Fotografías que mienten (sin estar retocadas)

Hace un par de décadas el diario Marca (si no recuerdo mal), lanzó una llamativa campaña televisiva. En ella se veía en un primer plano un enorme titular que decía algo así como «Butragueño al Barça». Poco a poco, mientras una voz en off vendía las bondades del medio, el zoom de la cámara se alejaba y dejaba leer el titular completo, que iba a varias líneas, y decía algo así como «Butragueño: «Nunca iré al Barça»».
Es un ejemplo tonto (y aproximado) de cómo el enfoque de una imagen o un texto puede cambiar radicalmente su significado. Porque, aunque parece una obviedad, las imágenes pueden estar trucadas. Y no, no es una cuestión de retoque o edición, sino simplemente de encuadre, o de qué enseñan y qué se queda en sus márgenes.
Ejemplos de eso hay un montón. El más célebre y controvertido posiblemente sea el de Kevin Carter, aquel fotoperiodista que ganó un premio Pulitzer por su fotografía de un niño africano en el suelo supuestamente vigilado de cerca por un buitre, y que tiempo después se suicidó. De aquella historia se dijo de todo, empezando porque se suicidó por las críticas recibidas por la imagen (por cómo es posible que tomara la fotografía en lugar de ayudar a la criatura) hasta por que la imagen no era del todo real.
Al parecer ni el niño agonizaba, ni Carter se suicidó por la fotografía o las críticas. El niño se dijo que estaba haciendo sus necesidades junto a la aldea en la que estaba, junto a un campo de refugiados o puesto avanzado donde la ONU repartía alimentos. Por eso el niño aparecía solo (sus padres estaban a unos metros cogiendo esa comida) y por eso el ave estaba allí (porque sabía que había comida).

Si esa fotografía hubiera tenido una mayor amplitud de campo se hubiera podido comprobar la versión. En cualquier caso, y esto sí que es seguro, Carter se suicidó por la muerte de alguien importante para él y por su propia depresión, no por la imagen de marras.
Hace poco se dio otro caso similar, que resultó ser un fake: un niño que se dijo que había cruzado la frontera siria a pie, aunque en realidad era parte de un amplio grupo de refugiados. De esa imagen ya hablamos en un artículo sobre bulos en medios (donde, por cierto, critiqué un bulo que al final no era tal bulo).

Las fotos suelen tomarse como un hecho objetivo en sí mismo: lo que enseñan es innegablemente lo que pasó… otra cosa es cómo lo interprete nuestra voluntad. De eso los medios saben mucho, y hay varios ejemplos llamativos en nuestro país. Uno de ellos es cómo se trató una reunión en Moncloa entre el presidente Rajoy y el president Mas cuando la escalada soberanista estaba en pleno auge. El País y El Mundo cogieron instantáneas similares, separadas apenas unos segundos, pero que ofrecían imágenes completamente distintas.
A la izquierda, en El País (supuestamente progresista), ambos charlan al mismo nivel y las expresiones son relajadas y casi sonrientes; a la derecha, en El Mundo (conservador), Mas aparece con un gesto que casi parece una reverencia frente a Rajoy, ambos enfrentados, con gesto serio y sin mirarse… y todo porque el president estaba subiendo las escaleras.
El resto lo hacen los titulares: a la izquierda palabras como «llega» y «defender» (cierta idea de conciliación); a la derecha, «cara a cara» y «Cataluña en España» (confrontación clara)
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Mucho más intencionado y dañino fue el célebre caso de El Mundo cuando utilizó para hablar sobre ETA una imagen recortada de una manifestación en la que se leía una frase en euskera en la que aparecía la voz ‘ETA’ (que en castellano quiere decir ‘y’). Vamos, que la pancarta no decía nada de ETA, pero recortada daba el pego. Esta sería una imagen general de la manifestación
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Y esto es lo que se publicó
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Entonces, ¿cuál es la realidad? Regularmente, la que se quiere construir. El fotógrafo Miguel Morenatti compartía hace tiempo una imagen con varios recortes: la original en el centro y las variaciones a los lados; una mostrando un fragmento que da un sentido violento y dramático a la instantánea y otra mostrando otro fragmento enseñando la vertiente humanitaria y conciliadora de la misma. Dos significados contrarios sacados de una misma imagen original. 

Y en eso de construir pocos mejores que los políticos. Ojo a la diferencia entre la fotografía de campaña del ‘premier’ británico con la que, a través del Independent, se aprecia en perspectiva progresiva.
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Al final, todo es cuestión de perspectiva. Incluso la verdad

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Patrick Thomas

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