La literatura más corta del mundo

El género breve en la escritura nació el día en que un autor decidió reducir las palabras de una historia para conceder a la imaginación del oyente la parte más importante de su cuento. No lo hizo corto porque quisiera hablar tan solo de un instante, ni porque quisiera robarle todos sus detalles. Era una especie de juego de condensación en el que el autor construye el esqueleto y quien lo escucha, o quien lo lee, arma el castillo a su antojo.

(Texto de Mario Tascón y Mar Abad. Imagen de portada: Luisbboy)
Los textos breves, cuando quieren ser literatura, acaban completando su historia con la fantasía y los sueños del lector. Cuando quieren ser maestros y soltar de un plumazo siglos de sabiduría, como hacen los refranes, se completan con la cultura y la reflexión de la persona que los escucha.
Los relatos cortos nacieron antes que la escritura. Eran los tiempos en los que la sabiduría corría de boca en boca. Los tiempos de la tradición oral. Los cuentos relataban las leyendas y el folklore de los pueblos para perpetuarlos de generación en generación.
Dice Enrique Anderson-Imbert en su Teoría del cuento que las raíces de las formas breves se remontan 4.000 años atrás. Los escribieron los egipcios y los sumerios. Los escribieron después los griegos Herodoto, Luciano de Samotracia…
Muchas de estas formas breves han permanecido hasta la actualidad. Otras se han ido incorporando conforme los modos de expresión cambiaban. Y algunas más llegaron, hace unos años, con la revolución que han traído consigo los medios digitales en la forma en la que hablamos y escribimos ahora.
Parte del éxito de Twitter seguramente se debe a que se ha convertido en el mejor, más amplio y más universal medio de difusión de todos los géneros breves que han existido hasta ahora y muchos de los que se están inventando en el presente y se inventarán en el futuro. Los tuiteros practican a diario montones de ese tipo de textos tan emparentados con la tradición oral y tan populares, tan difíciles de distinguir entre sí porque en la práctica se parecen demasiado. ¿Cómo no iban a tener una nueva época dorada en la conversación global?
Acertijos y adivinanzas
Si es prosa es acertijo, si tiene rima adivinanza. Una incógnita escondida entre las palabras. Se utiliza como un juego o un pasatiempo. Las hay basadas en paradojas o en juegos de palabras. Necesitan de la complicidad e ingenio del lector para resolverse.

De rojo me cubro
sin ser amapola,
mi abuela y el lobo
completan la historia.

Aforismo
La historia atribuye a Hipócrates la invención de estas formas breves aunque seguramente más que inventor es del primero que hay constancia de su autoría en determinados pensamientos. El médico griego (460 a.C. — 377 a.C.) condensaba en una frase consejos básicos para el cuidado de la salud. Decía, por ejemplo:
Deben ser preferidos aquellos alimentos y bebidas agradables, aunque no fueren tan sanas, a los mejores, pero no tan gratos
El alimento dado al que tiene fiebre, en la convalecencia le vigoriza; durante la enfermedad, le empeora.
Epicuro (341 a.C. — 270 a.C.), por ejemplo, escribió, entre otros muchos, estos aforismos:
El hombre es rico desde que se ha familiarizado con la escasez
El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él
Los científicos y pensadores griegos fueron los primeros en construir frases muy breves que, a menudo, suenan a receta. Eran sentencias que pretendían inculcar un hábito o proporcionar una enseñanza. Eran cortas y rotundas para que resultaran fáciles de entender e incluso memorizar.
Pero, dentro de ellos, hay versiones de lectura literal y versiones que invitan a la reflexión. Los aforismos de Hipócrates hacían referencia, en general, a un tema específico, como el cuidado del cuerpo. En este caso eran textos concisos y con un único significado. El mensaje no da lugar a interpretaciones. En el caso de Epicuro, en cambio, por su carácter filosófico, funcionan a menudo como la mecha que enciende la llama en el pensamiento del que lo escucha o lo lee.
En España el momento con mayor esplendor de la literatura aforística llegó en el Siglo de Oro. Emplearon el género Gracián, Quevedo y Cervantes. En manos de estos grandes escritores, los aforismos se llenaron de imágenes, paralelismos, contraposiciones, juegos de palabras… Algo así como una avalancha de ingenio servido en muy pocos vocablos.
El escritor aragonés del barroco español Baltasar Gracián es uno de los grandes maestros del género.
Amar es el más poderoso hechizo para ser amado
Las leyes inútiles debilitan las necesarias

Los aforismos se diferencian de los refranes fundamentalmente porque tienen autor conocido, porque han sido creados por una persona y están asociados a ella, mientras los segundos pertenecen al pueblo, a la gente.
Los aforismos son sentencias breves y doctrinales propuestas como reglas en alguna ciencia o arte. Para Emilio Ríos «los aforismos más genuinos son pensamientos filosóficos formulados poéticamente»
Albur
Es un juego de palabras con doble sentido y, a menudo, connotaciones sexuales. Algunos fans del albur, especialmente en México, han creado cuentas para tuitear a diario este género literario. Entre ellos, Los Mejores Albures (@losAlbures) y Doctor Albur (@Alburesychistes)
–Doctor, ¿cómo ha ido la operación?
–No soy el doctor. Soy San Pedro.

(Doctor Albur, 23 de julio de 2011)
Un hombre a su mujer: “Orale vieja, vamos a echar el semanal”. “Híjole, chato, tengo la mensual”. “Pos no importa, le damos por el anual”.
(Los mejores albures, 25 de mayo de 2011)

Anécdota
Es el relato de un hecho inusual o divertido relacionado con un tema principal del que se está hablando. Esa pequeña historia rompe con lo habitual y, precisamente por eso, resulta curioso y, en ocasiones, puede llegar incluso a ser pedagógico. Las redes sociales son canales donde proliferan esos desvíos, donde la gente puede ilustrar aspectos laterales de una historia que, a veces, aportan mucha más luz que la columna vertebral de la misma.
Atribuyen a Víctor Hugo esta anécdota que, de haber sucedido en Twitter en lugar de a través del correo postal, habría dado lugar a los dos tuits más cortos de la historia.
El escritor acababa de publicar su novela Los Miserables y se fue de vacaciones. En su descanso, le despertó una curiosidad. ¿Cómo se estaba vendiendo el libro? Escribió una carta a su editor con este texto:
«?».
El librero siguió el juego y contestó con la misma claridad y la misma brevedad: «!».

Anuncio por palabras
Mientras los periodistas escribían cada vez más largo, sus lectores componían mensajes cortos en las páginas de anuncios clasificados en las que la restricción del número de palabras tenía que ver con el coste del mensaje publicitario. La sabiduría del pueblo consiguió hacer poesía en aquellas columnas, que en la época de oro de la prensa iban abarrotadas de frases que ponían a la venta todo tipo de cosas o que reclamaban otras. No sólo había que escribir bien y claro sino que había que persuadir, que despertar la necesidad, que atrapar el deseo. Toda una técnica que quienes la desarrollan la sustentan en la credibilidad y en la pequeña, solo pequeña, exageración, ya que elevar demasiado las expectativas podía provocar una gran desilusión. Lo mismo que cuando en Twitter prometemos un final al otro lado del hiperenlace que acompaña nuestro tuit: hay que prometer lo justo, o nuestros próximos tuits irán directos a ese espacio de la ceguera selectiva.
Desde aquel anuncio que se guarda en el Museo Británico en el que, 1000 años antes de que naciera Cristo, Hapú, un tejedor de Tebas, ofrece media moneda de oro a quien le aportara información sobre Shem, un esclavo fugado y una entera a quien lo entregara, la manera de contar aquello que vendemos, sean telas o información, los anuncios no han variado tanto, aunque si que ha cambiado la tabla de arcilla y el iPad en el que se escriben los mensajes. Hapú no pudo evitar aprovechar la última linea que le sobraba para tras dar todos los detalles de la búsqueda del fugitivo recordarnos que «La Casa Haipú ofrece las mejores telas de Tebas». A Haipú le sucedía como a los tuiteros que un día se encuentran con un tuit al que le sobran 100 caracteres y se ven tentados a recordar que ellos también tienen «las mejores telas de Twitter», aunque al final no lo escriban.
Enrique Jardiel Poncela llevo los anuncios por palabras a la literatura con su libro Para leer mientras sube en el ascensor con su historia de Melencio y Diamantina contada a través de los clasificados que el varón va publicando a lo largo de un año y que consiguen que reconstruyamos la historia de la pareja.
Hoy la lectura mientras se sube en un ascensor seguro que son los mensajes de Twitter.
No podemos resistimos y tenemos que citar un famoso chiste relacionado con este tipo de publicidad breve.
Un marido muy tacaño al fallecer su esposa se acerca al periódico a poner una esquela.
– Buenas tardes. Quería poner un anuncio de la muerte de mi esposa.
– Lo siento señor. Ponga en este papel su mensaje. Es medio euro por palabra.
El viudo coge el papel y escribe:
«MARIA MUERTA»
– Tenga. Ya está.
– Mire señor: el mínimo son cinco palabras.
El esposo vuelve a coger el papel y escribe:
«MARIA MUERTA. Vendo Opel Corsa»

El viudo hubiera sido un buen tuitero.
Cadenas
De forma frecuente los usuarios de Twitter se embarcan en una especia de “cadáveres exquisitos” (juego surrealista en el que cada autor aportaba una palabra sin conocer la anterior) en los que bajo una etiqueta común cada uno escribe una idea, un pensamiento, una anécdota o un refrán.
Son cadenas que bajo hastags como #resumenlibros #películastuiteras #politicosymusicos congregan a miles de personas en una especie de carrera para ver quién es el más ingenioso, el que más gracia hace, al que, sobre todo, más retuitean los demás en reconocimiento a su inteligencia.
Muchas de esas cadenas están compuestas por otros géneros breves como los refranes, titulares o proverbios. En muchos casos son juegos de palabras con ellos basados en la remezcla ingeniosa de otras piezas.
Algunos tuits de la cadena #resumenlibros en la que los usuarios intentaban contar argumentos en 140 caracteres.
Una mujer de luto dándole la matraca a su esposo fallecido durante 5 horas que parecen toda una vida.
RT @Hache_Hache

Un señor con un caballo y su amigo con un asno salen de la Mancha, les pasan cosas y vuelven.
Una chica muy desgraciada, pobre y puteada por sus hermanastras y madrastra hasta que pega el braguetazo con un príncipe.
RT @Jesus_Ramis:
Dentro de las cadenas son relativamente frecuentes las lapidatorias en las que todos a una el colectivo de tuiteros la toma con alguien o algo por algún comportamiento incorrecto y no para de lanzarle tuits a cuál más hiriente para afearle lo que ha hecho o pretende hacer. Como todas las cadenas tienen una etiqueta común que usan todos quienes escriben con ese motivo.
El grado de crueldad de Fuenteovejuna suele ser alto y han llegado a provocar que personajes conocidos como Alejandro Sanz abandonen Twitter por haber escrito un tuit con una falta, o someter a David Bisbal a un escarnio público por unas desafortunadas declaraciones sobre las revueltas en Egipto. Ministros, deportistas, empresas, todos están expuestos y temen este nuevo sistema de linchamiento popular.
Calambur
Es una frase o un grupo de palabras que, al agrupar sus sílabas de forma distinta a la original, adquieren un nuevo significado ingenioso, irónico o picarón. A Quevedo se atribuye uno de los calambures más famosos. Dicen que hizo una apuesta con unos amigos para mostrar que era capaz de decirle a Isabel de Borbón «coja» en su cara. Efectivamente, así era la reina y no había nada que le disgustara más escuchar. El escritor acudió a hacer una reverencia a la reina. Le ofreció dos flores. Una en cada mano y, a continuación, le dijo:
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
Son muy utilizados para acertijos.
Chiste
Twitter está lleno de frases cortas e ingeniosas con el ánimo de hacer reír a los demás. Hay chistes largos, por supuesto, pero siempre los mejores han sido los más cortos. Por eso los tuits están llenos de ellos, quizás también porque la risa es una de las reacciones humanas que más manifestamos cuando estamos en grupo y Twitter es eso: hablar en común y por ello reírse. La liberación de endorfinas que se produce cuando lo hacemos, y eso puede suceder a menudo leyendo lo que otros escriben con bastante ingenio, quizás sea uno de los agentes provocadores de la adicción a las redes sociales: necesitamos rernos para sobrellevar el estrés.
Los chistes, si son nuevos, buenos y sorprendentes provocan risa, por eso algunas de las onomatopeyas que más se repiten son confirmaciones de que algún tuit tuvo gracia:
ja ja ja (risa franca)
je je je (astuta)
ji ji jii (maliciosa o contenida)
jo jo jo (socarrona)
Juaas (risa explosiva)

Además de las popular abreviatura en inglés LOL y la cantidad de emoticonos que hemos visto que la representan como 🙂 XD 😀
Twitter está lleno de

  • retruécanos

«No es lo mismo no comáis grasas animales que ¡animales, no comáis grasas!»
No es lo mismo vivir en la calle del medio que vivir en el medio de la calle.

  • colmos

«El colmo de un fotógrafo es que su hijo sea negativo y se le rebele»,

  • mamá-mamá

«– ¡Mamá, mamá! En el colegio me llaman mentiroso..
– Pero hijo…¡Si tú no vas al colegio!»

¿cómo se dice…?
–¿Cómo se dice delgado en chino? –Flaku Chin.

  • ¿qué le dijo…?

¿Qué le dijo un cero a otro cero? No somos nada.

  • tantanes

«Era tan adicto a Twitter que cuando se lo decían lo retuiteaba»
No hay como buscar «#chistes» para leer uno de los canales de Twitter más activos y entretenidos. Pero tampoco olvidemos que muchos de los mejores chistes no llevan puesta ninguna etiqueta y hay que actuar como los cazadores estando siempre atentos a que aparezcan en nuestra cronología.
Consignas
Antes eran las órdenes que se daban al militar que mandaba en un puesto o al centinela. Luego fueron también las que dictaban los dirigentes sindicales y políticos a sus subordinados. Ahora proliferan por Twitter, que se ha convertido en un canal perfecto para su distribución.
La historia está llena de consignas voluntaristas como “Lucharemos hasta el final” y otras que reclamaban dar la vuelta a las cosas “Todo el poder para el pueblo”. Una de las más famosas es nuestro

«¡No pasarán!»

aunque pasaron.
Las órdenes, o las insinuaciones que son como órdenes, o las invitaciones a la participación, circulan por los tuits a velocidad del rayo convocando manifestaciones que a las autoridades les parecen espontáneas y sorprendentemente masivas porque no acaban de entender cómo se transmiten. Ya no hacen falta octavillas ni imprentas clandestinas: un buen tuit y podemos ver como el colectivo de ciberactivistas Anonymous reparte consignas y lanza un ataque cibernético contra la web de una tarjeta de crédito o ciudadanos indignados que convocan a quienes piensan como ellos/nosotros para que se reúnan en la Puerta del Sol. Muchas veces son mensajes simplificados que repetidos por la multitud (retuiteados) sirven de mantra para quienes tienen ideas por las que luchar: «Ni un paso atrás» decían las Madres de Mayo argentinas, o «Hasta la victoria siempre» en palabras del Che Guevara.
Los políticos, en cambio, que eran los maestros de la consigna en el siglo XIX y XX, ahora no acaban de acertar con las suyas quizás porque la gente acepta peor las órdenes y porque la consigna antigua solo circulaba en una dirección: de arriba a abajo, y ahora hay que saber hablar de igual a igual. Quizás porque estaban pensadas para que nadie hiciera preguntas.
Hoy las consignas pueden coger tanta fuerza que se fusionan las palabras y crean etiquetas donde a la fuerza del mensaje principal la gente añade sus propios comentarios, no siempre a favor. Así, han sido consignas etiqueta desde #tomalaplaza a #nopararemos con motivo de los movimientos indignados en España y sus llamamientos a acampar o manifestarse en la Puerta del Sol de Madrid.
Consignas con las que la gente no se conforma con repetirla sino que aprovecha y le añade su punto de vista porque todavía quedan caracteres hasta los 140.
Dicho
Una frase ocurrente que expresa sabiduría popular pero que no es un refrán, del que se distingue (más o menos) por ser más breve, más sencilla y simple todavía y porque no suele incluir sentencia. Está compuesto por unas pocas palabras, con un significado muy claro dentro de un contexto cultural determinado. La mayoría de los dichos no son traducibles a otras lenguas, aunque suelen tener expresiones similares. Muchos son pura arqueología lingüística que antes saltaban de boca en boca y ahora lo hacen entre tuits.
Sin ton ni son.
Agarrarse a un clavo ardiendo.
Escribir peor que un médico.
Ver, oir y callar.
Epigrama
Composición poética breve que cuenta un único pensamiento de forma ingeniosa, satírica o burlesca. Sus orígenes se encuentran en la Grecia clásica. Los griegos hacían una inscripción en un objeto, un regalo, una estatua, una tumba… para hablar de los temas filosóficos, políticos y existenciales que más le interesaban. La brevedad era imprescindible para poder convertirlos después en rótulo o inscripción.
Marco Valerio Marcial, poeta romano nacido en Bilbilis (hoy Calatayud, España) nos dejo dos libros llenos de ellos de entre los que destacamos uno en el que, como podría hacer hoy en Twitter, se defiende de sus críticos:
Te quejas de que escribo, Veloz, epigramas largos;
tú no escribes nada: los haces más breves

En el siglo XVIII, Juan de Iriarte, definió este género escribiéndolo en un propio epigrama.
A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante.

Epitafio
No hay texto corto más intenso que el que tiene que resumir una vida. Normalmente se inscribe sobre su sepulcro o su lápida. Los griegos y los romanos empezaron a dedicarlos, a veces en verso y a veces en prosa, a sus difuntos. A menudo, los epitafios tienen un carácter solemne, pero, en otras ocasiones, tienen notas de humor. Así es (podría haber sido) el famoso epitafio que se atribuye a la tumba de Groucho Marx (aunque en la real solo aparece su nombre, sus fechas de nacimiento y muerte, y una estrella de David):
Perdonen que no me levante.
Si queréis los mayores elogios, moríos.
(Enrique Jardiel Poncela)

Ya decía yo que ese médico no valía mucho.
(el escritor de comedias Miguel Mihura)

Eslogan
Busque, compare y, si encuentra algo mejor, tuiteelo. La fuerza de las frases publicitarias creadas para convencer a quien la escucha/lee de las bondades de un producto, de su uso se consigue con una escritura clara y un frecuente despliegue de figuras retóricas diversas con un único fin: fijarse en la mente del consumidor y facilitarte el acto de compra. Los expertos dicen que los mejores tienen tres palabras pero los hay muy buenos con más y con menos:
La chispa de la vida
Piensa Diferente
El algodón no engaña
No es lo mismo conducir que conducir ¿Te gusta conducir?
¿Cuánto valen las sensaciones que acompañan un acto de compra de un coche? Muchos tuits son verdaderas obras de arte basadas en las mismas tácticas que el eslogan. Y los esloganes, posiblemente son los tuits mejor pagados del mundo, incluido aquel por el que su autor, Milton Glaser, no cobró nada en metálico pero que le ha valido el reconocimiento del eslogan más extendido del planeta:
I ❤ NY
Por cierto ¿un icono sustituyendo la palabra «amor»? ¿De qué nos suena? #twittergrafia
Galleta de la fortuna
Inventadas en San Francisco, aunque todos pensamos que son de origen chino, las galletas son un postre que contiene una breve frase con una profecía o un proverbio. Los programadores de Unix utilizan una variante denominada de igual forma para ver aleatoriamente frases de ese tipo generalmente cuando arrancan sus máquinas. hay grandes bases de datos de «fortunes» en Internet.
Greguería
Ramón Gómez de la Serna empezó a escribir frases breves, generalmente en una sola línea, en las que mezclaba metáforas y humor. Estas sentencias, que publicaba en secciones fijas de periódicos, tenían un sonido poético y estaban cargadas de profundos significados e ingenio. El escritor llamó a este tipo de composición literaria greguerías y le dio esta fórmula:
Humor + Metáfora = Greguería
La morcilla es un chorizo lúgubre
Aquel tipo tenía un tic, pero le faltaba un tac; por eso no era un reloj
Roncar es tomar ruidosamente sopa de sueños
Haiku (俳句)
El haiku es un poema. No es un poema cualquiera, aunque como el resto busca sugerir imágenes y generar sentimientos. Un haiku tiene tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. Un pequeño flash que abre de forma breve una gigantesca ventana en ese hueco robado al silencio.
Felicidad…,
todos a visitarla
y nunca está.
*
Solo es feliz
quien, en vez de buscarla,
busca vivir.
José María Ortega (La Voz de Almería, 12-05-09)

Hiperbreve y Microrrelato
Es la literatura reducida a su máxima expresión. Historias en las que la extensión es clave y la concisión, irrenunciable. Nacieron mucho antes que los medios digitales. Datan de la tradición oral y entran en los textos escritos en la Edad Media. A mitad del siglo XX vivieron un momento de esplendor con los cuentos de pocas palabras de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Vicente Huidobro, Enrique Anderson Imbert, Juan José Arreola y otros autores latinoamericanos. En la actualidad, con los terminales móviles y entornos de comunicación como Twitter, vuelven a despertar el interés de una sociedad para la que la brevedad es casi un estilo de vida.
‘El adivino’
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará.
El candidato responde que será reprobado…
Jorge Luis Borges

‘Amor 77’
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Un tal Lucas, 1979. Julio Cortázar

‘Los 1.001 cuentos de 1 línea’
Quiso escribir los 1001 cuentos de 1 línea, pero sólo le salió uno.
Gabriel Jiménez Emán

‘Cuento de terror’
Me desperté recién afeitado.
Andrés Neuman

Hasta 2005 El Dinosaurio de Augusto Monterroso (lo hemos utilizado en un capítulo anterior para desarrollar las variantes de un tuiteo) había sido considerado el microrrelato más corto en castellano arrebatándole en ese momento el récord Luis Felipe Lomelí:
«El emigrante»
¿Olvida usted algo?
¡Ojalá!

Moraleja
Es la lección que contiene un cuento, una fábula, un ejemplo… La enseñanza se puede dejar a interpretación y deducción del oyente o se puede dar como una máxima al final del cuento. A lo largo de la historia se ha utilizado a menudo en la literatura infantil.
Bóreas y el Sol disputaban sus poderes. ¿Quién podía más? Ganaría el que consiguiera despojar a un viajero de sus vestidos.
Bóreas actuó primero. Sopló con violencia y el hombre apretó contra sí sus ropas. Bóreas asaltó con más fuerza. El hombre, molesto por el frío, se colocó otro vestido. Bóreas, vencido, se lo entregó al Sol.
El astro empezó a iluminar suavemente y el hombre se despojó de su segundo vestido. Después, lentamente, envió el Sol sus rayos más ardientes, hasta que el hombre, no pudiendo resistir el calor, se quitó sus ropas para ir a bañarse al río.
Moraleja: Es mucho más poderosa una suave persuasión que un acto de violencia.

Novelas en tres líneas
En los días de la primera generación simbolista (Mallarmé, Verlaine, Laforgue…) vivía en Francia un crítico literario que estuvo detrás de muchas de las grandes cabeceras que dio a conocer a este movimiento. Se llamaba Félix Fénéon (1861-1944) y, además, era periodista. Este anarquista francés conocía como nadie las crueldades soterradas y las hazañas más sucias de aquella época. Era eso lo que contaba en los periódicos. Un día de 1906 recibió el encargo de hacer en el diario Le Matin una sección de sucesos ocurridos en realidad pero en versión novelada. La columna, rebosante de humor negro y sarcasmo, se llamó Nouvelles en trois lignes (Novelas en tres líneas).
En Clichy, un joven elegante se arrojó bajo un carruaje recauchutado, y a continuación, indemne, bajo un camión, que lo trituró.
Explosión de gas en casa del bordelés Larrieu. Él resultó herido. Los cabellos de su suegra llamearon. El techo reventó.
El amor. En Mirecourt, el tejedor Colas alojó una bala en la cabeza de la señorita Fleckenger, y se trató a sí mismo con semejante rigor.
Fénéon hubiera sido un gran tuitero.
Oráculo
La respuesta de los dioses en unos pocos caracteres, la predicción del futuro a través de textos breves en las páginas de horóscopos de Internet y antes de los diarios. Todo un clásico de los géneros cortos en los que predominan los textos predictivos que anuncian para el futuro a corto, medio o largo plazo lo que va a suceder en la vida de quién consulta, y también los que indican direcciones y acciones a tomar. Los estudiosos del lenguaje y, como no podía ser de otra forma, han visto que predomina en ellos el presente de subjuntivo y, claro, el futuro en cuanto a los tiempos verbales.
Un lugar (Internet) con tanto mago y gurú no podría funcionar sin un sistema de predicción de futuro, sin sacerdotes y sistemas de interpretación de señales (la cotización en bolsa de las redes sociales o la salud de los consejeros de las compañías tecnológicas).
Una de las predicciones que más se repiten es la de la muerte de cosas (web redes sociales, internet móvil, periódicos, etc.). Hay augurios bastante negros que suelen emitir los directores de las funerarias de esos negocios.
Tu hijo matará a su padre y se casará con su madre.
Oráculo de Delfos sobre Edipo.

La web ha muerto.
Revista Wired (agosto de 2010)

Twitter es, también, el Oráculo de Delfos moderno todos los días miles de personas esperan que los sumos sacerdotes tras leer los signos emitan su predicción, sea sobre márketing o periodismo. Una vez realizada el creyente la retuitea o la añade a favoritos.
Piquiponada
El lapsus linguae hilarante, lo que los ingleses llaman spoonerism es conocido como piquiponada en Cataluña. Es una frase en la que se realiza una sustitución de palabra por otra similar en el sonido pero de diferente significado; y debe su nombre a Joan Pich i Pon, un político catalán de los comienzos del siglo XX, que era dado a cometer en sus discursos e intervenciones numerosos errores, debidos a la confusión sobre el significado de palabras o frases hechas, y a mezclar metáforas y paremias. Algunos ejemplos:
«La batalla de Waterpolo»
«En la Rambla de Cataluña han abierto un restaurante con luz genital»
«Para mí, el tirano más famoso fue el Tirano de Bergerac»
«Este calor es impropio de estos días. Parece que hayamos entrado en plena calígula»
También se refería al «hemiciclo» como «hemicirco», aunque quizás esto último no fue un lapsus linguae.
Piropo
Una frase en voz alta para halagar a una mujer o un hombre. Se requiere brevedad para poder ser captados al paso. Los hay pícaros, ingeniosos y llevan intención de agradar, aunque no siempre lo consiguen cuando se deslizan a lo soez o burdo. José Martí atesoraba en una libreta uno que escuchó en su estancia en españa: «Sería yo espejo para que siempre me mirases» o un clásico de Juan Ramón Jiménez: «Ni la toques ya más; que así es la rosa»
Poemímimos
Pequeños poemas parecidos a los haikus realizados por el famoso poeta mexicano Efraín Huerta. Según el poeta «el poemínimo está a la vuelta de la esquina o en la siguiente parada del metro. Un poemínimo es una mariposa loca, capturada a tiempo y a tiempo sometida al rigor de la camisa de fuerza. Y no la toques ya más que así es la cosa». Distingue el escritor entre la espontaneidad del poemínimo frente al epigrama y añade a la ecuación un cierto toque maligno que lo aleja de los haikus. Para muestra su poema «Pequeño Larousse» en el que habla de la entrada que existe en la obra sobre su propia biografía.
Pequeño Larousse
«…Nació
En Silao.
1914.
Autor
De versos
De contenido
Social…»
Embustero
Larousse.
Yo sólo
Escribo
Versos
De contenido
Sexual.

Y, como dice otro poemínimo: «a lo hecho, pechos»
Proverbio
«Sentencias cortas extraídas de experiencia larga» decía Cervantes. Este género linda con el refrán. Ambos son anónimos y van transmitiendo la sabiduría popular de generación en generación, pero su diferencia estriba en el carácter moral e instructivo del proverbio. Estos enunciados, sentenciosos e ingeniosos, contienen una enseñanza e invitan a la reflexión moral e intelectual. El refrán, en cambio, se asocia más a la cultura popular.
Más vale tarde que nunca,
Donde hay capitan no manda marinero.
Quien pregunta lo que ignora puede pasar por tonto cinco minutos, pero quien jamás formula pregunta alguna será tonto toda su vida.
Refrán
«No hay refrán que no sea verdadero», dijo don Quijote a Sancho, su escudero. Los refranes son pequeñas cápsulas de sabiduría popular expresada de forma ingeniosa, generalmente, en una rima. Encierran el conocimiento de toda una cultura adquirido a lo largo de la Historia (por eso son siempre anónimos) y hablan de los hábitos más comunes y no reflejan ni lo anecdótico, ni lo excéntrico, ni lo novedoso (por eso son conservadores).
El origen del término refrán está en las canciones medievales. Los trovadores provenzales solían incluir uno o varios versos al final de cada estrofa (hoy, estribillo) de sus canciones y llamaron a esta secuencia poética refrain (refrán).
Estos dichos expresan siempre conclusiones obtenidas de la experiencia. Sus enseñanzas son aplicables al lado práctico de la vida. Nada de fantasía ni filosofías. Y nada de solemnidad. Utilizan, a menudo, metáforas, comparaciones, ironías y tonos jocosos.
Todas las sociedades tienen su refranero. Muchos son de carácter local (A buenas horas, mangas verdes [se decía como queja a la tardanza de la Guardia Civil cuando acudía a una llamada]) y otros se repiten en muchas culturas (Más vale pájaro en mano que ciento volando).
A donde el corazón se inclina, el pie camina.
Amar es tiempo perdido si no se es correspondido.
Consejo no pedido, consejo mal oído.
Relatos en sms
Las formas literarias cortas empezaron a entrar en los dispositivos electrónicos con la generalización de los sms. La historia no podía superar los 160 caracteres y esto, en lugar de ser una limitación, fue visto como un reto. Desde que se popularizaron los sms se organizan, cada año, decenas de concursos de cuentos, poesías y relatos en este formato. El objetivo, a menudo, es fomentar la literatura y el uso de un lenguaje cuidado en los dispositivos digitales móviles.
Seísmos
El escritor español Javier Puche quizás inspirado por aquel escalofriante relato de Hemingway «Vendo zapatos de bebé, sin estrenar» ha publicado una recopilación de textos con tan solo seis palabras. «Incómodo, el cadáver cambió de postura». Parece que seis palabras es otra unidad de medida de la literatura breve tan válida como 140 caracteres.
Titular
Antes de que la gente tuiteara los periodistas, los buenos, titulaban. Y el titular, que nunca se consideró un género, igual es un buen momento para reivindicarlo y mas en la era de Twitter donde todos (afortunadamente) titulamos las cosas que vemos y nos pasan en la vida.
Los buenos titulares son una narración en si mismos y aportan un punto de vista. Llaman la atención del lector y le transmiten una información igual que un tuit. Los hay expresivos, apelativos, informativos, directos, sensacionalistas.
Los titulares hacen uso de muchas figuras literarias: ambigüedades, juegos de palabras, hipérboles, epítetos, paradojas, enumeraciones y metáforas. En fin, lo mismo que los tuits. ¿Será por eso que algunos periodistas dicen que el mejor sitio del mundo para aprender a titular es Twitter? Parafraseando a otro periodista, Mancini: Twitter son los títulos de la realidad.
Wellerismos
El nombre se debe a la peculiar forma de hablar de dos personajes de Dickens, Sam y Tom Weller, que usaban de manera frecuente este tipo de frases. El profesor Taylor ya en 1931 lo define como un texto citado, refrán, proverbio o dicho, a menudo conocido, seguido de un caso particular al cual se aplica tan mal e incongruentemente que resulta cómico por lo inesperado de su aplicación
El wellerismo consta por lo general de tres partes. Uno de los más utilizados en castellano es «Algo es algo, dijo un calvo, al encontrarse un peine sin púas». La primera parte es un refrán, o un proverbio («Algo es algo»). En la segunda parte se identifica el hablante («dijo un calvo»). La tercera pone en contexto la situación, dando como resultado un comentario irónico que dota a la expresión de humor, en inglés esta tercera parte normalmente es un juego de palabras o «pun». Ejemplos:
«Contra gustos…, dijo el sapo, y se tragó la mosca»
«”Más vale prevenir que curar”, como dijo el cerdo al huir del carnicero».
A veces se abrevia: «Veremos, dijo un ciego».
En los estudios en español se le ha denominado dialogismo sonoro.
Twitter es el mayor juego de palabras que ha existido jamás. Es el gimnasio de la mente y de la escritura, en el que la ortografía y la sintáxis son parte de las discipinas con las que nos entrenamos cada dia. La difusión de los diferentes géneros breves (nuevos y antiguos) asi como la utilización de figuras retóricas de todo tipo alcanza aquí momentos sin parangón.
La capacidad de creación colectiva, de mejora, de remezcla cultural son caracteristicas que están convirtiendo a Twitter en el campo de prácticas de artistas de todo tipo. Los pasatiempos y la creación literaria se dan la mano en esta herramienta que, a la vez sirve para estar al tanto de las últimas noticias o para recabar respuestas ante cualquier duda.

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Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
Patrick Thomas

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