Los humanos no somos los únicos que controlamos nuestras fronteras. Las abejas también lo hacen. Las guardianas protegen las colmenas de depredadores. Pero también de individuos de otras colmenas.
Según las conclusiones del estudio realizado por un equipo de la Universidad de Queensland (Australia), y recogido por New Scientist, que las abejas guardianes acepten o no a un nuevo miembro en su colmena depende de varias circunstancias:
- Las feromonas
La solicitante de asilo será bienvenida si su huella química es similar a la de la colmena
- Los recursos que necesiten en cada momento
Si la miel abunda y hay sitio suficiente cualquier abeja foránea puede ser acogida. En caso de escasez de recursos, la abeja guardiana le cerrará el paso y llegará incluso a matar a la intrusa si lo ve necesario.