En Manhattan no hay tierra yerma. Pero sus habitantes sueñan con nuevos parques. Hace unos años el arquitecto James Ramsey y Dan Barasch descubrieron que en ese distrito de Nueva York había una terminal de tranvía subterránea en desuso y pensaron: ‘¿Por qué no hacemos un parque público aquí? Un espacio verde en el subsuelo’. Hoy tienen una propuesta en firme de lo que llaman “el primer parque subterráneo” y, por extraño que parezca, las plantas harán la fotosíntesis varios metros bajo tierra.
El proyecto, llamado The Delancey Underground y conocido popularmente como LowLine, pretende crear un “nuevo tipo de espacio público que utilice tecnología solar para que la iluminación sea natural”, según explican en su web.
Unos paneles situados en la calle captarán la luz del sol y la dirigirán, a través de cables de fibra óptica, al espacio subterráneo.
Ramsey y vicepresidente de PopTech ya han construido un prototipo de esta tecnología para probar su funcionamiento y aseguran que este sistema permite la entrada de suficiente luz como para que pueda crecer vegetación y las plantas hagan la fotosíntesis. Sin embargo, no dejará pasar a los rayos ultravioletas (los más perjudiciales para la salud humana).
Los autores del proyecto ya han hablado con el dueño de ese espacio, Metropolitan Transit Authority, y, según indican en su site, el organismo oficial se ha mostrado receptivo. También han presentado la idea a los comerciantes de la zona y su entusiasmo ha sido aún mayor.
Ahora necesitan crear una demo a gran escala para terminar de convencer a los posibles inversores, a las autoridades municipales y a los vecinos, de la viabilidad de la idea. Este trabajo requiere, al menos, una suma de 100.000 dólares y, para conseguirlos, han lanzado una campaña en KickStarter (una plataforma de crowdfounding o financiación colectiva).
Los ciudadanos han respaldado decididamente el proyecto. En este momento casi 2.100 personas han aportado más de 119.500 dólares y aún quedan 32 días para que termine la campaña.
Barasch y Ramsey conciben The Delancey Underground como un espacio donde confluya el recreo, los negocios locales, la naturaleza, el arte, la cultura, los programas educativos… “Es más que una oportunidad para revitalizar económicamente la zona”, indican en KickStarter. “Representa un diseño innovador y una nueva generación de tecnología verde. Está en el corazón de un debate global sobre el potencial de la infraestructura urbana del pasado y la necesidad de las ciudades de reinventar el significado del espacio sobre y bajo el suelo”.
“Este proyecto supone un nuevo enfoque sobre la tecnología solar. Usa fibra óptica innovadora para reflejar la luz bajo tierra y así ahorra electricidad, reduce las emisiones de carbono y hace posible que las plantas, los árboles y el césped puedan vivir en interiores”, continúan. “The LowLine forma parte, esencialmente, de una nueva fase en el diseño urbano en el que la creciente escasez de recursos nos obliga a imaginar un uso más inteligente y más creativo del espacio público”.