Hace una semana, y gracias al Instituto de Estudios Sociológicos de Velefique, llevamos a cabo una pequeña encuesta entre nuestros lectores en Twitter. El resultado fue revelador: aproximadamente la mitad de los lectores de Yorokobu en su versión digital ignoran que Yorokobu tiene una edición en papel que, dicho sea de paso, lleva ya 82 números.
¿Sois vosotros o somos nosotros? Somos nosotros pero, como a todo español, nos gusta cargar la culpa y la responsabilidad en otro ente. El caso es que tenemos que insistir.
Vamos a proceder a contaros los contenidos que os traemos en este mes de marzo no sin antes recordaros que si queréis comprar la revista, sólo tenéis que pulsar el botón de aquí abajo. Comprad sin miedo, que los gastos de envío los pagamos nosotros.
Henry Ford soñó con crear un rincón como este en el Amazonas, una remota y próspera ciudad que proveyera de caucho a su industria automovilística. Cometió dos grandísimos errores.
El avance de la ultraderecha y la xenofobia en Occidente se está llevando a cabo mediante la búsqueda de nuevos votantes, y en su largo camino al mainstream, los xenófobos han encontrado a un aliado inesperado: el colectivo LGTB. Tócate los huevos.
Esther Hovers decidió crear una serie de fotografías que demuestran cómo todos podemos ser sospechosos ante los sistemas de inteligencia artificial por la sencilla razón de ser humanos espontáneos. Todas sus imágenes del entorno urbano incluyen algún sujeto que se está moviendo de una forma que inquietaría a las cámaras de vigilancia.
Esta infografía acerca de Yibuti te cuenta la mayor de sus peculiaridades: el diminuto país está plagado de bases militares.
En un estudio reciente del Instituto Reuters, donde se pedía opinión a 50.000 personas en 26 países, la mitad de los encuestados respondió que utilizaba las redes sociales para informarse. El problema es que algunas parcelas de internet son también el territorio propicio para la propagación de la propaganda.
Uno de los arquitectos más reputados en construcción sostenible de España ha reducido sus conceptos y ampliado sus ideas; ha estudiado el sol, el viento y el espacio para brindar una joya arquitectónica en miniatura. Y lo ha hecho por culpa —o gracias— a un oso. Pero no adelantemos acontecimientos hasta leer el reportaje completo en el número de papel.
Hace ya treinta años que los científicos sociales Neil Howe y William Strauss empezaron a estudiar la historia de Estados Unidos examinando el comportamiento de las generaciones en vez de la de los individuos.
Ambos, siguiendo las investigaciones del sociólogo Talcott Parsons, establecieron que el tiempo se mueve en ciclos de unos 88 años, y dentro de cada uno se suceden cuatro fases.
Hay una presión social por ser feliz, o por aparentarlo, que antes no existía. Y eso no hace que seamos más felices. Más bien todo lo contrario.
¿Conoces a Marcelo Mendonça? No tienes más que cerrar la revista y mirar en la portada porque se ha desnudado para ti. Efectivamente, la portada de marzo de Yorokobu es su autorretrato.
