
La luminosa mala suerte de que tu madre tenga cáncer
Puede ocurrirnos a todos. De hecho, las estadísticas demuestran que nos ocurrirá a muchos —y que la mayor parte de las veces saldremos adelante—. Sin embargo, mientras no nos toca, hacemos como si no existiera. Obviamos su existencia. Hasta que un día cualquiera, después de pegajosas semanas de dudas y radiografías, alguien pronuncia las palabras tan temidas. «Sí, es cáncer».