Unicornios humanos

1 de abril de 2013
1 de abril de 2013
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El Centro de Estudios UFO y Paranormales de Burlington especula sobre si existió o no una raza pretérita de humanos con cuernos. Basan su teoría en la existencia de calaveras que así parecen atestiguarlo. Como es natural, toda clase de frikis aportan sus teorías a este fenómeno, a caballo entre la mitología, la medicina y el ascazo.
Thor bebía cerveza en un cuerno interminable, Moisés utilizaba el suyo para llamar a su pueblo, y Alejandro Magno para amedrentar al enemigo. Los cuernos son cosa seria, sobre todo si te crecen en la frente.
Todo el mundo sabe lo que es un unicornio, esa criatura que campa en las lindes de la religión católica, y que se supone que solo pueden ver muchachas virtuosas y libres de pecado. Ridley Scott ya nos mostró su obsesión con estos bellos animales mitológicos, tanto en Legend ( 1985) como en Blade Runner (1982).
Pero no es lo mismo un caballo blanco con un hermoso cuerno que un interventor de Hacienda o una secretaria de dirección con uno o más cuernos adornando sus cabezas. Muchos estudios médicos ni siquiera los mencionan por superstición, y siempre se les ha atribuido un origen satánico. Curiosamente aparecen con más frecuencia en mujeres de cierta edad.
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Técnicamente están más relacionados con un acné de mil demonios que con un cuerno en sí, pues no están hechos de queratinas, sino de una sustancia parecida al pus, que luego se endurece al contacto con el aire. Como la cabeza de una espinilla.
Hay Tattoo Studios en los que pueden insertarte entre la piel de la frente y el hueso sucesivas piezas de coral o de material inerte que imite en realidad la aparición de un cuerno. El tratamiento es doloroso, pero el resultado interesante, sin duda, se puede observar en las principales convenciones de tattoo, piercing, escarificación y otras técnicas más invasivas.
No hace mucho uno de estos unicornios modernos, Jessie Thornhill fue arrestado en Oklahoma por asalto, y su imagen corrió como la pólvora despertando el espanto de muchos y la admiración estética de otros.
También el malo malísimo de Star Wars, Darth Maul, fue maquillado con esos cuernecillos demoníacos, ya que la imaginería y mitología populares siempre atribuyen a estos cuernos propiedades directamente vinculadas con el Mal (signifique eso lo que signifique).
En su libro Anatomicae Institutiones Corporis Human el naturalista flamenco Bartholinus menciona a un paciente con un cuerno de 12 pulgadas (30 cms.) Corría el siglo XVII. Entre los casos recientes más espectaculares encontramos el de una chica de 17 años en Sudáfrica, que padecía la presencia de ¡45 cuernos! que le crecieron en los brazos y las piernas.
Aun hoy día son trastornos que se ocultan con vergüenza y que a veces ni siquiera se documentan, sobre todo si los pacientes viven en zonas rurales o atrasadas, como sucede con otras enfermedades, como la hipertricosis (hombres lobo).
En un conjunto funerario que se descubrió en Sayre (Bradford County, Pennsylvania), en 1880, aparecieron numerosas calaveras con sendos cuernos a ambos lados de la frente. Algunas de ellas pueden admirarse en el British Museum de Londres, que conserva una interesante colección de cuernos humanos, para deleite de mitómanos y morbosos. En Manhattan cada veinte metros hay un Nail Center, donde pueden esculpir las cosas más caprichosas en las uñas de las clientas… Pero ¿cómo se las arreglan los poseedores de un cuerno auténtico para llevarlo cuidado y lustroso?
Si pretende hacerse con uno de estos souvenirs tenga cuidado, porque en el argot del mercado negro, “human horn” significa nariz. Y sí, aunque no lo crean, hay personas que trafican con narices humanas. Pueden verlo en el episodio 417 de Futurama.
La próxima vez que sienta cómo una pertinaz espinilla intenta abrirse camino en su frente, rece porque solo sea un grano, y su cráneo no termine expuesto en la vitrina de un museo…

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