Los patrones mentales que rigen la cabeza de Brian Wilson, alma y cerebro de The Beach Boys, distan mucho de lo que cualquier mortal consideraría como normal. Por eso, para Wilson tenía mucha lógica algo que sería una locura para cualquier otro. En 1965 declaró que iba a componer “el mejor disco de la historia del rock”. Se equivocó. Pet Sounds es una de las obras cumbre de la cultura, así en general, del siglo XX. Wouldn’t it be nice. Brian Wilson y la creación de Pet Sounds es el libro editado por Libros de Ruido, la editorial de Fino Oyonarte, y recorre el proceso de creación del disco más empollón de los californianos.
Hasta que a The Beach Boys les dio por grabar Pet Sounds, las cabras olían a estiércol, pipí y, en general, a eso que huelen las cosas del campo. A partir de ahí, las granjas rememoran épicas polifonías y desparrames de voces en 64 pistas. El caso es que el 16 de mayo de 1966, el día en que se editó el álbum, no había un fan que entendiese de qué iba el tema, al menos en Estados Unidos, donde el proyecto tuvo unas discretas ventas.
La crítica, sin embargo, sí quiso ver el potencial que encerraba la grabación. Los diez discos anteriores respondían a la lógica dictada por el sol, la diversión y las hormonas. Pet Sounds se desliza entre versos mucho más trascendentes que cualesquiera de los anteriores escritos por la banda y, a la vez, despilfarra una complejidad melódica tramada por el propio Brian Wilson.
Charles L. Granata, productor e historiador musical, es el autor de este recorrido por uno de los procesos de grabación más apasionantes de la historia de la música. Además, y como cualquier historia que implique a la familia Wilson, está repleta de anécdotas truculentas. Si algo quedaba claro en Summer Dreams, el infame telefilme que cuenta la historia de los Beach Boys y que Telecinco solía pasar de madrugada en los años 90, es que el señor Wilson, padre de los hermanos, les zurraba la badana de lo lindo.
Las vicisitudes de las relaciones paternofiliales quedan en anécdota si uno tiene en cuenta las amistades que frecuentaba la familia. Charles Manson (sí, ese Charles Manson) es incluso el autor no acreditado de Never Learnt Not to Love. La leyenda cuenta que el asesino de Sharon Tate le mostró una canción llamada Cease to Exist a Dennis Wilson. Este la sometió a unos pequeños cambios y la incluyó en el álbum 20/20.
Todo lo que rodea a The Beach Boys se balancea entre la excelencia de sus temas y la peculiaridad del universo que les rodeaba. Wouldn’t it be nice. Brian Wilson y la creación de Pet Sounds es una buena manera de acercarse a esa realidad. El libro saldrá a la venta el 20 de mayo.