Lo más normal cuando se es una de las agencias de marketing digital más veteranas del país, es que esperen de uno mucho más que de los demás. Cuando en BTOB decidieron que ya iba siendo hora de dar un lavado de cara a la imagen corporativa de la compañía, decidieron que así sería, que lo lógico era satisfacer esas expectativa, pero que eso no quería decir que no se pudiese afrontar el reto apelando a la sobriedad.
(Advertorial: Yorokobu + BTOB)
Así fue como comenzó un desafío para la propia marca, que no pretendía demostrar nada a nadie, pero sí culminar la mutación de maneera que su autoexigencia quedase plenamente satisfecha. «No hay estilos, es una reflexión mucho más simple sobre el momento creativo que vivimos: el de hacer cosas brillantes pero no complicadas», explica Fernando Lázaro, director general creativo de BTOB. «Tiene que ver, definitivamente, con la madurez».
BTOB, que lleva en la mochila una trayectoria tan dilatada como premiada, le sobra todo lo superfluo en su imagen. «No necesitamos degradados, sonrisas, bolitas u otros recursos que han tenido nuestros logotipos en el pasado. Ahora decimos: aquí está mi trabajo, mi historia», destaca Lázaro. «El secreto está en hacer las cosas bien, bonitas y simples. Para cumplir eso, nuestra evolución natural ha consistido en eliminar recursos”.
Para el director general corporativo de la firma, Jorge Rodríguez, «lo que valía ayer, hoy ya no sirve. Lo único que permanece es que las agencias tienen que gestionar marcas. Pero cambia todo lo demás: la tecnología, el tratamiento de la imagen, la razón de existir de los elementos del mundo digital…»
BTOB borra lo superfluo de su imagen corporativa

Para Rodríguez, la amplitud de miras, ya sea en el tiempo o de una manera estrictamente geográfica, es clave para seguir creciendo cada día. «Queremos que nuestra imagen no esté asociada a nada de “aquí y ahora”, sino más bien a una visión y estrategia globales. Ahora somos una agencia respetable que compite con las más importantes de Europa”, resalta.