«Si no todo dependiese del dinero, tendrías que pensar qué quieres hacer en la vida, pensar cuál es tu opción. Imagina, si ganaras la lotería, por ejemplo, o si el dinero no importara, ¿qué harías? Eso me pregunté yo».
La historia que quiso documentar Fredrik Harper para su corto era la de un cambio. No un cambio cualquiera. Uno de esos que a primera vista parecen a peor, y que una vez explicados acaban produciendo cierta envidia. El video se llama Portrait of a Dogwalker (Retrato de un paseador de perros), la historia real de un agente financiero llamado Matt Hein que abandona su oficio por dedicarse a dar paseos a los canes. O como dice el propio protagonista: «por empezar a sentir algo fantástico».
En el metraje presentado en Vimeo Staff Picks Hein cuenta como pasó de ser un joven y prometedor economista londinense a un joven y prometedor economizador de vida. «Cuando llegué a la edad de 26 o 27, me di cuenta de que me estaba levantando a las seis de la mañana para agarrar un tren a las 6:20, todas las mañanas. Si te levantabas dos minutos más tarde no encontrabas sitio. Y luego llegaba a la oficina. En Londres, especialmente en finanzas, la política en el trabajo es que tienes que llegar antes que el jefe e irte de la oficina después que el jefe. Es el modo en el que él te toma la medida de cómo eres de bueno para el puesto. Es como un concurso. Y lo peor es que en muchas de esas horas realmente no tenía nada que hacer siquiera».
Después de cursar avanzados estudios en Administración y Gestión de Empresas y desarrollarse profesionalmente durante casi cinco años entre Francia e Inglaterra, Hein sintió que «estaba perdiendo la mayor parte de tiempo» de su vida. «En esa rutina laboral acabas viviendo por el fin de semana, y el fin de semana lo que haces es beber, básicamente, para olvidar. ¿En qué se convierte tu vida laboral?, no caemos en que, al fin y al cabo, tu vida laboral es una porción gigante de tu vida», explica el paseador de perros.
«Estallé», verbaliza el sentimiento que le provocó aquel lustro dedicado al oficio para el que se había formado tanto tiempo. «Fui a hablar con mi jefe y le dije que ya había sido suficiente, que me iba. No quería hacer eso más. Si trataba de imaginar qué me gustaría hacer con mi vida, pensaba que me encantaría viajar, me encantaría explorar, estar en la naturaleza, estar con perros… porque crecí con perros y amo su compañía… Lo que estaba decidiendo en ese momento era volver atrás y buscar mis pasiones».
Así es como Hein, que se había trasladado a Oslo (Noruega) en 2012, abrió Who Let The Dogs Out?, una empresa con servicio de paseo canino. El hecho de que en ese país nórdico no existiera ese tipo de negocio le animó a aventurarse en el sector. El oficio, lejos del escritorio y la computadora, le parecía un ascenso vertiginoso en la empresa de su existencia. «¡Wow!, un paseador de perros puede llevar siete, ocho o quince perros a la vez a dar una vuelta. Lo divertido que podría ser eso…», remarca la renta positiva que le llevó cambiar números por correas. «Se trataba de una oportunidad. A diferencia de con las finanzas, yo sí podría hacer eso cinco días a la semana, siempre sería una aventura, y los perros lo adoran».
El inglés quiere dejar claro que no está tratando de convencer al personal de que se hagan paseadores caninos. De hecho, él mismo desconoce si se va a dedicar a este negocio para siempre porque «nadie sabe qué puede pasar».
Lo que dice es que él, después de su experiencia, no se arrepiente «de nada», «absolutamente de nada», repite. «No me arrepiento de abandonar las finanzas, ni de nada de lo que he hecho desde ese día, porque todo lo que he hecho desde entonces es lo que yo quería hacer. Es fácil no hacer cambios en tu vida y pensar ‘no lo puedo hacer por esto y por lo otro’. Mi consejo es otro: cambia; abandona lo que odias, prueba a hacer lo que quieres. Hay tantas cosas en la vida que puedes encontrar simplemente con que te atrevas a buscarlas… Yo lo único que digo es que me gustaría compartir con la gente este sentimiento que yo he tenido, el de darte la oportunidad de hacer lo que deseas para experimentar un sentimiento fantástico».