Vampiros desde Grecia a las Monster High

28 de diciembre de 2012
28 de diciembre de 2012
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Annex - Lugosi (Dracula)
Drácula desprecia la moral victoriana. Su poder no está tanto en su físico como en su desvergüenza. Precisamente es la desvergüenza el signo que comparte Drácula con los vampiros de última generación. Ahora son los chicos malos del instituto. Las adolescentes de nuestro tiempo sienten el control parental como el corsé social que asfixiaba a las víctimas de Drácula en la época victoriana.

Anteriormente en Yorokobu…
Descubrimos que cada crisis económica de los siglos XX y XXI viene acompañada de una oleada de zombis en el cine y la televisión. Si bien es cierto que las taquillas de cine se llenan de monstruos en los periodos más sombríos de la Historia, cada monstruo parece encontrarse más cómodo en unos momentos históricos que en otros. Las distintas degradaciones o reinvenciones del vampiro están relacionadas con las épocas con fuerte represión moral y con el cambio de las reglas del juego en las relaciones sexuales.
EL VAMPIRO ERA UNA MUCHACHITA
Una característica que no ha perdido el vampiro a lo largo de los siglos es su capacidad como criatura seductora.
Lamia
La hermosa Lamia es la primera vampira que reconocemos en Occidente: mujer de cintura para arriba; serpiente de cintura para abajo. Nace en la Antigua Grecia y podemos encontrarla en leyendas españolas. La figura de Lamia advertía a los hombres del peligro que podría esconder la belleza femenina. (Resulta curioso cómo los híbridos mitológicos convierte la vagina en una parte animal, monstruosa —hablaremos de esto algún día).
LA FAMILIA, LOS VECINOS… ESOS VAMPIROS
En los siglos sucesivos los vampiros pasaron a ser antepasados muertos, vecinos que reclamaban deudas pendientes (¿desahuciadores post mortem? ¿Se creó en aquellos tiempos la comparación entre banqueros y vampiros?)
La identificación (o confusión, vete a saber) de los vampiros con la aristocracia es de manera tardía, durante la Edad Moderna. El mismo Byron es transmutado en vampiro el Dr. Polidori, médico personal del poeta, en el interesante relatito El vampiro, donde la criatura maléfica experimenta un indescriptible placer arruinando a sus víctimas jugando a las cartas
DRÁCULA, UN HOMBRE INMORAL
Bram Stoker hace la misma jugada que Polidori: crea Drácula con una personalidad a imagen y semejanza de su jefe, el seductor actor Henry Irving. (Vampiros y jefes, un binomio difícil de destruir). Bram Stoker era secretario de Irving, libretista, y admirador, con una entrega equiparable a la de Smithers por el Sr. Burns en Los Simpsons. Drácula era por tanto, un libro-venganza.
Por el camino, Stoker muestra a una criatura que desafía la moral victoriana (disciplina, pureza y fe). El poder del vampiro no está tanto en su físico como en su atrevimiento. Drácula es un macho alfa con las cualidades hiperdesarrolladas, un James Bond entre los monstruos ajeno a los convencionalismos. Realmente, la acciones e intereses de Drácula no son muy diferentes a las de Mr. Hyde o Dorian Gray. La destrucción del vampiro mediante la cruz se muestra como aviso a navegantes: los vicios tienen su castigo; no es posible escapar a la justicia divina. Es el peaje que paga Drácula, como novela, para ser presentado en sociedad.
dracula-novias
La ingestión de sangre se convierte en una metáfora del intercambio de fluidos corporales como simbiosis de cuerpos y almas. Por tanto, el derramamiento de sangre ajena no constituye para Drácula un dilema moral.
El cine adopta los vampiros con las limitaciones y la iconografía creada por Stoker. De manera que los vampiros permanecen trajeados como caballeros y vulnerables a la cruz hasta los 60
EL VAMPIRO Y LOS HIPPIES
La época de las flores, los hippies y la liberación sexual de la mujer reconvirtió al vampiro.
En estos 60, Drácula ya no es el personaje que rompe con la moral y las costumbres porque la moral occidental era cuestionada en distintos frentes. Por otro lado, las mujeres adoptan roles más activos (o eso queremos creernos). No es la princesa que espera al príncipe (llámese Azul, llámese Vlad), es la mujer, de carne y hueso, que si quiere busca, y que tiene absoluta libertad para rechazar a los pretendientes. (Debe ser que la ausencia de corsé permite respirar y oxigenar el cerebro).
El vampiro sobrevive en la ficción reinventando sus orígenes: no está en la vieja Europa, si no en el antiguo Egipto. Vampiros acordes con los prolegómenos de la Era Acuario. Los vampiros de viejo cuño sirve a la burla y la parodia en cine y televisión.
EL DILEMA DEL VAMPIRO
Puesto que la víctima y el vampiro comparten las mismas desinhibiciones sexuales, las nuevas películas sólo pueden funcionar convirtiendo al vampiro en un simple depredador, o bien dotándolo de un dilema: tomar sangre humana o no tomarla. La sangre es considerada una droga, y el vampiro un pobre yonky más que una figura romántica. Así aparece en La adicción de Ferrara (1995), en la que una Lili Taylor, recientemente vampirizada, intenta liberarse con la oración de la compulsión de tomar sangre.
la-adiccion-ferrara
La Ciencia hace posible que el vampiro abandone su hábito de tomar sangre en la serie True Blood. La Ciencia crea la metadona de la sangre humana. El vampiro pierde puntos como criatura que desafía la moral y ahora no necesita asesinar para calmar su adicción. ¿Cómo reciclar la figura para que interese al público? Alan Ball convierte al vampiro en “el nuevo negro”, “el nuevo musulmán”, una figura a través de la cual se hace un retrato de la intolerancia en el viejo sur de los Estados Unidos. El invento se cae cuando aparecen las hadas…
EL VAMPIRO Y LAS PREADOLESCENTES DEL SIGLO XXI
Si el cine contemporáneo quiere mostrar vampiros conquistadores debe situarlos en otras épocas, donde las víctimas son mujeres encorsetadas (por la prenda —no por gusto— y por la moralidad) que desean liberarse. En la época moderna, el vampiro es una criatura que toma como víctimas fáciles de la seducción a preadolescentes con apenas conocimiento de la vida y una personalidad por formar.
Los vampiros de última generación son los chicos malos del instituto. Las preadolescentes sienten el control paternal como el corsé social que asfixiaba a Mina, la víctima deseada por Drácula. Los vampiros no son visto tanto como monstruos, como criaturas con las que soñar una vida eternamente adolescente.
El mordisco del vampiro sustituye a la primera calada de cigarrillo, a la primera ingestión de alcohol, estigmatizados por lo políticamente correcto. El nuevo ritual para dar comienzo a una nueva vida sólo es un chupetón, que no se entere mamá.
LAS MONSTERS HIGH Y LA HERMANA PEQUEÑA
La más pequeña de la casa imita a la hermana. Barbie pierde puntos. La rubia de proporciones imposibles ha pasado a ser una secundona en los deseos de las niñas. Barbie se antoja un remedo de mamá o de lo que mamá quisiera ser mamá. No debe extrañarnos que Mattel sea creadora de Barbie y Monster High.
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Apartarse  de Barbie es alejarse de una adultez en la que se habla de “qué caro el gas”, “otra vez sube la luz” y “a ver cómo pagamos la hipoteca”.
Una Monster High es una eterna adolescente, como monstruo puede permitírselo. En la nueva cosmología de monstruos para menores de siete años, los vampiros no temen a la luz y son invulnerables a los métodos clásicos de exterminio. Usan smartphones, ultrabooks, ropa de diseño, huelen bien, y tienen complementos y maquillaje para lucir a cualquier momento, porque siempre hay una fiesta.

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