VIDA
Escribe Isaac Asimov en El libro de los sucesos:
«Cuando Erik el Rojo descubrió una nueva tierra de hielo eterno y nieve en el año 982 d.C., quiso animar a sus compatriotas nórdicos a visitar el sitio. De manera que lo bautizó con el nombre de Groenlandia (Tierra Verde). Poco después, 25 barcos llenos de colonos ansiosos zarparon hacia el lugar».
Esta anécdota ilustra que el verde era sinónimo de VIDA en el pasado —al menos, en Occidente—.
El verde es el primer color mencionado en la literatura. Aparece en La Epopeya de Gilgamesh (2500-2000 a.C.), en la tablilla de arcilla XI, en la que un sirviente debe comunicar al pueblo:
«Mi señor Ea derramará sobre vosotros la abundancia. Los pájaros selectos, los peces más excelentes. La tierra se colmará de ricas cosechas. Aquellos que en el ocaso planten vainas verdes verterá sobre ellos una lluvia de trigo».
Aunque distintos hechos históricos cambiaron la fama del verde, su simbolismo primitivo permanece. Seguimos identificando el verde con la naturaleza, la frescura, la salud, la juventud y la esperanza.
No es raro que esté en el logotipo de Greenpeace, la cruz que anuncia las farmacias o las empresas que quieren ofrecer una imagen de apoyo a la causa ecológica.
El drama que Whoopi Goldberg sufre en El color púrpura está mitigado, en parte, por las vastas praderas verdes.
El cine refuerza estos significados mostrando construcciones de hormigón, acero y cristal frente al bosque, la jungla o las vastas extensiones verdes de Irlanda.
Así, en la saga de Parque jurásico (1993-2022), los sofisticados y asépticos laboratorios contrastan con el insultante verde de la naturaleza que acoge vida nueva que puede ser peligrosa. (Esto demuestra que tras el pacífico verde puede encontrarse la muerte).
En Gravity, la odisea espacial de Sandra Bullock concluye en un paisaje terrestre con montañas verdes. Así la película pasa del vacío y lo inestable a lo lleno y lo firme.
Ari Aster dio un paso más con Midsommar (2019). Desarrolla una historia de terror a la luz del día sobre un paisaje con un verde intenso que acoge la exuberancia de la primavera.
En el Wuxia (artes marciales con espada), el verde funciona como vida y muerte; la belleza de la naturaleza también acoge el peligro: Hero (2002), Tigre y dragón (2000), La casa de las dagas voladoras (2004).
MALDAD Y MUERTE
En el siglo XIX, el verde de París convirtió al verde lima u oscuro en el color de la enfermedad y la muerte.
El verde de París era un pigmento que contenía arsénico. Se empleó en teñir vestidos, papel de pared, cortinas, muebles, objetos domésticos…
Ese color sugería una atmósfera elegante que gustó a las clases altas de Europa y Estados Unidos. Así, el arsénico acabó matando con el tiempo a miles de personas.
El historiador francés Michel Pastoureau, autor del libro Verde: Historia de un color, apunta que Napoleón Bonaparte no murió de cáncer de estómago, sino envenenado durante años por el verde de París. A mediados del siglo XIX, se prohibió en todos los países para uso doméstico y acabó como pesticida.
Quizá, desde entonces, la cultura anglosajona acogió el verde oscuro —asociado al arsénico— como el color de la enfermedad y la muerte. Pensemos que Walt Disney empleó el verde oscuro con la Reina Malvada en Blancanieves y los siete enanitos (1937).
El rostro en el espejo de la Reina Malvada es verde en gran parte. La Reina toma un brebaje verde oscuro que la transforma en una vieja. Después, baña la manzana roja en un caldero con un líquido gris y verdoso, con un verde tan oscuro como el corazón envidioso de la reina.
La envidia, prima hermana de los celos, como escribió Shakespeare en Otelo (1603):
«YAGO: Señor, cuidado con los celos. Son un monstruo de ojos verdes que se burla del pan que le alimenta».
¿Y acaso no se alimenta la envidia de la misma manera que los celos?
Tras el éxito de Blancanieves y los siete enanitos, Disney dio mayor importancia al verde oscuro. En La bella durmiente (1959), el verde oscuro forma parte del entorno de Maléfica, el castillo está permanentemente envuelto en una niebla verde, el dragón expulsa fuego verde.
El verde arsénico o verde lima formará parte de las futuras producciones de la casa Disney tras la muerte del fundador de la misma. Por esto, vapores verde lima acompañan a Úrsula en La sirenita (1989) y a Scar en El rey león (1994).
Los trabajos de otros estudios cinematográficos siguieron la estela de Blancanieves y los siete enanitos. Dos años más tarde de la producción Disney, la Metro produjo El mago de Oz (1939), en la que la bruja malvada del Oeste tiene el rostro verde arsénico en contraposición con el verde de la Ciudad Esmeralda, que sugiere poder y protección. Curiosamente, el embaucador Mago de Oz viste de verde oscuro.
Mientras tanto, en House of Flying Daggers el verde sirve como un símbolo dual de la belleza de la naturaleza y su letalidad. Los bosques son hermosos, hasta que se levantan y te matan.
LO SOBRENATURAL
El verde que representa la vida y la muerte, también representa el estado entre ambos mundos: donde habita lo sobrenatural.
En Vértigo (1958), Hitchcock envuelve a Kim Novak con neón verde para sugerir que resucita la glacial Madeleine, el objeto de deseo de James Stewart. Pero mucho antes, una vulgar July, el otro personaje de Novak, viste un verde vívido como la naturaleza salvaje. La lápida bajo la que yace Madeleine parece teñida por el verde de la hierba que la rodea.
La presencia constante e inquietante del espectro de la niña de The Ring (2002) está remarcada con distintos tonos de verde. El pozo se encuentra en un valle de hierba verde oscuro, que sugiere putrefacción. Un verde que parece una mancha de aceite extendiéndose. Cuanto más lejos del pozo se mueven los personajes, más tenue es el verde.
LA ENFERMEDAD
Una lechuga recién comprada que va al frigorífico, olvidada, al cabo de unas semanas muestra hojas con cierta viscosidad con un verde casi marrón. El verde viscoso que anuncia la descomposición de una lechuga es amado por el cine de terror.
Spielberg eliminó escenas sangrientas del guion original de Los Gremlins (1984) para acercar la película a una amplia audiencia. Lo que no desapareció fue la idea del gremlin como un subproducto —un vómito verde— del adorable peludito Gizmo y que toma una viscosa forma antropomorfa.
El rojo predomina en el Hotel Overlook de El resplandor (1980), pero la escena quizá más perturbadora ocurre en un baño con las paredes de verde intenso y el váter y la bañera con verdes pálidos. En este baño, Jack Nicholson encuentra un momento de sosiego en su desesperación cuando descubre a una hermosa joven bañándose. La besa, la abraza… Y observa en un espejo cómo la joven se deshace en sus manos. Donde estaba la piel tersa, ahora hay llagas con pus verde. Aquí Kubrick juega con distintas cualidades asociadas al verde: sosiego, sobrenatural, sensualidad y enfermedad.
ASFIXIA
Un verde sucio está presente en la mayoría de las escenas de la saga Saw (2003-2021). Un verde que oprime y está acorde con la degradación física y emocional que provoca el cáncer terminal de Jigsaw, el creador de los juegos macabros. El vídeo del payaso siniestro con tonos verdes y los edificios abandonados con tonos de óxido verde crean la sensación de atosigamiento. Así ve el mundo Jigsaw. De alguna manera, es también el verde de los celos y la envidia. El asesino envidia la vida ajena porque está perdiendo la suya.
El Joker de Heath Ledger, con su cabello verde apagado y su chaleco verde arsénico, domina El caballero oscuro (2008). Cuando aparece, el entorno parece contaminarse de verde.
En La, la, land, el verde aparece de manera acusada remarcando el distanciamiento de los personajes. Un verde neón que sugiere un homenaje a Hitchcock. El porqué de este verde tiene un sentido: el verde representa lo que está estancado, igual que el agua estancada en la que flotan hojas muertas.
LA TECNOLOGÍA Y LA SIMULACIÓN DE VIDA
Los primeros ordenadores personales con monitor de fósforo verde dieron un nuevo significado a este color: el de las tecnologías de computación y los peligros que acarrea.
Distintos tonos de verde aparecen de manera constante en el hipertecnológico universo de Gattaca (1997), donde los padres deciden las características genéticas de su hijo.
La saga de Matrix (1999-2022) emplea distintos tonos de verde para diferenciar el mundo real del mundo creado con unos y ceros por las máquinas. No es raro encontrar estos verdes tanto en los interiores como en los exteriores del mundo artificial.
LA FANTASÍA
No es extraño que muchos personajes de fantasía vistan de verde, como las hadas y los duendes, o tengan la piel verde, como Shrek y los dragones. El primitivo Papá Noel tiene un abrigo verde en lugar de rojo. (En 1931, Coca-Cola diseñó un Papá Noel rojo —el color de la compañía— que el mundo acogió pronto).
Amelie ha creado un mundo propio con verdes intensos acompañando al rojo. La mezcla crea una atmósfera de magia.
La musa-ajenjo vuela y envuelve en vapores verdes a los poetas y pintores bohemios de Moulin Rouge (2001). Los efectos del alcohol. Realmente, la idea la plantó Dumbo (1941): una botella de alcohol cae en un barreño y tiñe el agua de verde… Cuando Dumbo toma agua, acaba por tener pesadillas etílicas con pompas verdes que adquieren formas perturbadoras.
En La princesa Mononoke, El castillo en el cielo y Mi vecino Totoro, entre otras películas de Hayao Miyazaki, los personajes viven rodeados por extensas praderas verdes habitadas por criaturas fantásticas.
LA VIDA Y NADA MÁS
Hemos recordado cómo el verde representa la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, lo natural y lo artificial, lo real y lo fantástico, la esperanza y la desesperación. Pero a poco que nos paremos a pensar, comprenderemos que realmente solo hay un significado: la vida.
La enfermedad y la degradación anhelan la vida.
La maldad y la muerte muestran el deseo del villano de prevalecer por encima de la vida ajena.
Lo artificial y lo fantástico y lo sobrenatural simulan la vida.