Marta Raposo es ciega y conoce bien lo difícil que puede ser, en ocasiones, cruzar una calle. Aunque lo hace siempre por un paso de peatones regulado por un semáforo, no siempre funcionan correctamente las señales acústicas que le ayudan a saber cuándo puede hacerlo sin peligro.
Pero también se dio cuenta de otra realidad. Hay otro tipo de ceguera que atañe a muchas personas videntes: la de ir mirando el móvil mientras caminan sin prestar atención a lo que ocurre alrededor. Gente que no es capaz de levantar la vista del smartphone ni siquiera cuando va a cruzar la calle, lo que ha hecho aumentar significativamente el número de atropellos.
Así que tuvo una idea: ¿Y si existiera un paso de cebra que emitiera algún tipo de señal cuando se pusiera un pie sobre él para advertir al peatón —invidente o no— de que no está cruzando con el semáforo en verde?
Contó la idea a varias personas, entre las que estaban su propio padre, José Antonio Raposo, y su amigo Enrique Caraballo, y crearon una empresa. El primer paso fue desarrollar un prototipo. Y tras patentarlo, empezó el proceso de desarrollo de la idea. Así nació Aicross, el paso de peatones basado en inteligencia artificial que vibra cuando un transeúnte intenta cruzar sin prioridad de paso.
Tal y como explica Enrique Caraballo, uno de los socios de Aicross, se trata del primer paso de cebra que avisa al peatón y no al coche. Hasta ahora, solo existían pasos con luces led que se activaban para avisar a los conductores de que se acercaban a un cruce de este tipo, pero Aicross pone en el centro al ser humano y no al vehículo.
«En principio, se diseñó solo para semáforos, y ahora, dándole una vuelta, para buscar dar más servicio, pero también por interés comercial, abrimos el abanico colocándolo allí donde no lo hay». Caraballo habla de travesías interurbanas sin semáforos en las que siempre es el peatón el que lleva preferencia, pero que suponen un peligro bien por la velocidad de los coches, a los que no les da tiempo a frenar cuando llegan a este tipo de cruces, bien por el despiste del peatón o porque no se asegura de que viene un vehículo hacia él.
Pero también puede ubicarse en otros lugares con gran afluencia de peatones, como hospitales, colegios, hoteles, edificios públicos, etc. Y puede ser efectivo para facilitar la movilidad segura en el metro, donde se colocaría a lo largo del andén en esa superficie abotonada que avisa a los invidentes de dónde situarse sin peligro para esperar la llegada del tren. Aicross sumaría a su señalización luces y vibración.
«Mediante la monitorización volumétrica de los vagones y el uso de colores, podemos iluminar por fases a lo largo del propio andén para orientar al viajero sobre el emplazamiento ideal para esperar un vagón con menor aforo. En caso de emergencia, AiCross puede tener autonomía para señalizar lumínicamente la salida», explican en su web.
AiCross está fabricado con materiales de última generación utilizados en la industria aeronáutica, albergando en su interior diferentes tipos de sensores capaces de activar señales acústicas y luminosas. Puede instalarse tanto integrado en el asfalto, como montado sobre una plataforma elevada, en la propia calzada, en la acera o entre ambas.
«Esos sensores están interconectados a un cuadro que lleva unos interruptores, que, en el momento en que el peatón pisa la primera línea del paso de cebra cuando no tiene la prioridad de paso, accionan una vibración inmediata que alerta del peligro», concluye Caraballo.
El primer Aicross se montará en Mérida en el mes de octubre, pero ya tienen contratos firmados para instalarlos en Huelva, Moguer, Ayamonte, Cádiz y Jerez de la Frontera. Además, ya están negociando la instalación de estos pasos de peatones inteligentes en Madrid capital y otras localidades de la comunidad autónoma madrileña como Pozuelo y Las Rozas.