Si te encuentras en l’île de la Cité, si cruzas el Pont Neuf y diriges tus pasos hacia la Rue du Louvre es probable que optes por parar en una brasserie para comer una quiche lorraine o un filet mignon. Probablemente deseches la idea de entrar en un local de diseño con un nombre tan pretencioso como Wikibar. Pero probablemente estés cometiendo un gran error.
Tiene su sede en París, una de las cunas la gastronomía con restaurantes de renombre y una constelación de estrellas Michelín pululando por sus esquinas. Tiene una carta exigua y dos padrinos tan ajenos al mundo gastronómico como pueden ser un profesor de Harvard y un diseñador.
Lo que hace especial a este lugar no es tanto su comida, sino sus envases. Nada de bolsas de plástico, ni cajas de cartón. Nada de platos, ni vasos, ni pajitas de plástico. Aquí el envase forma parte del menú. “Los clientes se comen el embalaje ya que es inseparable de la comida, ambos forman un único elemento y el sabor no se ve alterado”, asegura Clemence Denis, relaciones públicas del bar.
Este embalaje al que hace referencia Denis no es otro que wikipearl, un pellejo orgánico, similar al que la naturaleza crea alrededor de ciertas frutas como las cerezas o las uvas. De momento no envuelve quiches ni filets mignon (pero paciencia, todo llegará), solo hace lo propio con helados. Hay de coco y mango, de chocolate con avellanas y de vainilla con cacahuetes. Y en poco tiempo, el Wikibar ampliará su carta introduciendo productos como yogur, café, zumos e incluso queso envueltos en este pellejo tecnológico.
“Es una innovación que ha cambiado nuestros sentidos… Y nuestra conciencia”, reflexiona Denis. Más allá de lo divertido o curioso, más allá de la anécdota, este avance puede tener una trascendencia mayor. Su tecnología, wikicells, ha sido elegida por el New York Times como uno de los 32 avances que cambiarán nuestro futuro, un título que también le ha concedido la revista de Le Figaró.
La realidad de las wikipearls hace pensar en un futuro ecológico en el que ni siquiera se puede hablar de reciclaje, pues no hay residuos que reciclar. Esta tecnología surgió en Harvard, en la clase del profesor de ingeniería biomédica David Edwards. Allí se germinó la idea que después desarolló en colaboración con el diseñador François Azambourg y el biólogo Don Ingber durante dos años.
Extraños compañeros de viaje, aunque este tipo de simbiosis no eran una novedad para ellos. Es lo normal en Le Laboratoire, un proyecto del propio David Edwards en el que artistas y diseñadores trabajan junto a científicos para crear novedosos artilugios.
Wikicells y las wikipearls son los últimos de una lista que se hace cada día más larga. Un inhalador de cafeína y vitamina B, otro que expele en tu boca el sabor del mejor chocolate sin incluir ni una sola caloría, una batidora que convierte las bebidas en nubes o una planta que “elimina los gases tóxicos del aire de tu casa u oficina” (?!). Todos estos son experimentos de Le Laboratoire, que lleva en funcionamiento desde el 2007. Su último proyecto promete ser el espaldarazo final a una carrera corta pero prometedora.
El componente básico de wikicells, según explica Edwards, es un compuesto de algas y calcio. En un principio es insípido, pero se le pueden introducir sustancias para que adquiera diferentes sabores, como se ha hecho en el wikibar con los helados. Este material se produce en una máquina, la WikiCell Machine que tiene “una variedad prácticamente inagotable de membranas y formas” resistentes al agua.
Imagina poder guardarte tu helado en el bolsillo. Llevar tu café en el bolso sin miedo a que se derrame. Es posible. Ahora imagina lo que puede suponer esta tecnología cuando se desarrolle, se abarate y se pueda aplicar a cualquier tipo de alimento. Cualquier cosa es posible.