Gracias al astrónomo Burak Ulas, la expresión «música celestial» ya se puede utilizar en sentido literal. Este doctorando en el Izmir Turk College Planetarium y músico aficionado ha transformado las vibraciones de una estrella binaria eclipsante, Y Cam A, en una pieza sonora que acompaña con su piano. El resultado es «un nuevo tipo de sonido para la tierra desde el universo,» según Ulas.
La compleja relación entre los objetos astronómicos y los sonidos es en realidad un antiguo tema de estudio. Los pitagóricos ya consideraban que las distancias de los cuerpos celestes en movimiento atendían a proporciones similares a las de los intervalos musicales en su teoría de la armonía de las esferas. Johannes Kepler retomó aquella idea y trató de asociar los movimientos de los planetas con las proporciones musicales en Harmonices mundi.
Casi cuatro siglos después de que el astrónomo alemán escribiera esa obra, la misión Kepler analizaba las oscilaciones de 500 estrellas semejantes al sol para determinar sus masas, radios y propiedades internas con el fin de estudiar el pasado y futuro de nuestra galaxia, un estudio del que se ocupa la astrosismología. Algunos científicos han pensado incluso que si la vibración de una campana produce notas musicales, también los datos sobre la vibración de las estrellas pueden convertirse en exóticos sonidos.
Burak Ulas ha ido más allá y ha decidido que las estrellas podían convertirse directamente en un instrumento musical. Durante sus estudios, había analizado los datos de las frecuencias de diferentes estrellas pulsantes utilizados para analizar su estructura. Hasta que un buen día, las piezas celestiales y terrenales encajaron en su mente: podía comparar las estrellas pulsantes y las escalas musicales matemáticamente.
Tras haber analizado detalladamente 28 estrellas y 57 escalas musicales en un estudio anterior, Ulas consideró que lo más adecuado era escuchar las Extrañas Pulsaciones de Y Cam, el nombre que ha dado a la pieza musical. Ha analizado cuatro frecuencias de esta estrella de la constelación de Camelopardalis que no eran audibles y las ha transformado en cuatro notas musicales que los humanos sí podamos escuchar. Con ellas ha creado lo que él mismo denomina como un «acorde estelar». «Con mi método, es posible crear un acorde único para cada estrella individual», asegura Ulas a Yorokobu.
La partitura la ha acabado interpretando el editor de audio Audacity y ha generado unos sonidos inquietantes, «brillantes y oscuros» al tiempo, según los define este compositor. «Me suena melancólico, puede que porque sea inalcanzable para mí, a casi mil años luz. Al mismo tiempo, está en un modo ligeramente activo, como una máquina trabajando».
Ulas ha acompañado los inquietantes sonidos de la estrella pulsante con la música de su piano, plasmando los sentimientos que le inspiraban esas notas. Este astrónomo ha explicado todos los detalles de su laboriosa investigación en un estudio publicado en ArXiv y ha compartido su pieza musical en SoundCloud, para que cualquiera pueda escucharlo.
La pieza resultante probablemente te suene mejor de lo que pensabas. Las notas astrales transmiten una tristeza vital que puede hacerte reflexionar hasta sobre los recónditos lugares del espacio ultraterrestre que te vas a quedar sin conocer (ni oír) o sobre la soledad que deben sentir las estrellas diseminadas por el universo.
Casi 50.000 personas han escuchado ya esta pieza sonora, un hecho que ha pillado por sorpresa al joven astrónomo. «No me lo esperaba. Este estudio es para mí una combinación de mi asignatura de astrofísica y de la música. Una clase de hobby». Ulas espera que la obra anime a sus oyentes a indagar más sobre el espacio.
Su labor creativa tampoco acaba con esta obra: se plantea incluso formar una orquesta compuesta de varios instrumentos y estrellas pulsantes. «Creo que voy a tener que utilizar diferentes escalas musicales en la composición y esto es difícil y peligroso para un compositor y para el público», concluye.
Este astrónomo pretende actualizar y estudiar de nuevo su lista de estrellas sonoras para seleccionar cuáles puede incluir en una nueva obra musical que acerque a nuestro tímpano las murmuraciones de los cuerpos celestes. ¿Se podrá crear una sinfonía del universo?
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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de European Southern Observatory y Burak Ulas