La portada de patatas de Yorokobu

En casa de Carlos Llorente, aquella semana cenaron patatas cocidas. Todos los días.

Las patatas iban primero a la olla. Hervían varios minutos. Pasaban a la sala de experimentación. El diseñador dejaba la piel, quitaba la piel. Hacía fotos. Cortaba, modelaba. Escaneaba… Hasta que las patatas se convirtieron en letras y las letras dijeron lo que tenían que decir. Las que sobraban iban a la mesa. Esa era la cena.

“La forma la hice a lápiz para que pudieran parecer patatas y letras”, dice Blastto. Ese es el nombre que utiliza Llorente en su versión de director de arte. “Luego, le añadí orejas, dientes y una nariz de Mr. Potato”.

La idea de la patata está basada en la estampación. “Los primeros pasos que damos todos con la estampación tipográfica se basan en hacer sellos con patatas”, comenta Blastto. “Pero, en lugar de eso, yo he cogido las patatas y las he transformado en letras. Igual que mi proyecto Try Type. Esto de la estampación es jugar y combinar formas. Y ahí es donde entran esas figuras de un juguete que tiene ese mismo planteamiento: combinar y jugar”.

Mr. Potato llegó después. No estaba en el guión de inicio ni había ninguna pretensión científica detrás. “Era la gracia de combinar las letras con el personaje”, especifica el diseñador.

Así hizo Blastto la portada de la revista Yorokobu de enero de 2012.

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Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
Patrick Thomas

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