“No entregues tu alma a la soberbia y no tendrás fantasías terribles” (Evagrio el Póntico. Los ocho vicios) Empecemos por el principio: me siento orgulloso de hablarles de la inocencia del mal, aunque me cuesta desentrañar si quieren que digamos aquí cuán inocente puede ser. Porque, para los cristianos, el orgullo es el mal, todo […]
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