Airbags salvavidas para ciclistas y peatones

El año pasado, un grupo de diseñadores daneses lograron aplicar el concepto del airbag para proteger la cabeza de un ciclista en caso de accidente. Pero por mucha protección que uses en la cabeza una colisión con un coche sigue deparando un efecto muy desagradable para el que viaja en dos ruedas. Una empresa holandesa quiere reducir los efectos de estos accidentes con un sistema de airbags externos que se despliegan en los coches en caso de tener un accidente con un ciclista o peatón.
Tiene sentido que este invento surja en Holanda, un país que junto con Dinamarca cuenta con el mayor número de ciclistas urbanos en el mundo per capita. De hecho el gobierno holandés ha invertido más de un millón de euros en el proyecto para desarrollar la tecnología, según informa Co.Exist. El objetivo es buscar nuevas formas de reducir las 200 muertes de ciclistas y 73 peatones que se produjeron en los países bajos en 2012.
El sistema desarrollado por TNO contempla la instalación de unos airbags exteriores que cubren la parte inferior del cristal delantero de un coche para amortiguar el impacto de una colisión con un humano. Una cámara instalada en el coche detecta los movimientos y si notan un contacto por encima de una determinada velocidad se desplegarán las protecciones.
Según este vídeo de demostración realizado con dummies, los responsables de TNO encontraron que la tecnología reduce considerablemente los daños al cerebro y la cabeza a velocidades de 40 kilómetros por hora.

La tecnología también prevé usar sensores para frenar automaticamente en caso de que el coche esté en peligro colisionar con una persona.
Según señala el artículo de Co.Exist, no son los primeros en explorar los airbags exteriores, Volvo ya ha desarrollado un sistema similar para reducir el impacto de accidentes con peatones.

No hay nada más efectivo para reducir las muertes en la carretera que fomentar un clima de respeto y buenas prácticas entre ciclistas pero a veces no esto no es suficiente. Esta tecnología puede acabar convirtiéndose en un aliado imprescindible de la seguridad en la carretera a medida que aumenta el número de bicis en la calle en todo el mundo.