ยฟY si hubiera una Ecoguerra?

La Guerra: esa realidad absurda que no conseguimos quitarnos de encima pasen los aรฑos que pasen y que nosotros, ciudadanos, por lo general solo vemos en los telediarios.

Hay bastantes razones para empezar una guerra (lucha por la hegemonรญa, imperialismos, disputas tribales, limpiezas รฉtnicasโ€ฆ), pero si uno hace un repaso de la Historia, la mayor parte de ellas tienen un componente de identidad nacional o local. De bandos enfrentados. De una idea contra otra o de un movimiento empresarial contra otro.

Es el esquema bรกsico. Azules contra rojos. Nazis contra el Mundo Libre. Napoleรณn queriendo que toda Europa sea francesa. Lo de siempre. Personas contra personas por el control de una serie de recursos, lugares o masas humanas.

Pero ยฟquรฉ pasarรญa si introdujรฉramos en la ecuaciรณn un elemento que tradicionalmente se ha mantenido fuera de los conflictos armados? ยฟQuรฉ pasarรญa si un grupo lo suficientemente grande de personas, venidas de todo el mundo y organizadas decidieran defender, por la fuerza de las armas la Biosfera?

Aunque normalmente se pinte a los ecologistas como gente con rastas y chapas y flores en el pelo, que se pasan el dรญa frotรกndose el cuerpo con cristales de poder y escribiendo pancartas en defensa de las focas, en realidad existen muchas formas de pensamiento ecolรณgico y distintas facciones dentro del mismo.

Hay quien piensa que tener un coche elรฉctrico y reciclar es el no-va-mรกs de lo verde. Vive dentro de un sistema de consumo agresivo, pero modifica ciertas costumbres porque es un โ€œconsumidor con concienciaโ€. Esta opciรณn, perfectamente legรญtima (siempre serรก mejor cuidar un poco del entorno que no hacerlo en absoluto), se enmarcarรญa dentro de lo que en los รบltimos aรฑos hemos venido conociendo como un capitalismo verde. Empresas y gobiernos social y ambientalmente responsables. EcoEdificios. Ahorro energรฉtico. Operaciones de lavado de cara que uno no sabe muy bien si van en serio o son mรกs marketing que otra cosa.

Quienes forman parte del movimiento Deep Green, lo tienen muy claro: esto no es suficiente. Segรบn ellos, la misma idea de capitalismo y la maquinaria industrial que implica para su crecimiento es en sรญ destructiva per se. Una sociedad basada en la industrializaciรณn nunca llevarรก a cabo motu propio una verdadera transformaciรณn para reducir su impacto sobre el mundo que la rodea. Por lo tanto, proponen una resistencia activa (boicots, ataques selectivos a infraestructuras, lo que comรบnmente se tacharรญa como terrorismo). Una llamada a encender iniciativas que lleven finalmente a la civilizaciรณn al colapso, en aras de conseguir que la supervivencia de nuestra especie y el ecosistema que la rodea, se prolongue lo mรกs posible. Ante la pasividad destructiva de instituciones y corporaciones, defienden la acciรณn directa, antes de que sea demasiado tarde.

Algunos pensarรกn que esta organizaciรณn ha llevado lo del โ€˜Rainbow Warriorโ€™ de Greenpeace muy a lo literal. Que sus premisas son un tanto sensacionalistas y poco trabajadas. Pero el caso es que autores como Aric McBay, Lierre Keith o Derrick Jensen, llevan aรฑos aportando bibliografรญa bastante bien documentada al movimiento, hoy por hoy se encuentran bien organizados, aunque muy silenciados en comparaciรณn con otras aproximaciones a la ecologรญa mรกs amables.

Tal vez son unos tronados, y tal vez una guerra entre gobiernos corruptos, empresas depredadoras y luchadores verdes parezca una distopรญa de ciencia ficciรณn. Un argumento barato para una novela de saldo. Pero torres mรกs altas han caรญdo.

Teniendo en cuenta que en los รบltimos 30 aรฑos nos hemos cargado mรกs diversidad natural que en los 300 anteriores, por mucho que las tiendas Natura y el Comercio Justo parezcan indicar lo contrario, no parece que las cosas vayan a ir a mejor en materia ecolรณgica en un futuro prรณximo. Si destruimos el aire y el agua, y agotamos nuestros recursos naturales, a ver quiรฉn es el guapo que vive en esta Tierra.

Ante esa perspectiva, no me extraรฑarรญa que mรกs de uno o dos se rebotasen seriamente. Ademรกs ya se sabe, la (buena) ciencia ficciรณn es siempre un espejo distorsionado de una situaciรณn presente o futura.

Esperemos, de todas maneras, que la sangre no tenga que llevar al rรญo y nuestra especie empiece a tomar verdadera conciencia de su entorno para que no haya necesidad de andar poniendo bombas por ahรญ.

Ahora bien, si llegara la hora de ese enfrentamiento, ยฟtรบ de quรฉ lado estarรญas?

โ€”

Natxo Medina es funambulista.

Este artรญculo fue publicado en el nรบmero de marzo de Yorokobu.

Foto: Pranksky lic. CC

รšltimo nรบmero ya disponible

#142 Primavera / spring in the city

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Yorokobu es una publicaciรณn hecha por personas de esas con sus brazos y piernas โ€”por suerte para todosโ€”, que se alimentan casi a diario.
Patrick Thomas

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