Un día, Claudia Ficca y su marido David de Luciano sintieron, literalmente, la sensación de que el mundo se abría a sus pies. Aunque, para ser más exactos, no fueron sus pies los que sufrieron las consecuencias sino los bajos de su coche… Un socavón del tamaño de un cráter se tragó al vehículo. Sus ocupantes, por suerte ilesos, decidieron canalizar su frustración de una forma diferente a la típica en estos casos. Mypotholes fue la alternativa a los insultos y las blasfemias.
Desde entonces, los baches se convirtieron en fuente de inspiración para el matrimonio de artistas canadienses. Cada socavón con el que se topaban se transformaba en algo distinto: una piscina a la que se lanza un nadador, un lavadero, una cubitera o el agujero por el que Alicia llegó al País de las Maravillas… Y todos ellos quedaban inmortalizados con su cámara.
“El humor es una parte esencial en nuestras vidas. A veces, reír es la mejor forma de canalizar la frustración, sobre todo cuando las cosas se nos escapan de nuestro control y no podemos hacer nada por remediarlo. Lo mejor en estos casos es aceptar la situación y tratar encontrar el lado bueno de ‘lo malo’. Eso es lo que hemos hecho con Mypotholes”.
Desde el siniestro que dio origen al proyecto, Claudia y David han recorrido las calles de Toronto, Montreal, Nueva York y Los Angeles para encontrar el socavón perfecto. Una vez que eligen al candidato, comienza ‘el operativo’. “Solemos discutir aspectos como el ángulo de la cámara y la colocación del modelo”. Algo que conlleva su tiempo y dado que el improvisado set se suele situar en medio de la calle, buena parte de los esfuerzos del equipo de rodaje suele concentrarse en vigilar el tráfico.
Y una vez realizada la fotografía, el nuevo Mypotholes ya está listo. Porque, tal y como afirman Claudia y David, el PhotoShop no tiene sitio en el proyecto.
En cuanto a los baches protagonista de la serie de fotografías, David asegura que aunque la mayoría ya han sido arreglados “suelen aparecer otros al poco tiempo, a veces en el mismo lugar”.