La misión era crear una chocolatina que supiese a color amarillo. Tenía que hacer el diseño, el marketing y la distribución del chocolate con un único requisito: todas las compañías que participaran en el proyecto tenían que haber sido encontradas utilizando el servicio de Yellow, las Páginas Amarillas neozelandesas, en papel, móvil y ordenador.
El proyecto era, evidentemente, de Yellow. La compañía pidió el pasado agosto voluntarios para llevar a cabo una misión. Los convocó mediante audiencias en vídeo y escogió a un surfero de 28 años aspirante a actor, llamado Josh Winger, para llevar a cabo un proyecto que no conocería hasta después de haber aceptado la proposición.
“No sabía realmente dónde me metía cuando me presenté al proyecto. Nunca he hecho nada parecido a lo que tengo que hacer en esta misión pero me hace mucha ilusión ver qué pasa y hacer el trabajo”, cuenta Winger en la web The Taste of Yellow Chocolate.
Para averiguar el sabor del amarillo, el joven decidió hacer una encuesta. Repartió unas tarjetas en cafeterías, tiendas de frutas y heladerías de Nueva Zelanda pidiendo sugerencias.
Después recorrió el país y repartió 45.000 barras de chocolate de cuatro sabores que competirían por convertirse en el aroma del color amarillo. Crema de piña, banana french toast, miel kowhai y tarta de limón.
¿Vencedora? La crema de piña. La siguiente decisión será el packaging y Winger ya está pidiendo a los usuarios que voten una de las 4 propuestas que ha colgado en la web The Taste of Yellow Chocolate.
El desarrollo de la misión se puede seguir en Twitter, Facebook y en The Taste of Yellow Chocolate. En el site se incluyen vídeos de todo el proyecto, mapas para localizar a Winger y la encuenta para terminar de definir el producto.