García-Malea, primera mujer piloto de la Patrulla Águila: «Intento hacer de cada día un reto»

Las vidas de los que tienen sus metas claras discurren en línea recta. Es el caso de Rosa García-Malea, la primera mujer piloto de acrobacias que entra en la famosa Patrulla Águila del Ejército del Aire. «Siempre he tenido muy claro lo que quería hacer, así que no he tenido que hacer cambios de rumbo en mi vida, siempre he ido en la misma dirección». Para no salirse de ese camino marcado es necesario reinventarse a cada paso e ir adaptándose a las circunstancias, como inspira el lema de Kia «Redescubre tu propio mundo».

La historia está repleta de nombres de mujeres que consiguieron entrar donde hasta ese momento solo había hombres. Valentina Tereshkova fue la primera en viajar al espacio, Ada Lovelace fue la primera programadora informática y Elizabeth Blackwell es conocida como la primera mujer que ejerció la medicina, aunque dicen que antes de ella hubo otra que, para poder acceder a esos estudios, se hizo pasar por un hombre: James Barry.

Aunque ha llovido mucho y ahora las mujeres pueden acceder prácticamente a los mismos trabajos que los hombres (y sin tener que ocultarse bajo fajas o sombreros), hay áreas en las que aun no destacan muchos nombres femeninos. Por ejemplo, apenas hay mujeres que sean pilotos comerciales o que se dediquen a la construcción civil, ingeniería en mecánica aeromotriz o electricidad y generación de energía (fuente: CareerCast). En 2017, todavía hay mujeres que entran a formar parte de colectivos integrados hasta ese momento únicamente por varones.

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La vocación hecha realidad

Tras cinco años de formación, Rosa García-Malea fue aceptada en el reducido grupo de acrobacias que se compone de un jefe, siete pilotos titulares y pilotos reserva. En ese momento se hizo realidad un deseo que seguramente había pedido muchas veces antes de soplar velas o de tirar una moneda a un estanque. «La Patrulla Águila siempre ha estado dentro de mis objetivos, tenía a sus pilotos en un pedestal y estar ahora dentro es un sueño», relataba García-Malea a El país hace unos meses. 

Tuit que anunciaba la incorporación de Rosa García-Malea

Aunque los objetivos estén claros desde el principio, es importante entusiasmarse, no caer en la rutina, redescubrir cada día la vocación propia. «Intento hacer de cada día un reto, mejorar en lo que hago para mantener la ilusión viva», dice a Yorokobu la piloto, que tiene la suerte de tener «un trabajo muy poco rutinario. Nunca un vuelo es igual a otro».

Formar parte de un grupo tan exclusivo, al que no es fácil acceder, tiene para ella grandes recompensas de realización personal: «Ser piloto de acrobacias en un equipo como la Patrulla Águila me aporta mucha satisfacción personal. Satisfacción por el propio reto que supone y por representar a España dentro y fuera de nuestras fronteras».

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Mujeres que pilotan

La piloto admite que «falta un gran camino por recorrer en cuanto a la igualdad laboral para las mujeres en ciertos ámbitos». Aunque ella ha tenido la suerte de no haber encontrado dificultades en su carrera profesional por ser mujer. «Eso no quiere decir que haya sido fácil», puntualiza, «sino que ha sido igual de difícil que para mis compañeros». [pullquote]No ha sido fácil, pero ha sido igual de difícil que para mis compañeros[/pullquote]

Volviendo a las mujeres pioneras, en el ámbito de la aviación han sido muchas las que han cumplido diferentes hitos. Fueron personas que, como los conductores del Kia Picanto, no se conformaban con su zona de confort y decidieron salir a vivir nuevas aventuras que se correspondían más con su forma de ver el mundo. La primera del mundo en obtener una licencia de vuelo fue Raymonde de Laroche. La americana Blanche Stuart Scott se atrevió también con el vuelo acrobático. Neta Snook fue la primera en participar en competiciones aéreas de hombres. Katherine Stinson, Phoebe Omlie… Todas ellas fueron pioneras en algún aspecto relacionado con la aviación, y en esa larga lista está también Rosa García-Malea por «colonizar» con sus manos de mujer el cielo español.

En aviación acrobática destacan en la actualidad otros nombres femeninos como el de la rusa Svetlana Kapanina, que tiene un dilatado palmarés en los campeonatos del mundo de esta disciplina, tanto en su modalidad individual como por equipos. 

No es la primera vez que García-Malea rompe barreras. Antes de convertirse en la primera mujer de la Patrulla Águila, también fue la primera en pilotar un avión de combate en el Ejército Español en 2007.

Dice que en ambas ocasiones le ha costado entender la repercusión mediática que han suscitado estos hitos, porque para ellos «es algo normal». «No obstante ahora tengo algo más de experiencia profesional que hace ocho años, estoy viviendo mi incorporación a la Patrulla con mucha ilusión y lo estoy disfrutando al máximo», puntualiza, dejando entrever que en aquel primer momento se sintió algo abrumada por esa atención de los medios.

Ella no considera que su vocación sea tan inusual ni que haya dificultad para encontrar sitio en el sector de Defensa. «En el Ministerio de Defensa hay sitio para médicos, enfermeros, abogados, ingenieros, economistas, farmacéuticos, técnicos especialistas, informáticos, mecánicos…», recuerda. Por lo que recomienda a los jóvenes que se planteen seguir pasos similares que «si sienten vocación, no lo duden».

De hecho, ya no es la única oficial de caza y ataque en el Ejército del Aire. Después de ella, otra andaluza, Rocío Torres, siguió sus pasos. Y ahora ya son cinco las mujeres dedicadas a esta especialidad en España.

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Sin tiempo para la monotonía

Entre ‘alabeos’, ‘cabeceos’ y ‘guiños’ (tres tipos de movimientos en vuelo acrobático), su día a día no es nada monótono. Su trabajo se divide en temporadas, como el de los deportistas. «Antes de comenzar la temporada de exhibiciones se hace un plan de entrenamiento consistente en varios vuelos en los que se prepara, planea y ensaya la tabla de acrobacias de la temporada».

Después, cada exhibición es para ellos como un partido. «Antes de cada una se tiene que realizar un ensayo in situ para localizar las referencias en el suelo y estar preparados para cualquier contingencia». A eso se añade un proceso de recuperación tras cada actuación, dado que exige un gran desgaste físico y supone mucha tensión. Los pilotos, además de tener conocimientos, control mental y orientación, deben tener una gran preparación física para aguantar las sacudidas y manejar el avión con firmeza. [pullquote]En ciertos ámbitos sí creo que hay prejuicios con respecto a las Fuerzas Armadas, sobre todo provocados por desconocimiento[/pullquote]

En un trabajo como el suyo también hay espacio para la creatividad y para la reinvención. «Siempre hay procedimientos que implementar o mejoras que hacer». Para ella, los mejores momentos de inspiración «son aquellos en los que compartimos experiencias entre compañeros, escuchamos las opiniones de los demás y sacamos lecciones aprendidas de cada vuelo. En el Ejército del Aire existe un ambiente de trabajo de confianza y muy positivo, donde todos compartimos nuestras experiencias para seguir avanzando, pensando continuamente en la mejora».

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Acrobacias útiles

La función de la Patrulla Águila puede parecer meramente ornamental pero, en una época de escepticismo hacia organismos como las Fuerzas Armadas, la función de este tipo de destacamentos está relacionada con la comunicación. Participan en actos civiles y protagonizan las exhibiciones aéreas: «su objetivo es dar a conocer la profesionalidad, trabajo en equipo y espíritu aeronáutico del Ejército del Aire», define García-Malea, y añade: «acercar las Fuerzas Armadas a los ciudadanos para que nos conozcan un poquito mejora».

A pesar del trabajo que llevan a cabo, ella es consciente de que aún queda camino por recorrer en ese sentido. «En ciertos ámbitos sí creo que hay prejuicios con respecto a las Fuerzas Armadas, sobre todo provocados por desconocimiento. Quizás deberíamos hacer un esfuerzo para acercarnos más a la sociedad y dar a conocer nuestra labor diaria tanto en España como en el extranjero».

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Quizá sea una mala noticia que en 2017 aun haya sectores que no ha pisado ninguna mujer, pero la buena es que estas encuentran menos escollos para llegar donde desean que en años precedentes, y que cada vez reciben más apoyos para lanzarse a redescubrir su propio mundo.

Este contenido está presentado por el Nuevo KIA Picanto, que ayudará a quien lo conduzca a redescubrir su propio mundo y a recorrer con seguridad el camino hacia sus metas. Más información sobre sus prestaciones en www.kia.com.

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Patrick Thomas

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