El hombre es un animal de costumbres, y tiende a rechazar los cambios. Sucede con las tapas, con el sofá del salón y con los programas que echan por la tele. Si algo funciona, no lo toques. Sobre todo si ese algo ha establecido un vínculo emocional con decenas, cientos, miles o millones de personas. Sucede también con el diseño.
Las redes sociales han dado a este fenómeno una nueva y temible dimensión. Unos señores con muy buen gusto, que cobran una pasta, se reúnen en una sala con el consejero delegado de una empresa para venderle un rediseño de su marca. Es moderno, fresco y mantiene la esencia del mensaje que quieren transmitir. «Es perfecto», afirma el CEO. «Adelante con ese nuevo logo».
Todos satisfechos, contentos, incluso emocionados, hasta que la noticia llega a Twitter y a Facebook. Entonces pasa esto:
I mean let’s just say it, the new Airbnb logo is a vagina http://t.co/Nde21KZfNl pic.twitter.com/O9lElHLg31
— Sam Faulkner Biddle (@samfbiddle) julio 16, 2014
«El nuevo logo de Airbnb es una vagina», sentencia un parroquiano. Y ojalá fuera solo eso… Tras conocer el nuevo look de la web de alojamiento entre particulares, los fans – y no tan fans – se echan las manos a la cabeza, después las llevan al teclado, abren su editor de imágenes y comienzan a sacar parecidos:
Circula por ahí un Tumblr que recopila todas las reinterpretaciones jocosas, una lista de BuzzFeed con 18 objetos que se parecen al logo de Airbnb – porque a su vez se parecen a una vagina – y hasta una canción (que está en inglés, por cierto):
Todo sea por sacarle punta al nuevo look de Airbnb que, por supuesto, no pretendía evocar el acto sexual. De hecho, es un rediseño que probablemente ya tocaba… El anterior logo es el que pergeñaron los fundadores en 2007, cuando ni siquiera estaban empezando. De hecho, todo en los inicios de esta startup salió un poco de casualidad.
Brian Chesky y Joe Gebbia debían pagar al casero y no tenían un duro, así que decidieron alquilar un colchón hinchable en el salón para sacarse unas perras. En busca de inquilinos, montaron una web deprisa y corriendo, con un logo flojo. Lo demás ya es historia. Llegaron el éxito, las rondas de inversión, los hitos de usuarios y descargas, la expansión internacional, las valoraciones astronómicas… Y ahí seguía, perenne, el logo flojo.
Ya ni siquiera convencía a sus creadores, porque gritaba a los cuatro vientos «startup tecnológica» y ellos ya no son (solo) eso.
El año pasado, después de varios parches y de posponer el rediseño muchas veces, se pusieron manos a la obra, partiendo de referentes tan dispares como «la Cruz Roja, los anillos olímpicos, y probablemente el símbolo más importante de todos, el de Batman». Ninguno se parece a una vagina, unos testículos o un ano. Se suponía que el suyo tampoco. En realidad, según han confesado a Fast Company, representa un clip doblado con la forma de la A de Airbnb. Manda huevos…
https://www.youtube.com/watch?v=7Hs0C2UvVBY
En parte, y a pesar del componente escatológico, la jugada les ha salido bien. Su intención era que cada usuario reinterpretase el logo a su manera, ¡y vaya si lo han hecho! La sorpresa (¿desagradable? )es que han utilizado Photoshop y no la herramienta publicada a tal efecto, Create Airbnb, que da la opción de cambiar colores y texturas pero no permite añadir pelos.
El cachondeo se acabará en un par de días, cuando los parroquianos se hagan a la idea de que ahora hay taburetes de diseño donde antes estaban las banquetas de madera. Por eso no parece que los dueños de Airbnb estén muy preocupados. Las redes sociales son así…
Lo que no les ha hecho tanta gracia es que un diseñador alemán les acusara de robar el logo.
Somebody didn’t do their homework. Existing logo top, new logo bottom: @Airbnb pic.twitter.com/bBJ9Os6K5J
— erik spiekermann (@espiekermann) julio 16, 2014
Nada más descubrirlo, los responsables de la web de alquiler entre particulares se pusieron en contacto con los de Automation Anywhere y elaboraron un comunicado conjunto que ha publicado en exclusiva VentureBeat. En resumen: «Automation Anywhere está en proceso de transición a un nuevo diseño de logo que no es similar al logo de Airbnb». Vamos, que se lo han mangado.
Decía Pablo Picasso que «los buenos artistas copian y los grandes artistas roban», así que tampoco pasa nada. También decía el malagueño, que de esto sabía un rato, que «el principal enemigo de la creatividad es el buen gusto». En esto coincidía con Dalí, que dijo que «el mal gusto es creativo». Según el catalán, «es el dominio de la biología sobre la inteligencia».
Tomando ambas ideas, el logo de Airbnb es puro arte picassiano, porque se lo han robado a otra startup y porque a muchos les parece de mal gusto. Pero eso no tiene por qué ser un consuelo. Al fin y al cabo, «solo hay dos cosas malas que pueden pasarte en la vida: ser Pablo Picasso o no ser Salvador Dalí». Y ya os podéis imaginar quién dijo esto…