Una carrera a través de las procelosas aguas del arte en movimiento es, normalmente, un recorrido que va de menos a más. La costumbre hace que la duración y la complejidad de los proyectos vaya en aumento. No siempre es así. Dusan Cezek es diseñador y pasó antes por los cortos o la publicidad que por los GIFs. Sin embargo, y para solaz de los amantes de las píldoras de animación, le dio por sintetizar los mensajes.
Dusan Cezek admite que le gusta experimentar. Sin embargo, sus comienzos contando historias surcaron derroteros más convencionales. Comenzó trabajando como ilustrador de libros infantiles y se aburrió. Pensó que se lo pasaría mejor animando la imagen y se pasó a la publicidad. «Pasé por Leo Burnett, Saatchi&Saatchi, NOA o Kaspen/Jung Von Matt», cuenta. Vivió en tres países y se calzó unos cuantos premios por ese trabajo. Pero también cambió de ambiente.
Regresó a Serbia, «aunque nací en la antigua Yugoslavia y acabé, contra mi voluntad, en un país mucho más pequeño». Allí empezó a trabajar junto a su mujer en proyectos relacionados más puramente con el diseño.
Lo de empezar con los GIFs se vio condicionado por el espíritu aventurero de Cezek. «No me gusta mantenerme en el mismo estilo. Creo que lo que me empuja son las ideas y los conceptos», explica. «Me encantan las películas. No había hecho píxel art hasta este proyecto. Queríamos un cartel de El Gran Lebowski para poner en la habitación, pero la cosa fue creciendo y haciéndose más divertida».
La incursión del diseñador en esta combinación de píxels y GIFs comenzó con Pixelwood, un repaso a las películas favoritas del serbio. Siguió con los superhéroes de Pixelnomics y ahí se ha quedado la historia. «Es el momento para algo nuevo», dice.
El diseñador explica que lo que le inspira es la propia vida y quien le empuja a crear es su pareja. «Es mi mejor amiga y me aporta una motivación extra». Sin embargo, admite que cita a Monty Python o Star Wars como configuradores de su manera de crear.
Para Dusan Cezek, expresarse a través de formatos como el GIF es algo normal. «A la gente siempre le han gustado estas animaciones. Lo que pasa es que los ordenadores, internet y los navegadores eran lentos. Tenemos la oportunidad de crear una nueva tendencia. Los GIFs y los vídeos cortos te dan la oportunidad de expresar la creatividad pero, a la vez, te obligan a pensar en los límites e ir directo al grano», asegura.