En las calles de un México peligroso, el niño pelea con su piruleta, el ejecutivo lucha con su maletín y el carnicero, con su cuchillo, busca venganza ante los criminales. De eso va Civilian Avengers. Rise of the decent people, el primer videojuego que ofrece a la gente común la opción de defenderse de los criminales en un país donde el 68% de la población considera que vive en una ciudad insegura.
«Es un juego en el que las personas toman parte del conflicto en el que viven, que en México es la inseguridad. Deciden defenderse para sentirse en un lugar seguro», explica Jorge Suárez, cofundador de TKO game studios, una empresa mexicana fundada en julio de 2013.
Civilian Avengers salió en diciembre. En febrero pasado, ciudadanos hartos de la violencia provocada por las luchas entre los cárteles del narco, empezaron a crear los denominados grupos de autodefensa: colectivos civiles armados contra narcotraficantes. Eso provocó que los medios de comunicación vinculasen ambas circunstancias.
«El videojuego no retrata a las autodefensas, ni siquiera sabíamos entonces que existían», cuenta Suárez, cuya empresa ya ha lanzado 25 videojuegos.
Un equipo de seis personas dedicó dos semanas a la creación del juego. Los protagonistas son como personas comunes y corrientes y los antagonistas representan al estereotipo de criminales, funcionarios y políticos mexicanos, «o sea, a lo peor de la lacra social. Ladrones que andan por la calle disfrazados», dice Suárez en referencia a los malos.
Para Suárez, «cualquier persona que trabaje en el gobierno es un parásito y un criminal que es cómplice siempre de los delincuentes que oprimen al pueblo. Por eso es el pueblo el que tiene que tomar la justicia por su mano».
Civilian Avengers está disponible para Android e IOS Play, en versión gratuita o de pago (13 pesos). En tres meses, el videojuego tiene más de 20.000 descargas. TKO game studio ya prepara la segunda parte del videjuego: Civilian Avengers. Age of Heroes in the Republic: mismos protagonistas y distintos antagonistas. En la continuación, los malos son los políticos.