Baloncesto, un campo de refugiados palestinos y feministas con hijab

La periodista Txell Freixas cuenta en 'Aliadas' la historia del primer equipo femenino de baloncesto nacido en un campo de refugiados palestinos de Beirut y cómo esas niñas pudieron cambiar su destino
aliadas txell freixas

¿Qué harías tú por salvar a tu hija de un matrimonio infantil y de otras violencias estructurales que tu cultura impone sobre la mujer? A Majdi, un pintor de fachadas palestino que vive en el campo de refugiados de Shatila, en Beirut (Líbano), se le ocurrió enseñarla a jugar al baloncesto. A ella y a sus amigas, amenazadas con el mismo destino que su hija Razan. Con todas montó el primer equipo de basket femenino no solo del campo, sino de todo el Líbano. Pero no fue nada fácil.

Txell Freixas, periodista y actual corresponsal en Oriente Medio, conoció esta historia durante su corresponsalía para la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) en 2017. Aliadas. Las niñas de Shatila desafían las reglas del juego (Capitán Swing, 2025) es el libro donde cuenta cómo el deporte consiguió cambiar el destino de unas niñas en una cárcel a cielo abierto, como es el campo de Shatila, y del empeño de un padre, Majdi, por convencer a sus vecinos y abrir puertas y ventanas de esperanza para las mujeres de su comunidad. Y mientras Freixas investiga sobre esta iniciativa, va descubriendo otros proyectos pequeños pero igual de poderosos liderados por mujeres que les llevan al mismo lugar: romper las reglas y elegir su propio destino.

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Oriol Andrés Gallart

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