La pregunta surgió durante una conversación en el estudio de Guts & Glory y la contestación fue unánime: “A nada”. Pero, ¿la nada huele a algo? Aquí ya la respuesta no estaba tan clara porque ninguna de las dos diseñadoras es perfumista.
Conocen bien todo lo relacionado con el branding de las marcas del sector y, aunque aseguran que “en el estudio todos usamos perfume”, de los entresijos del proceso de producción no tienen ni idea.
Pero era lo de menos porque su propósito no era crear un perfume real en el sentido tradicional, sino desarrollar “una idea, un objeto de diseño”.
“Es un homenaje a una tipografía ubicua, creada para ser legible y neutral. Una letra muy querida aunque también odiada por otros muchos”. Guts & Glory se propusieron ahondar en las razones de ese amor/odio que inspira la Helvética entre los diseñadores, exponiéndola, según explican, “a una categoría nueva y de una manera un tanto absurda”.
Aclaran que también hay cierta dosis de ironía acerca de todo lo que rodea al mundo de los perfumes. “Estamos aprovechando el poder del diseño para generar deseo, y a la vez, burlarnos de nosotros mismos y de la industria en la que trabajamos”.
Y aunque disfrutan con su labor eso no quita para que la consideren, en cierta forma, ingrata. “Los diseñadores del packaging de estas marcas somos catalogadores y coleccionistas de unos productos que están destinados a ser tirados una vez que se abren”.
El packaging de Helvetica The Perfume encarna la idea de la nada. Letras negras impresas en negro. El guiño “a la opulencia” y al lujo, tan recurrentes en esta categoría de producto, recae en en la H bañada en oro de 24 k impresa en el frasco del perfume. “Nos encanta la naturaleza provocativa del claim El aroma de la nada”. Este se enmarca dentro de la argumentación de un perfume destilado hasta alcanzar los elementos más puros y esenciales para que, según sus creadoras, “tú, el contenido, puedas transmitir tu mensaje con la mayor claridad posible”.
