
