Cada mañana, Brian Manowitz se coloca la cota de malla, se pinta la cara de blanco y negro, creando figuras muy similares a las de sus machetes, y va al Starbucks más cercano. No le gusta el café, pero entra, compra una botella de agua y pide permiso para usar internet y el baño.
Cuando llega la noche se mete en su tenebrosa cocina, enciende las velas y comienza a invocar a Seitán mientras corta verduras sobre una tabla que dibuja un pentáculo. Tras un par de meses editando el vídeo y creando la música, colgará en YouTube unas peculiares recetas que él mismo entonará con una voz recién salida del averno.
Brian Manowitz empezó por Mötley Crue y Skid Row, en sus primeros años de colegio. Creció con Thrash, adorando a Metallica, Pantera y Slayer. La primera vez que escuchó Black Metal le pareció algo terrible. Fue asimilándolo poco a poco. Luego le gustó. Como él mismo dice: «fue creciendo dentro de mí». Después se convirtió en su forma de vida y hoy el mundo le conoce como Vegan Black Metal Chef.
Durante su primer año de universidad, Manowitz tuvo una novia vegetariana. «Le dije que me parecía muy apropiado, pero que yo no estaba preparado para eso todavía. Cuando había pasado un año y comprobé que no se había muerto, vi que no se trataba más que de mi propio miedo. Así que me enfrenté a él y me volví vegetariano durante tres meses», recuerda.
El día que decidió alargar esos tres meses e ir más lejos había conocido en la universidad a un grupo animalista. Aquellos chicos le mostraron algunos vídeos que cambiaron su forma de ver el mundo y la comida. «En ese momento dije: vale, soy vegano», rememora.
Una pregunta rondaba su pensamiento: ¿Qué comen los veganos? Para responder a esta pregunta, Manowitz se propuso crear su propio canal de cocina en YouTube, pero no terminaba de encontrar la motivación porque, según cuenta, los programas tradicionales le inducen sueño. «Así que combiné mi pasión por la música y por el black metal en particular para hacer el show que quería ver», explica a Yorokobu.
En los vídeos de Vegan Black Metal Chef es él mismo quien compone y crea la música cuyas letras son las recetas con un toque de humor. Además, él solo graba, edita y produce los vídeos en un arduo proceso que puede alargarse hasta dos meses. Es un proyecto unipersonal en el que lo único que Manowitz no hace es tocar la batería, sonido que programa. Hoy es su trabajo a tiempo completo.
Durante más de cinco años, Manowitz ha tratado de mostrar los tres aspectos que considera más desconocidos del veganismo: «Mi comida es increíble, no es difícil de hacer y es muy cara». Durante ese tiempo, las críticas han sido más que positivas, «salvo algún comentario ocasional del tipo muérete ya vegano maricón».
The Seitanic Spellbook es su nuevo libro. Se trata de un tomo que reúne imágenes del paso a paso de sus recetas. «Puesto que me lleva mucho tiempo hacer los vídeos de Youtube, este es un gran despliegue de menús, conceptos y algunos ensayos sobre crecimiento personal y misticismo que como y pienso en mi vida diaria», relata.
Pero, ¿hay alguna relación entre el black metal y el veganismo? «Las conexiones son muy pequeñas, pero quizá ser metalero te permite tener tiempo para cuestionar las normas sociales y mirar las cosas de otras perspectivas. Parece que hay más veganos en el punk y el hardcore, quizá porque su música tiende a cuestionar las normas sociales».
Vegan Black Metal Chef tiene sus ‘guilty pleasures’, esos pequeños gustos y manías que nadie se atrevería a confesar en público para no destruir la propia imagen creada. La primera canción mp3 que descargó fue Walk like an egypteon. «Me gustan algunas canciones de Cindy Lauper y me gusta mucha mierda desde Floyd, Tory Amos, Omnia hasta el trance», confiesa.
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