Ninguno es de allí pero todos vieron en aquella zona un lugar especial para parir sus proyectos. «En la comarca de La Vera hay mucha gente de fuera, muy activa, con mucha iniciativa…» Al hablar de esta gente, Josep Bedmar incluye a Paco Lajo, a Parsifal Elviro y a él mismo. Ellos también eligieron Villanueva de la Vera (Cáceres) para posar su Nave Nodriza y poner en marcha el primer espacio de coworking rural en Extremadura.
«Paco, que se dedica al mundo del cine y los efectos especiales, disponía de una nave en la que tenía decorados. Necesitábamos un espacio de trabajo y lo mismo le ocurría a otros amigos y gente del pueblo. Requerían de un lugar en el que tener su despacho, su conexión a internet, su lugar para reunirse y compartir… Así es que nos dividimos el espacio a cachitos».
Pronto la Nave Nodriza Coworking se fue completando con tripulantes llegados de todo tipo de disciplinas: artesanos de la cerámica, artistas de la pintura en textil, programadores informáticos, arquitectos, fotógrafos, editores de vídeo… Y, por su puesto, el mundo del cine del que proceden, entre otros, sus fundadores.
«El espacio está abierto a todo tipo de profesionales, pero seguimos manteniendo ese puntito relacionado con la ficción, los efectos especiales… De ahí lo de Nave Nodriza.»
De hecho, la sala multiusos es un un plató que puede transformarse en un abrir y cerrar de ojos en un estudio para fotografiar los productos artesanos, un espacio para la celebración de eventos y talleres…
«Ahora mismo tenemos un espacio con un gran trabajo de acondicionamiento ya hecho. Nos encargamos de gestionar y organizar las actividades. También posicionamos y creamos redes físicas (a nivel comarcal, regional y estatal), coordinamos las redes digitales y los contenidos web, diseñamos y trabajamos por el desarrollo del espacio, que vamos organizando según las necesidades del coworking… Pero necesitamos un empujón final para despegar hacia lo más alto».
Por eso acaban de estrenar campaña en Goteo.org. Con lo recaudado pretenden aislar los espacios ya existentes y habilitar otros nuevos para que cada vez más gente se pueda beneficiar del proyecto.
«Iniciativas como esta fomentan el trabajo cooperativo en el territorio rural y ayudan a difundir la riqueza cultural, medioambiental, social y artística del territorio y a disfrutar de ella. Además, dan cabida a sectores más vinculados a este entorno y, hasta el momento, poco asiduos a espacios de coworking: agrícola, ganadero, vinícola… Obviamente no podemos acoger a un rebaño de ovejas, pero sí que un ganadero pueda tener aquí su mesa de trabajo».
De hecho, la mayoría de los coworkers de la Nave Nodriza tienen algún tipo de relación con estos sectores. «La mayoría de nosotros disponemos de nuestros huertos e incluso uno de los coworkers compagina su trabajo como arquitecto con sus actividades en un colectivo agroecológico».
Propulsores galácticos, pósteres serigrafiados, diarios de a bordo o delantales son algunas de las recompensas para los que se animen a contribuir con ‘su causa’. «Para el diseño de todos estos artículos hemos tenido la suerte de contar con la colaboración de Raulowsky y el taller de serigrafía La Canadiense, satélites de la Nave Nodriza que orbitan en Badajoz».