Hacker a los 70: abuelos de la informática moderna que aún pican código a diario

Ken Thompson (sentado) y Dennis Ritchie. (Fuente: Wikimedia Commons)

Estamos tan inmersos en un mundo de electrónica, unos y ceros, que olvidamos lo recientes que son esos inventos que usamos a diario. Los primeros ordenadores personales verdaderamente relevantes nacieron a finales del siglo pasado: el Apple II (1977), el IBM PC (1981), el Commodore 64 (1982), el primer Macintosh (1984)… Windows nació aún más tarde, en 1985, como una extensión gráfica del sistema operativo MS-DOS.
dynatac3El primer teléfono móvil, el Motorola DynaTAC, salió al mercado en 1983, mucho antes de que Ericsson utilizase por primera vez el término ‘smartphone’, en 1997, para denominar al GS88 Communicator. Aún más tarde, en 2007, se presentó el iPhone original y el primer móvil con Android (HTC Dream) no estaría a la venta hasta finales de 2008. Por no hablar de la internet de las cosas, los relojes, las gafas y el sinfín de artilugios inteligentes que han surgido en los últimos tres o cuatro años.
Con el ‘boom’ de la informática se crearon millones de puestos de trabajo. Hablamos de programadores que empezaron su carrera a finales de los 70 o principios de los 80 cuando, a lo mejor, tenían 20 o 25 años. La mayor parte de los profesionales de esta gran hornada ronda ahora los 50 tacos o está a punto de llegar a los 60. Pero otros empezaron mucho antes, cuando la informática no era todavía mainstream, o se subieron al carro después de entrar en la treintenta.
Solo un puñado de estos hackers, que cuentan hoy más de 60 primaveras, siguen en activo. Ellos son los protagonistas de esta historia. Peinan canas, pero todavía pican código. Son algunos de los más notables abuelitos de la programación.

La maratoniana vida de Ken Thompson

Hay pocos informáticos con tantas líneas asombrosas de currículum como Ken Thompson, que a sus 71 años sigue en activo trabajando para Google. Su nombre no te suena, pero seguro que empiezas a poner las cosas en su sitio si te decimos que es uno de los creadores del sistema operativo Unix, una de las piezas de software más valiosas jamás creadas, con una fuerte influencia en proyectos posteriores como el GNU de Richard Stallman (que a sus 60 años también sigue dando guerra), Linux o incluso Mac OS X.

Thompson desarrolló la mayor parte de su carrera en los míticos Laboratorios Bell, donde alumbró también el lenguaje de programación B, predecesor del famoso C, obra de su compañero y amigo Dennis Ritchie. Por si fuera poco, también jugó un papel fundamental en el nacimiento de UTF-8, el formato más utilizado para la codificación de caracteres en HTML (páginas web) y servicios de correo electrónico.
Pero no son estas hazañas las que hacen de Ken Thompson un programador heroico. En 2006, cuando ya contaba más de 60 primaveras, se sumó a las filas de Google para trabajar en el desarrollo del lenguaje de programación Go, que vio la luz en 2009. Aquí le tenéis, recibiendo los aplausos del respetable, en la conferencia para desarrolladores Google I/O de 2012:

Thompson no es el único ganador del prestigioso premio Turing que sigue en activo, de una forma u otra. Alan Kay, Donald Knuth, Marvin Minsky, Tony Hoare… Y otros que no lo han ganado pero igualmente merecen reconocimiento, como Ted Nelson, Ward Cunningham, Chuck Moore… En fin, la lista es larga y cada uno de ellos – por su pasado, su presente y su futuro – merece un tratamiento exclusivo que, por no extendernos, dejaremos para otra ocasión.

Un anciano programando la Xbox

Cuando uno escucha hablar de Dave Cutler, no puede por menos que rendirse a la evidencia: es un auténtico genio, un trabajador incansable y, además, todo un personaje. Es una de las pocas personas con autoridad real para criticar el trabajo de Thompson y Ritchie. ¡Y vaya si lo ha hecho! En decenas de ocasiones… Normal, porque Unix y sus retoños han sido siempre su particular Némesis.
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Cutler es el padre de una buena ristra de sistemas operativos, entre los que se cuentan Windows NT, VMS, RSX-11M y VAXELN. Trabaja en Microsoft desde 1988 y hasta hace bien poco formaba parte del equipo de desarrolladores de Azure (en el que se embarcó cuando era ya un sexagenario). En 2012, aceptó un reto aún más sorprendente: se sumó al equipo de Xbox para contribuir al desarrollo de su sistema operativo. En la actualidad, a sus 72 años, sigue siendo el abuelete que está picando código para que tú disfrutes echando una partida a Skyrim, Assassin’s Creed o Gears of War.
Pero no le des las gracias, que lo hace gustoso. «En el negocio del software, los perros viejos tienen que aprender nuevos trucos… ¡O perecerán!», afirmaba este pionero en una entrevista concedida a ZDNet en 2009. «Ahora hay todo tipo de competencia, con gente lista fundando nuevas compañías y ofreciendo productos competitivos que solucionan los problemas de la gente».

Del Apple II a Google Play, pasando por los siete mares

Aún más curiosa y apasionante es la historia de Paul Lutus, que en sus años mozos diseñó componentes electrónicos para los transbordadores de la NASA y creó el modelo matemático del Sistema Solar utilizado en la primera misión que llevó una nave con éxito hasta Marte. Pero eso no es todo: Lutus fue vagabundo antes que científico – sus padres le echaron de casa cuando tenía 17 años – y programador durante y después.
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En 1978, desarrolló la herramienta que le haría popular entre los ‘geeks’: Apple Writer, el procesador de textos más famoso para el Apple II y uno de los más vendidos de la historia. Se le ocurrió de la forma más sencilla: tenía que escribir un artículo sobre la relatividad y necesitaba un programa para hacerlo. Blanco y en botella.
Media década más tarde, cuando se cansó del Apple Writer, lo dejó todo, se compró un barco y se puso a navegar por todo el mundo en solitario (aquí el libro). Tras tres años y medio y casi 50.000 kilómetros recorridos, regresó a casa para dedicarse de nuevo a la informática. En la actualidad, desarrolla aplicaciones gratuitas para Android.

«La programación se ha vuelto más importante para mí a medida que he ido envejeciendo», afirma Lotus en un comentario en Hacker News. «Por la misma razón que las matemáticas son más atractivas para una mente que madura. Representa un contrapunto racional a un mundo que, a medida que pasa el tiempo, parece tener menos sentido».

Programando por amor al arte (y a la ciencia)

450px-Peter_Murray-Rust_in_2008Peter Murray Rust es uno de los principales promotores del ‘software’ libre en la quimioinformática, la informática aplicada a la química. Es el impulsor del Chemical Markup Language (CML), un lenguaje para expresar información molecular basado en XML, y de la World Wide Molecular Matrix (WWMM), un repositorio electrónico pensado para poner a disposición de los científicos ese noventa y pico por ciento de la información de sus colegas que nunca llega a publicarse.
A sus 72 años, sigue en activo, luchando por el conocimiento libre, y cita para explicar por qué no se jubila unas palabras que atribuye a Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Agenda Digital – otra que, a su manera, es una hacker septuagenaria: «Tengo 71 años. No hago esto porque debo sino porque quiero».
Ambos han sido testigos de la vertiginosa evolución de la informática. «Programar solía ser difícil – tenías que entender los compiladores y lenguaje ensamblador, a menudo por ti mismo», afirma Murray Rust. «Ahora yo diría que cualquiera capaz de resolver un Sudoku puede entender muchos algoritmos comunes».

Los protagonistas del boom

Buena parte de los visionarios que estuvieron detrás de los avances de finales de los 70 y principios de los 80 están aún entre nosotros, aunque algunos se han jubilado o han dejado de picar código o soldar placas y se dedican a otros menesteres. A falta de Steve Jobs, que nos dejó el 5 de octubre de 2011, los nombres más destacados son sin duda los de Bill Gates y Steve Wozniak.
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El primero, Bill Gates, cofundador de Microsoft y uno de los padres de Windows, destina en la actualidad la mayor parte de su tiempo a la filantropía por medio de la fundación que lleva su nombre y el de su señora. En febrero de este mismo año, abandonó la presidencia del consejo de administración de Microsoft para convertirse en asesor tecnológico del nuevo consejero delegado, Satya Nadella.
Por su parte, Steve Wozniak, que en agosto cumplirá 64 años, es para muchos el padre de los ordenadores personales. De sus hábiles manos salieron tanto el Apple I como el Apple II, que acercaron la informática al gran público y catapultaron a la firma de la manzana mordida al estrellato.
Desde que abandonó la compañía definitivamente en 1985, ha hecho un poco de todo. Ha participado en la fundación de varias empresas (CL 9, Wheels of Zeus, Acquicor Technology), ha formado parte del consejo de administración de otras (la más célebre es Danger Inc., fundada por Andy Rubin antes de convertirse en padre de Android), ha escrito su propia biografía, ha respaldado un buen número de causas benéficas (es, por ejemplo, cofundador de la Electronic Frontier Foundation), y se ha convertido en uno de los conferenciantes más preciados del sector tecnológico. ¿Sigue en activo? En cierto modo sí, como chief scientist de Fusion.io.
También ha sacado tiempo, por cierto, para participar en un reality de baile. Con cómicas consecuencias:

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Patrick Thomas

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