Se acabaron las cabezadas con posturas imposibles que degeneran en tortícolis cuando no en aterrizajes cefálicos sobre el compañero de asiento. Las siestas en el Metro han entrado en una nueva era. Al menos, en el de Nueva York.
Aunque, lamentablemente, esa era persistió apenas unos minutos. Los que duró la última actuación de Improv Everywhere en la que un vagón de metro se convirtió de repente en un coche-cama para sorpresa de los viajeros.
Sucedió durante la noche del pasado domingo. Los agentes de Improv Everywhere eligieron ese momento para asegurarse que los vagones no iban demasiados llenos.
Dos de ellos se tuvieron que poner el pijama para hacer de gancho. Metidos en sendas camas colocadas en el pasillo del vagón, esperaron las reacciones de los primeros viajeros.
A Charlie Todd, fundador de Improv Eveywhere, le tocó hacer de responsable de informar a los viajeros sobre el supuesto nuevo servicio del Metro de Nueva York y de entregar las amenities (pijamas, antifaces, tapones para los oídos almohadas…) a todo aquel que quisiera echar una cabezada en la cama que aún no estaba ocupada.
Algunos se reían, otros hacían fotos y alguno hubo que accedió y aprovechó el viaje para dormir una mini-siesta.
De momento, y la espera de ver si los responsables de los servicios de transporte de la ciudad consideran la experiencia como prueba piloto para un posible servicio similar, los usuarios del Metro esperan la nueva ocurrencia de Todd y compañía…