California es un lugar…

5 de enero de 2013
5 de enero de 2013
2 mins de lectura

Captura de pantalla 2013-01-04 a las 11.02.18
California es un lugar donde un héroe de acción puede llegar a máximo dirigente político. Un Estado de USA en el que unas ancianas siguen dedicándose tras años a la natación sincronizada. California es un lugar que resulta tener la deuda más alta del país, donde un señor que se parece a Christopher Reeve lleva más de 15 años vistiéndose de Superman todos los días para divertir a los turistas en el Paseo de la Fama de Los Angeles. California es un lugar con la frontera más corta de EEUU con México pero con varios guardianes amateur que tratan de impedir el paso de los aliens.
Y California is a place es el título de una serie de minidocumentales tan heterogénea que cuenta la mayoría de las historias contenidas en este párrafo.
“Para ser honestos, cuando empezamos”, cuenta el fotógrafo Zackary Canepari, que junto al realizador de anuncios Drea Cooper es el alma de California is a place, «no buscábamos una conexión entre los temas”. Para Canepari el gran hilo conductor es “la experiencia de la gente, encontrar a los mejores personajes y las mejores historias, usando a California como conexión”. Lanzado en enero de 2010 como un proyecto personal de los autores al margen de sus carreras, Canepari reconoce que su nacimiento se dio gracias a una fortuita combinación de factores.
Amigos desde que trabajaron juntos en 2005 como asistentes de producción (“ya sabes, esa gente que trae cafés y ayuda a que el trabajo del resto salga adelante”) en un anuncio de TV en San Francisco. Esta relación laboral, en la que Cooper entrenó a Canepari en los entresijos del oficio, fue creciendo en otras producciones, cada vez más complicadas, que afianzaron su amistad y sentaron las bases para un proyecto propio en común. Finalmente, en 2009, cuando Canepari volvió a mudarse a California tras una temporada viviendo fuera del Estado (“Nueva York, India…”) coincidió que ambos tenían una cámara, tiempo y una historia sobre unos patinadores y una piscina. Así que tras filmarla se encontraron “con un montón de material en la sala de montaje”. “Allí nos dimos cuenta”, recuerda Canepari, “que teníamos que hacer más historias”.
Enfocado como un trabajo de equipo en el que ambos producen, filman, toman las decisiones juntos, en la sala de montaje es Cooper quien, por su experiencia laboral, hace el grueso del trabajo duro de la edición de los minidocumentales, que fueron a la sección oficial del festival de Sundance y forman parte de la selección de los trabajadores del portal de vídeos Vimeo. Para encontrar sus historias recurren a noticias locales o internacionales, conversaciones con gente de la calle, o la fuente más antigua del mundo: los familiares y los amigos.
Una de las historias más perturbadoras de observar es Uppercut, que trata sobre el Gentlemen Fight Club, un lugar donde chicos de oficina, ingenieros de software, gente que ha ido a la universidad y tiene familia, se reúnen para luchar entre ellos. “Con una historia como esta, antes de entrar, estás preocupado por si vas a filmar algo que no tiene valor”, rememora Canepari, “pero la filosofía de los luchadores es muy interesante, hacen eso ya que tienen la necesidad de sentir algo”. Canepari cree que están perdidos como hombres, emasculados, castrados… “van a trabajar todos los días, se sientan delante del ordenador, hablan de sus sentimientos… y dicen que cada vez que luchan sienten algo mucho más real que en el resto de su vida, además de hacer relaciones para toda la vida, estableciendo lazos basados en esta experiencia”. California is a place cuanto menos especial.
 

No te pierdas...