En este caso no fue una metáfora. Fue una realidad. Yorokobu nació en un garaje. No por el sueño americano ni porque quisiéramos inventar otro Google. Fueron las circunstancias. Hoy, dos años después, el significado de Yorokobu late con intensidad: Estamos (muuuuy) felices. Este blog ha recibido el Premio Especial del Jurado de Bitácoras. Muchas, muchas, muchas gracias a todos por estar aquí.
Imagen extraída de la portada que Vicente García Morillo hizo para la revista Yorokobu en marzo de 2011.