Decía Sam Keen algo así como que en verano la pereza es respetable. Nosotros añadimos algo más: no solo es respetable, es obligatoria. Esta es la estación del año en la que debemos entregarnos sin remordimiento de conciencia y con total uso de nuestras facultades a la siesta, la fiesta y la molicie en general. A no hacer nada. Nada de eso que consideramos productivo el resto del año, entiéndase. Lo que los expertos en salud mental llaman desconectar.
Pero si necesitas un empujoncito, aquí estamos nosotros para ayudarte: empieza a relajarte leyendo la edición estival de Yorokobu. Tenemos comprobado que, junto con el Tour de Francia, es uno de los mejores incitadores del sueño que existen. ¿Porque somos aburridos? No, porque practicamos el ASMR con tus neuronas y te las dejamos relajaditas y listas para entregarse en brazos de Morfeo, sabiendo algunas cosillas más de paso.
Por ejemplo, te contamos con dibujitos, para que no tengas que emplearte a fondo con tanta lectura, cuál fue el origen de las beach reads, esas lecturitas tan refrescantes que te marcas en la playa (o donde quiera que reposes cuerpo y mente en vacaciones).
También te contamos el ascenso a los cielos y la caída en el olvido de lo que fue el primer club social lleno de glamour de Madrid, la Piscina Club Stella, un pequeño oasis de libertad en pleno franquismo.
Hablamos también de fantasmas, en este caso, el de la desglobalización.
Entrevistamos a Joël Dicker. Bueno, nosotros no, Laura, una niña de 12 años que tiene más gracia y es infinitamente más inteligente. Y a Sonia Mulero, la directora general de la Fundación Banco Sabadell.
Como somos conscientes de que en verano boomers y Z se ven obligados a convivir más tiempo, no podíamos dejar de ser los intérpretes que faciliten la comunicación entre unos y otros. Ahí os dejamos una nueva entrega del Traductor simultáneo y las chicas pick-me.
Hemos pensado que el verano es un buen momento para hablar de educación, así que hemos puesto nuestros ojitos en algunas escuelas creativas y les hemos pedido cositas como que nos describan su claustro de profesores ideal, que nos cuenten cómo manejan la IA en sus programas y algunas cosillas más.
Esto es solo un pequeño aperitivo de lo que puedes encontrar en el número de verano de Yorokobu. Para abrir boca, ya sabes, antes de lanzarte sin piedad a la paella que ha preparado tu suegro.
Puedes comprarla aquí para recibir la edición en papel, que mola más y te da un toquecito intelectual muy rico.
Y escuchar la playlist que nos hemos currado mientras la lees.
¡Buen verano!