Enchufarse a un excremento

31 de octubre de 2011
31 de octubre de 2011
2 mins de lectura

A los alemanes les vale cualquier caca para despuntar en el campo del aprovechamiento energético. Con perdón, pero literal. El gigante europeo, líder indiscutible en producción de energía con biogás industrial en el continente, ahora puede ponerse otra medalla de pionero en su vitrina de ideas limpias. El zoo de Munich, segunda ciudad más importante del país, ha comenzado a obtener electricidad, para uso interno, a partir de los excrementos de los elefantes del recinto. El ejemplo, como mínimo, induce inquietudes: ¿Sería posible un mundo sostenido por energía procedente de restos escatológicos? Quizás haya llegado la hora de otorgar otro estatus a nuestras ninguneadas deposiciones.

El zoológico de ésta ciudad alemana es de momento el único centro de toda Alemania donde se aplica esta técnica de producción de energía. Consiste en dar un tratamiento a las heces de los animales, mayoritariamente las de los elefantes asiáticos del recinto, para producir biogás, un tipo de gas combustible que se genera en medios naturales o en dispositivos adaptados a tal fin.

Para ello los excrementos deben sufrir una descomposición anaeróbica, es decir, en ausencia de oxígeno. En estas condiciones, las reacciones de biodegradación de la materia orgánica (las heces), mediante la acción de microorganismos y otros factores, generan el biogás.

El paso siguiente es la producción de energía eléctrica mediante turbinas por las que se hace pasar este gas. La otra opción, es utilizarlo en sistemas de combustión como hornos, estufas o calderas. De uno u otro modo, el residuo biodegradable aún es efectivo como abono después del proceso.

Para aplicar esta técnica el zoológico alemán ha instalado tres contenedores con una capacidad de cien metros cúbicos, la cantidad de excrementos que se obtienen semanalmente de los animales herbívoros del zoo (con una nítida mayor colaboración por parte de los paquidermos). Con esa cantidad, el centro logra cubrir el 5% de la demanda de electricidad de sus instalaciones. Amén de generar una buena cantidad de abono y de aprovechar el calor que se produce durante el proceso para calentar la zona de los gorilas.

Según declaraba en una entrevista realizada por la cadena CNN Dominik Forster, uno de los responsables del zoológico, “con la potencia térmica que producen los tres contenedores se podrían calentar unos 25 hogares”, y añadía que si se aprovechase la totalidad los desperdicios de los herbívoros del centro, se conseguiría generar electricidad suficiente como para cubrir las necesidades de “cerca de cien hogares de la ciudad”.

El aprovechamiento de los desechos biodegradable para generar electricidad es una alternativa más dentro de la investigación en el campo de energías renovables. Aunque la rentabilidad energética no es muy alta en proporción a la cantidad de materia que hay que utilizar, muchos expertos consideran la creación y utilización del biogás un apoyo importante a otros medios de producción energética renovable, además de un método con multitud de posibles aprovechamientos.

Actualmente existen granjas vacunas y porcinas que ya han apostado por este método de producción energética, sobre todo en países de bajos recursos o difícil acceso a la electricidad, donde algunos ganaderos disponen de biodigestores familiares de bajo precio con los que convierten las heces de su ganado en electricidad para autoabastecerse. Es el caso de algunos países del el sureste asiático, África y países americanos como Colombia, Cuba, Argentina o Brasil.

Además, ya han surgido iniciativas que apuestan por generar biogás utilizando excrementos humanos. Así encontramos los proyectos que algunas ONG llevan a cabo en África y Asia (Ingenieros sin Fronteras y Mavuno Project en Tanzania e Intervida en India), o el de la multinacional Suez Enviroment, que aprovecha los restos de los pañales usados para generar biogás.

Sin duda un proyecto con un fuerte aroma a futuro. En definitiva, resulta que llevamos toda una vida arrojando nuestra energía por el váter.

Relacionados:

¿Estamos ante la revolución de la caca?

Foto: Wikimedia Commons

No te pierdas...