Algunas personas dicen: «El miedo bloquea tu creatividad». Quieren venderte libros sobre «cómo vencer el miedo» para engancharte a otros libros parecidos. (Si pierdes el miedo, no comprarás más libros de autoayuda). La verdad es esta: el miedo puede ser una patada en el culo para que te pongas en marcha.

 

EL MIEDO ES UNA MUSA

El miedo a la enfermedad, al dolor, a envejecer, a morir, a perder el amor, a quedarse solo, a perderlo todo… alimentan los argumentos de novelas, películas, canciones, obras de teatro y anuncios de treinta segundos. El miedo también alimenta los sueños de la Ciencia a acabar con las enfermedades o  construir coches seguros.

“Escribo para que me quieran”, dice Gabriel García Márquez. Como tantos otros artistas, aunque griten que desprecian al público. El arte es una forma de buscar a los iguales.

¿Qué es el cine de Hitchcock si no la obra de un hombre que vivía con miedo? Temía a la policía, a la muerte, al sexo y a que detrás de una puerta estuviera un adolescente con un arma. 

 

MIEDO A LA MUERTE

El miedo a la muerte es quizá el más poderoso. Condiciona la política, la cultura y el entretenimiento, ha inspirado la construcción de las pirámides y condiciona la aparición de los botones de encendido/apagado de los productos de Apple.

“Pienso que la muerte es como un interruptor on-off. Haces clic y te has ido. Por por eso por lo que no me gusta poner botones en los dispositivos de Apple”, dijo Steve Jobs a Walter Isaacson.

 

MIEDO A PERDER EL AMOR

El miedo a no ser amado o a la soledad nos conduce a realizar placenteras tonterías, inspira comedietas de amoríos en New York, poesía de derribo o las memorables frases de Casablanca. Y si amamos y somos correspondidos, tememos que el amor desaparezca; nos gustaría que se mantuviera como las primeras semanas o meses. Puede que este miedo fuera la inspiración de Kawaguchi para envasar amantes al vacío.

 

El miedo a no ver más a esa persona que nos interesa y apenas conocemos, nos impulsa a pedirle el teléfono, a invitarla a comer a un japonés y a dar paseos de diez horas. El miedo a perder la familia es el principio del éxito de la película Lo imposible.

 

EL MIEDO ARMA DE DOBLE FILO

Claro que el miedo puede agarrotar las manos y hacer que tu cabeza vaya a muchos sitios y a ninguno. El miedo es un arma de doble filo. Puede ser un empujón, pero en el momento de la ejecución debe quedarse tras la puerta.

El miedo es la «burning platform»: si estás en una plataforma petrolífera en llamas puedes quemarte o lanzarte al mar. Eliges lanzarte al mar.

Dostoievski escribía con los acreedores golpeando su puerta; Billy Wilder comenzó escribiendo en un sótano escuchando las cañerías bajando con excrementos,  y hace poco leímos que J.K. Rowling consideró el fracaso personal como el comienzo de su carrera de escritora. El artista no compra libros de autoayuda: pone su miedo a trabajar. (Una pequeña confesión: El miedo ha provocado que este año haya escrito más que en los cuatro o cinco anteriores —artículos, guiones, una novela—, y haya conseguido nuevos productores y clientes para mis proyectos. Mi miedo se llama hipoteca, y cuando me la quite de encima buscaré otro miedo: vivimos tiempos algo difíciles, pero también emocionantes).

 

TIEMPOS VIOLENTOS, TIEMPOS CREATIVOS

«En Italia, en treinta años de dominación de los Borgia, hubo guerras matanzas, asesinatos… Pero también Miguel Ángel, Leonardo y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? ¡El reloj de cuco!»

… dice Harry Lime (Orson Welles) el malo de El tercer hombre, lo que no quita razón a sus palabras. En realidad son las palabras de Graham Greene, un tipo que jugo a la ruleta rusa en su juventud y fue espía del MI 6 durante la Segunda Guerra Mundial. (¡Qué vida tan emocionante tenían antes los escritores!).

 

AMERICAN HORROR STORY, LUTHER KING Y BOB DYLAN

Todas estas ideas surgen a raíz del primer capítulo de Asylum, la segunda temporada de AmericanHorror Story. Si la primera temporada era un catálogo de miedos modernos (la crisis inmobiliaria, la ruina de las familias y la incomunicación), la segunda refleja los miedos y las leyendas (las abducciones) de Los Estados Unidos después de la muerte de John F. Kennedy.

En la nueva temporada aparece el racismo, la intolerancia hacia la homosexualidad y el oscurantismo de las instituciones. A pesar del desconcierto de la sociedad, de la incertidumbre y el miedo, muchas personas lucharon por seguir adelante.

Luther King consiguió que se promulgara La Ley de Libertades Civiles, y un año más tarde, La Ley del derecho a voto para las personas de color. (¡Qué difícil fue aquello). Tiempos convulsos, tiempos fecundos que Bob Dylan cantó en The Times They Are a-Changin:

Vamos, senadores y congresistas
Escuchad la llamada
No os quedeis en la puerta
No bloqueeis el paso
Vuestro viejo camino
Envejece rápidamente

Por favor, salid del nuevo
Si no podeis echar una mano
Porque los tiempos están cambiando
Ahora nos toca a nosotros.

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Patrick Thomas

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