«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». Si Augusto Monterroso no ha pasado aún por Carboneras, debería hacerlo lo antes posible. Verá que, el dinosaurio de hormigón y ladrillo, el hotel del Algarrobico aún sigue allí. El colectivo cultural n’UNDO ha convocado un concurso de ideas centrado en el desmantelamiento del controvertido e inacabado establecimiento.
Las tribulaciones del hotel de la playa del Algarrobico no tienen su origen en la época de los dinosaurios, pero casi. Azata del Sol, la promotora de la construcción, alega que todo se hizo conforme a la normativa y al derecho. Por su parte, las asociaciones ecologistas sostienen que, entre otras irregularidades, la licencia se otorgó sobre unos planos que declaraban, falsamente, la zona como urbanizable. A día de hoy, la construcción está declarada como ilegal aunque recusada ante el Tribunal Supremo, que deberá dictar sentencia cuando lo tenga a bien.
Vericuetos legales aparte, la postura de n’UNDO es crítica con la forma de plantear la construcción de la que hace gala el proyecto del Algarrobico. Han aprovechado, además, la coyuntura para convocar un concurso de ideas qué ofrezca las directrices de guía para un hipotético derribo del gigante.
«El hotel de El Algarrobico pone de manifiesto hasta dónde hemos sido capaces de llegar con el desenfreno consumista y con el todo vale. Nos parece unos de los ejemplos más flagrantes de falta de ética, sentido común y respeto por uno de nuestros bienes más importantes e irrecuperables que es el territorio», explica Alejandro del Castillo, uno de los responsables de la convocatoria.
El problema tiene su miga porque, a pesar del flagrante impacto medioambiental de la construcción hotelera, los habitantes de Carboneras, con su ayuntamiento en la punta de lanza, están a favor de la eventual oferta de trabajo que acarrearía la apertura del alojamiento. «El propio ayuntamiento ha estado defendiendo el proyecto en los tribunales con dinero público y ha realizado varias campañas para sensibilizar a la población sobre el grave agravio que se realizaba con los vecinos al demoler el edificio, como modo de presión en los medios», señala Del Castillo.
Pero claro, ¿cómo decirle a unos ciudadanos que, probablemente, necesiten el empleo en la delicada situación que vivimos, que renuncien a esos puestos de trabajo? «Debemos concienciar también a los vecinos de Carboneras de que su bien más preciado para su futuro y su empleo es el Parque Natural y no el empleo precario y estacionario que el hotel dice generar», cuenta el arquitecto. Ese es uno de los principales objetivos del concurso de ideas. La convocatoria, que está abierta a cualquiera que quiera participar, intentará encontrar maneras de mejorar el entorno de El Algarrobico y una manera coherente de resolver el problema que, a juicio del colectivo, ha generado la construcción del hotel. «Con todas las propuestas se harán varias exposiciones itinerantes que den a conocer las múltiples vías de solución que creemos este problema tiene», dice Alejandro del Castillo.
n’UNDO tiene su propia visión de cómo debería producirse la urbanización de espacios tan especiales como el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. «Entendemos la necesidad de crear plazas hoteleras pero abogamos por fomentar un turismo menos estacionario y más cultural (el modelo sol y playa está agotado y no puede por precio competir con otro países). No creo que debamos importar modelos hoteleros de resort caribeño y sí apostar por construir como siempre se ha hecho en el lugar, es decir, de modo disperso y sostenible, en muy pequeña escala, con un planeamiento urbanístico dedicado a proteger los valores del lugar y no destinado a garantizar el desarrollo urbanístico».
La convocatoria, que está abierta a la recepción de ideas hasta el próximo 3 de marzo, lleva un premio económico proporcional al número de inscripciones, ya que ésta tiene una cuota para, precisamente, satisfacer el premio. La votación se producirá de manera horizontal entre todos los participantes.