Dos cuerpos jรณvenes se tumban en la cama. Maรฑana no hay que madrugar. Han cenado juntos, han compartido, tal vez, una sesiรณn de cine o de teatro; han hablado, bebido, reรญdo juntos.
Un contacto fรญsico, casual o no, despierta una sombra que pesa; una sombra como una medusa que aparece cada ciertas semanas. Los dos intentan esquivarla; los dos sufren en silencio los calambrazos de sus tentรกculos.
La medusa, blanda y repulsiva, es la metรกfora de un pensamiento: ยซYa toca, deberรญamos follarยปโฆ Alguno de ellos inicia una caricia, el otro la corresponde, pero las carantoรฑas nacen desinfladas, se estancan. Ninguno sabe cรณmo cebar el tacto ni cรณmo activar la cadena de reacciones que les lleve (como aquellos dรญas del principio) a acabar uno sobre otro, incendiados, con los รณrganos y las pupilas dilatรกndose.
Unas veces, ninguno sabe ni quiere; otras, uno quiere y otro no, y se juntan sobre la sรกbana la culpa y la frustraciรณn.
No es una situaciรณn particular, es la suma de muchas. Las parejas pronto acaban con el erotismo. Hace un aรฑo, La Vanguardia recogiรณ un estudio estadounidense publicado en Archives of Sexual Behavior que confirmaba que la generaciรณn mรกs sexualizada de la historia practica menos sexo que sus antecesoras. La frecuencia de relaciones lleva cayendo desde los aรฑos 80.
ยซLo que mรกs deserotiza es la pareja en sรญ misma. Estar en pareja es un factor negativo para tener relaciones sexualesยป, lanza Laura Beltrรกn, psicรณloga clรญnica y sexรณloga. Acaba de publicar junto a Heidi Beroud-Poyet el libro Las mujeres y su sexo, que aborda, entre otras cosas, el colapso copulador de los paรญses desarrollados.
En la consulta recibe a muchas parejas de entre 25 y 30 aรฑos que han abandonado el sexo. ยซLa relaciรณn funciona porque se llevan bien, tienen los mismos gustos o ideas, pero son parejas de amigos, sin sexualidadยป.
EL ESFUERZO: POCO GLAMOUR PERO MUCHA EFECTIVIDAD
ยฟPor quรฉ esa estructura (la pareja) desposee a los humanos de algo tan sustancial como el sexo, y por quรฉ hoy sucede a mayor velocidad? Para Beltrรกn, uno de los problemas es nuestra concepciรณn del deseo: ยซPensamos que la sexualidad debe venir natural y fรกcil, pero no es verdad. Al principio de una relaciรณn aparece automรกticamente, pero eso dura solo unos mesesยป.
Es decir, hace falta esfuerzo, una facultad que estamos desaprendiendo. ยซEs un problema de deseo general, social. Estamos cada vez menos programados para desear. Si quieres unos zapatos, das un clic y te llegan al dรญa siguienteยป, compara. El deseo es la tensiรณn entre la apetencia de algo y la incertidumbre de si se conseguirรก o no. Hoy, la apetencia se solapa con la consumaciรณn. La pornografรญa, apunta Beltrรกn, te garantiza un desahogo muy rรกpido.
Hay tantas ventanas abiertas a la sexualidad que, al final, el sexo ocurre fuera y no en nosotros. La pornografรญa puede ser estimulante, pero, dependiendo de la forma de consumirla, tambiรฉn puede vaciarte fรญsica y mentalmente. La tecnologรญa (la facilidad de acceder a toneladas de entretenimiento) se alรญa con el aflojamiento del deseo espontรกneo de la pareja y termina neutralizando el ingrediente esencial para que uno sienta la necesidad o las ganas de aproximarse al otro: el tiempo compartido.
Devorar a pachas cinco temporadas de una serie es ocupar el mismo espacio, no compartir el tiempo. ยซTienes que tener tiempo de crear un contexto erรณtico, un ambiente, unas situaciones. Si te dejas llevar por la vida cotidiana, la pierdes. La sexualidad humana estรก culturizada, requiere de normas y cรณdigosยป, recuerda Beltrรกn. ยซMuchas son parejas dinรกmicas e inteligentes que hacen muchรญsimas cosas estupendasโฆ El problema es cuando haces cosas en pareja, pero no son momentos de intimidadยป.
ยฟEL EQUILIBRIO PERFECTO ES UNA TRAMPA?
Algunas de estas parejas cumplen con todos los ideales actuales sobre las relaciones. Se hablan, son amables, se ayudan, se preocupan el uno por el otroโฆ Pero se han resignado a no tocarse y ยซse refugian en la ternuraยป. ยซEs el mito de la fusiรณn y la media naranja que aprendimos en los cuentos. El problema es que no deja espacio a la individualidad. La fusiรณn es la primera relaciรณn que los bebรฉs tienen con la madre y con el padreยป.
No solo los polos contrarios se atraen, tambiรฉn los semejantes; pero jamรกs habrรก atracciรณn si no hay polos, si ambos seres son un macrorganismo. Tal vez el influjo de los cuentos romanticones ha perdido relevancia, sin embargo, ยฟy si su fondo se ha traducido de una manera laica?
Hoy existe una militancia: la idea del equilibrio perfecto, de la complementariedad puraโฆ Las ideas de ยซrespetoยป y ยซcomprensiรณnยป se han estirado hasta deformarse y ampliar el รกmbito de lo censurable. Discutir y reprochar puede ser una forma de gestionar y comunicar un conflicto; seducir, convencer, un medio para introducir el uno al otro en nuevas formas de disfrute compartidas. No obstante, estas cosas empiezan a considerarse como algo mรกs cercano a una invasiรณn o a un intento de imposiciรณn.
ยซHay parejas que no son conservadoras, pero tienen esa idea de equilibrio; no se ven como medias naranjas, pero llegan exactamente a lo mismo. Para mรญ es clave poder autorizarse a ser un poco egoรญstas. Si estรกs solo pensando en lo que le va a apetecer al otro, te estรกs olvidando a ti mismoยป, razona.
LA METAMORFOSIS DEL OTRO
ยซAlgunas pacientes me dicen: yo vengo aquรญ para que le digas a mi marido que no quiero tener sexo porque yo ya se lo he dicho mil vecesยป, relata Ana Sierra, sexรณloga, psicรณloga y autora de Conversaciones sexuales con mi abuela.
La ausencia de relaciones รญntimas crea monstruos. La incomunicaciรณn desata una tormenta interior de reproches y calificaciones. Los dos miembros (o uno de ellos) empiezan a modificar la idea que tienen del otro. La imagen mental mรกgica y agradecida del principio se revierte. De pronto, la pareja es una mutaciรณn que, en algรบn grado, repele o inquieta. Se trata de un mecanismo de defensa que tambiรฉn puede darse en una direcciรณn autodestructiva: ยซYa no le gusto, la culpa es mรญaยป.
Se inicia lo que Sierra denomina ยซadivinacionesยป. Asumir anticipadamente, sin preguntar ni sugerir, la negativa del otro. ยซTรบ ya das por hecho que el gesto que hace significa que no desea un encuentro, y a lo mejor ocurre que la otra parte no sabe cรณmo iniciar un encuentroยป, apunta.
Los aรฑos de relaciรณn a la espalda juegan a la contra. Piensas que conoces a tu compaรฑero como a la palma de tu mano y te das la razรณn a ti mismo en tus reproches. ยซEn la terapia, muchas veces descubren que han perdido muchas oportunidades por no haber sabido entenderseยป.
SIGUE LA PISTA DE LOS BESOS
Una de las seรฑales que identifican la desconexiรณn sexual es la calidad de los besos. ยซDisminuye la intensidad del beso. Hablo del morreo, del beso que comparte fluidos. En muchos casos โy no son parejas que lleven muchos aรฑos juntos, tal vez tres o cuatroโ, el beso es muy poco frecuente o ha desaparecidoยป, detalla Sierra.
Los besos pasan de ser la mรกxima expresiรณn del magnetismo a ser una estrategia para mantener a raya el vรญnculo carnal. Quedan solo los piquitos de saludo y buenos dรญas, esos que confirman la prevalencia de la losa de la rutina. Besos de labio seco y replegado.
La apariciรณn fortuita de humedad en un pico puede llegar a percibirse como un agente extraรฑo, como una pregunta que da miedo responderโฆ Si a uno de los miembros no le apetece tener sexo, acaba cerrando la boca, asรญ corta de raรญz el nacimiento de la fiebre.
Los besos entonces mutan, se contagian de connotaciones negativas.
El beso, define Sierra, es una caricia con la boca y con la lengua. ยซA travรฉs de la saliva, se transmiten hormonas como la testosterona. Se envรญa informaciรณn al cerebro, segregamos mรกs saliva, se activa nuestro sistema parasimpรกtico, que libera oxitocina, la hormona del cariรฑo y la relajaciรณn: genera vรญnculo y te relajaยป, desarrolla. ยซMuchos llegan a consulta despuรฉs de aรฑos de relaciones sin ganasยป. Cuenta Sierra que, asรญ, el sexo se puebla de asociaciones desagradables.
Tanto ella como Beltrรกn apuestan por la restauraciรณn del vรญnculo a travรฉs de reescribir lo que el sexo significa para la pareja.
Que trabajen por separado en el autoerotismo, que recuperen la sensaciรณn de deseabilidad. Y, en comรบn, que dediquen horas offline a mirarse, besarse y acariciarse sin mรกs. Se busca, al principio, reinstalar la autenticidad del contacto: que sea lo que es, y no un callejรณn sin salida hacia un sexo que ha llegado a ser mรกs cuestionador que liberador.
Solo asรญ la pareja puede reconocerse de nuevo y acabar, con el tiempo, incendiados uno sobre el otro. Otras veces, la soluciรณn consiste en aceptar que el fango ya rebosรณ y decir adiรณs. El deseo estarรก esperando en otras pupilas y otros cuerpos.